Un adolescente de 17 años murió desangrado ayer en barrio Tablada. Su cuerpo ya sin vida fue hallado por la Policía en el cruce de Grandoli y Spiro. Sin embargo, el ataque no ocurrió allí, sino a dos cuadras, donde la víctima –que se encontraba junto a unos amigos– fue atacada a tiros por un grupo que llegó al lugar. El muchacho fue alcanzado por dos plomos en las piernas, uno de los cuales le tocó la arteria femoral, indicaron fuentes policiales. Para los pesquisas, por la violencia y la forma en que se cometió el crimen, se presume que fue un ajuste de cuentas, aunque no está claro si el destinatario de las balas era quien finalmente resultó abatido.
“Acá si decís algo te matan a vos”, dijo un vecino de barrio Tablada. La respuesta se repitió una y otra vez de las bocas de las personas que ayer al mediodía se encontraban en los alrededores de Grandoli y Spiro. Una mancha de sangre en medio de la calle y los guantes de látex utilizados y abandonados por los pesquisas marcaban el lugar exacto en el que ayer, pasada la medianoche, cayó muerto Miguel Nicolás Alvariño, un adolescente de 17 años que se ganaba la vida limpiando los vidrios de los vehículos en la rotonda ubicada en bulevar Oroño y avenida Pellegrini, frente al museo Castagnino.
“Murió desangrado”, explicó un pesquisa. El cadáver presentaba dos impactos de arma de fuego. Uno en la pierna derecha, con orificio de entrada y salida, y otro en el muslo izquierdo. Fue éste el plomo que le destrozó la arteria femoral y provocó la muerte del adolescente. “El chico falleció ahí, pero no hay indicios de que haya sido baleado en ese lugar. El ataque fue en otro lado”, especificó el vocero.
Según fuentes policiales, ayer cerca de la 0.30 los efectivos que se encontraban en el destacamento policial del Tanque (Grandoli y Güiraldes), en el corazón de barrio Tablada, oyeron detonaciones en las inmediaciones. Enseguida, dos jóvenes de 23 y 26 años entraron corriendo a la garita policial y dijeron que, momentos antes, habían sido atacados a tiros cuando se encontraban en la casa de un conocido tomando unos vinos.
De acuerdo con el relato que los muchachos hicieron a la Policía, cuando estaban reunidos escucharon los motores de motos y vieron llegar a un grupo de no menos de ocho personas. Los recién llegados atacaron a golpes al dueño de casa. Alvariño se escondió debajo de una cama, y ellos corrieron hacia el destacamento, esquivando las balas.
Hasta anoche, nadie había podido especificar en qué momento exacto fue atacado a balazos el adolescente. Sin embargo, un pesquisa deslizó que el ataque se produjo en una vivienda ubicada en Spiro y Cepeda, dos cuadras al este de donde fue hallada la víctima ya sin vida. “Suponemos que el pibe caminó herido y que se desplomó ahí cuando no dio más”, dijo una fuente policial.
Sin embargo, el hermetismo en la zona estaba en su máximo nivel. “Yo tengo familia, no puedo hablar. El barrio está terrible. Decís una cosa de más y el próximo sos vos”, dijo, asustado, un residente del barrio. “Lo único que te puedo decir es que cuando la Policía estaba acá con el chico muerto los matadores pasaban por acá adelante (Grandoli) en moto”, agregó.
La muerte de Alvariño es la tercera en lo que va del mes en barrio Tablada. El primer homicidio ocurrió el martes 1ª, cuando Alejandro Ribles, de 32 años, fue asesinado de un disparo cuando salió de su casa. Los vecinos dijeron que los autores del crimen fueron dos personas que llegaron en moto, lo esperaron y lo mataron de un tiro en el pecho.
El segundo homicidio del mes tuvo lugar el jueves pasado, cuando Daniel Alcaraz fue ejecutado de 9 disparos cuando estaba tomando mate en la puerta de su vivienda. Para los pesquisas, estos dos hechos están relacionados. Hasta anoche, la muerte de Alvariño no tenía vinculación con los dos asesinatos anteriores, pero los pesquisas no se animaron ayer a descartarlo totalmente.
El hecho es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación, con la colaboración de la comisaría 16ª, que tiene jurisdicción en la zona, y la Brigada de Homicidios.
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