Edición Impresa

Otra fatal vendetta en Tablada

Por Lucía Demarchi.- Daniel Alcaraz, joven con grueso prontuario, fue acribillado de 9 tiros ayer por la mañana cuando tres desconocidos abrieron fuego mientras tomaba mates en la puerta de su casa de bulevar Seguí 33.


Seguí 33. Una puerta azul. Más de 20 vainas vacías y una mancha de sangre junto a la yerba derramada. Ése era el paisaje ayer al mediodía en ese sector de barrio Tablada. Un rato antes, un muchacho de 25 años conocido como Caballo y su mujer se sentaron en la puerta de su casa a tomar mates. Tres jóvenes aparecieron de la nada. Dos de ellos abrieron fuego: Caballo quedó agonizante frente a la vivienda, con nueve plomos en el cuerpo. Murió antes de llegar al hospital. Su muerte fue una más en la saga de crímenes que tiene como protagonistas a dos familias enfrentadas de la zona sur, que ya cuenta con seis víctimas fatales.

La muerte de Daniel Ernesto Alcaraz, conocido por el apodo de Caballo, ocurrió poco antes de las 11 de ayer. Fue atacado a tiros en la puerta de su casa de bulevar Seguí 33, donde estaba junto a su mujer tomando mates. La escena que se apreciaba ayer al mediodía en ese lugar revelaba lo sorpresivo del ataque. Dos sillas, una de ellas caída, un banquito que hacía las veces de mesa sobre el cual descansaban un mate, una yerbera y una azucarera. En el piso, un termo, yerba derramada, una veintena de vainas servidas y un charco escarlata. En la esquina, un mural con el escudo de Rosario Central que rinde culto al hermano de Caballo, asesinado en 2009. “Joel vive”, reza.

Los que se animaron a hablar contaron que Caballo fue abordado por tres muchachos que aparecieron por pasaje Dirrico, doblaron por Seguí y abrieron fuego. Según dijeron, se escucharon las detonaciones de dos armas, por lo que Caballo tal vez haya sido abatido a dos fuegos. Nueve plomos le impactaron en el cuerpo, uno de ellos en la cabeza. Tras el ataque, los recién llegados corrieron y doblaron por Chacabuco. Algunos vecinos hablaban de que un auto los esperó a la vuelta para ayudarlos a escapar.

Alcaraz, agonizante, fue trasladado hasta el hospital Roque Sáez Peña, donde llegó muerto.

Para los investigadores el homicidio de Caballo se enmarca dentro de lo que comúnmente se llama ajuste de cuentas: si bien no habían identificado a los asesinos, una fuente de la pesquisa deslizó que el ataque puede contextualizarse como la continuación de un histórico enfrentamiento –en el que no es ajena la disputa por territorio para la venta de drogas– entre dos clanes: los del Tanque (por el tanque de agua ubicado en Grandoli y Güiraldes) y los del Puente (por el puente de hierro de Seguí al fondo, en el Bajo Ayolas).

Joel, un guapo del Bajo Ayolas

El origen de la rivalidad no es claro o, al menos, no oficialmente. Sin embargo, lo que sí tiene fecha es la caída de la primera víctima de esta guerra: el 9 de septiembre de 2009, un enfrentamiento a tiros entre bandos opuestos se cobró dos víctimas de distinta consideración. Ese día, Jesús Benavente (parte de una familia vinculada con la banda del Tanque) cayó herido con siete disparos de arma de fuego en pasaje Bécquer al 500 bis. Al día de hoy, se encuentra parapléjico. Su oponente, Joel Alcaraz –hermano de Caballo y sindicado líder de la banda del Puente– fue abatido a tiros en el mismo episodio. Murió en el lugar. Por el hecho fueron detenidos Guillermo y Gustavo Benavente, hermanos de Jesús, quienes más tarde recibieron falta de mérito. El único procesado fue el propio Jesús, sobre quien la Justicia aplicó la pena natural, que implica que como el acusado sufrió un perjuicio tan grande durante la comisión del delito no correspondía aplicar, además, una condena.

Si bien no fue el único hecho, hace ocho meses la guerra se cobró la vida de otro de los protagonistas de la historia: Gustavo Benavente. El hombre, de 34 años, fue atacado a balazos en Grandoli al 3900, en el corazón de la villa del Tanque. Fue alcanzado por dos plomos y llegó sin vida al Heca. Por este hecho fueron detenidos cuatro sospechosos: Caballo Alcaraz; Alberto Celestino T., alias Chaqueño; Miguel Ángel G., y Sergio A., alias Checho. Todos recibieron faltas de mérito por el crimen.

Más sangre en el sur

De estos cuatro sospechosos, dos fueron atacados en episodios que no pueden enmarcarse sino en la categoría de venganza. Caballo fue asesinado ayer. Miguel Ángel G., de 21 años, fue atacado de un balazo en la cabeza el pasado 7 de marzo en bulevar Seguí y Grandoli, cuando iba en moto junto con otro muchacho y fue baleado desde un rodado de alta cilindrada que se le puso a la par. Al día de hoy, el muchacho, conocido como Miguelito, está internado en el Heca y, si bien su vida no corre riesgo, perdió un gran porcentaje de masa encefálica y de huesos de la cabeza, por lo que su vida no será la misma.

Sin embargo, estos no son los únicos crímenes que se inscriben dentro de esta batalla. El 7 de diciembre de 2011 fue asesinado un muchacho de 28 años conocido como Pechocho, cuyo nombre era Ariel Alejandro Ruiz, allegado a los Alcaraz. Fue ultimado a tiros en Gálvez y pasaje Santafesino por un grupo de personas que pasó por el lugar en auto. Por este hecho está detenido Guillermo Benavente, a quien acusan de ser el autor material del crimen.

El 5 de febrero pasado, David Eduardo Caramún, de 27 años, fue ejecutado de siete balazos en la puerta de su casa, en Güiraldes al 400 bis. Si bien por el hecho no hay detenidos, sus familiares apuntan contra Checho A., familiar de Joel y Caballo Alcaraz. A Checho también le achacan otro homicidio, ocurrido el 1º de mayo pasado. La víctima fue Domingo Alejandro Ribles, de 32 años y primo de los hermanos Benavente, quien fue abatido a balazos en la puerta de su casa de Grandoli al 3800, a una cuadra de donde fue asesinado a tiros Gustavo Benavente.

Comentarios