Edición Impresa

Vía Honda

Otro ataque con sello de venganza

Hace dos meses asesinaron a su cuñada. Ahora quisieron matarlo a él.


César Andrés M. tiene 24 años y ayer por la mañana intentaron matarlo de cuatro tiros cuando iba a trabajar. No fue la primera vez. Dos meses atrás, en la puerta de su casa en la Vía Honda, fue blanco de una balacera que terminó con la vida de su cuñada y con él preso e imputado por un crimen que no cometió. Desde el primer día, su familia denunció a una banda de narcos de ser los responsables de los ataques y de amenazar a los vecinos y usurpar sus casas. La respuesta no se hizo esperar: a los pocos días balearon a un chico de 14 años y todo el barrio explotó, logrando que los sindicados narcos abandonen el asentamiento por algunas semanas. En el marco de la investigación, la Fiscalía libró un pedido de captura para dos hombres que, según los voceros, “son difíciles de encontrar”, aunque los vecinos afirman que se pasean por la Vía Honda.

La secuencia de violencia contra César y su familia empezó el sábado 11 de julio pasado en Vía Honda, un asentamiento ubicado a los costados de los rieles del ferrocarril, a la altura de bulevar Seguí al 4900. Ese mediodía, César se aprestaba a almorzar cuando, según declaró en una audiencia en Tribunales, tres hombres conocidos como Willy, Patito y Jorgito intentaron matarlo. Estaba frente a su casa y corrió a lo largo de la vía para salvar su vida pero en la balacera su papá resultó herido y su cuñada, Patricia Obregón, de 25 años, recibió un tiro en la cabeza. La joven falleció cinco días después en el Heca.

Luego del ataque, César fue a la comisaría a declarar y quedó detenido. El lunes siguiente, el juez Juan Carlos Vienna lo imputó por tentativa de homicidio y le dictó prisión preventiva por 20 días, pese a que en su declaración el joven contó que habían querido matarlo a él. En su argumento, el magistrado lo amonestó con que era una pelea intravecinal y que César “cree que la solución a los problemas es pelear mano a mano, cuando en una sociedad normal hay que llamar al 911 o al Comando”.

Luego de quedar detenido, María Marta, la mamá de César, denunció al clan L., conocido en la Vía Honda por vender droga y ocupar casas de forma violenta, por atentar contra su hijo. La represalia no se hizo esperar. Los días siguientes, su familia y otros vecinos fueron fue blanco de amenazas. La esposa de César tuvo que abandonar su vivienda con sus tres hijos luego de que Willy le pusiera un arma en la cabeza para que se fuera. A los pocos días, la casa fue saqueada.

El 17 de julio el límite de tolerancia llegó para los vecinos. Brian, sobrino de María Marta, de 14 años, fue atacado a tiros por dos hombres en moto cuando fue a una verdulería a la vuelta de su casa. Todo el barrio explotó y cortó Seguí exigiendo la intervención de Estado. La acción logró que los sindicados narcos desaparecieran de la zona. Según María Marta, por algunas semanas volvió la tranquilidad, aunque los amedentramientos nunca cesaron. Anteanoche, un miembro de su familia recibió una advertencia: “Ya nos vamos a cruzar. Estamos campeando y ustedes duermen”. El texto era acompañado por una foto de un arma nueve milímetros con unas chancletas azules.

Poco después, a las 7 de ayer, César salió en moto para ir a trabajar. Se encontró con dos compañeros y tomaron Seguí. Casi llegando a Circunvalación, dos hombres con cascos a bordo de una moto grande se pusieron a la par de César. El muchacho los miró y los reconoció. Intentó cubrirse pero era tarde. Uno de ellos desenfundó un arma y, a menos de un metro de distancia, gatilló cuatro veces. César perdió el control del vehículo y cayó malherido a los pocos metros. Sus amigos no podían entender lo que ocurría. Varios autos frenaron a socorrerlo y a los pocos minutos un patrullero lo trasladó al Heca, donde fue operado. Hasta ayer su estado era delicado pero estable. En el lugar se encontraron vainas nueve milímetros, el mismo calibre que mató a Patricia Obregón e hirió al sobrino de María Marta.

En el marco de la investigación de la muerte de la joven, a cargo del fiscal Miguel Moreno, se libró la orden de captura para dos hombres. Según indicaron voceros del caso, los prófugos “son difíciles de encontrar”, ya que se hicieron varios allanamientos con resultado negativo. Sin embargo, los habitantes de la Vía Honda dijeron que los integrantes del clan L. se pasean por el barrio a plena luz del día. “Hace poco los denunciaron porque estaban vendiendo droga de vuelta. Cuando llegó la Policía dijo que se habían escapado”, se oyó decir a un vecino.

Para María Marta, es incomprensible que aún no hayan podido encontrarlos: “Ayer casi lo matan a César. Vivimos en peligro. Pedí custodia para mi familia y nunca me la dieron. Me cansé de hacer denuncias. Tengo mi casa llena de papeles de denuncias que nunca llegan a nada”.

Comentarios

10