Un joven de 21 años fue asesinado a balazos anteanoche en el patio de uno de los monoblocks del Fonavi del Parque del Mercado. El muchacho había salido de su casa, donde estaba su mujer y sus dos niñas, y cuando se disponía subir a una moto fue ultimado de dos disparos. Los pesquisas encontraron vainas servidas en el lugar del hecho y en una plaza ubicada enfrente donde, según los vecinos, hubo un tiroteo horas más tarde.
Al fondo de la calle Isola y sobre la cortada Maestros Argentinos está la última parada de varias líneas de colectivo de la ciudad. Durante el día, en la plazoleta Rodolfo Walsh los choferes descansan antes de emprender el próximo viaje, rodeados de despensas y comercios abiertos emplazados en los edificios del Fonavi. De noche, el paisaje es distinto: ningún quiosco permanece abierto hasta más de las 22 y los micros casi no se detienen. “Antes no era así. Antes escuchabas un ruido y salían todos enseguida. Ahora te pueden matar en la puerta de tu casa y son pocos los que se asoman para ayudar”, contó una señora que anteanoche escuchó entre siete y ocho disparos y, acto seguido, el grito desgarrador de su vecina de al lado. Cuando salió, en el patio del Fonavi, junto a una moto yacía el cuerpo de un joven.
Iván Javier García tenía 21 años y vivía con su mujer y sus dos nenas en una casa ubicada en el segundo piso del complejo. Si bien algunos vecinos contaron que estaban separados, el joven pasaba todos los días por la vivienda y se quedaba hasta tarde con su familia. Pocos los conocían en profundidad, pero aseguraron que se trataba de una pareja tranquila y respetuosa de sus vecinos. Iván y su mujer habían llegado al barrio dos años atrás después de comprar el departamento por un precio muy conveniente. “Acá la zona está tan complicada que la gente vende la casa por dos pesos. Todos nos queremos ir”, dijo un vecino.
Anteayer, cuando rozaba la medianoche, Iván salió del departamento y bajó las escaleras. En el patio hacía frío y no había nadie, sólo su moto estacionada. El chico abrió el candado y cuando estaba por salir fue atacado a balazos.
Dentro de las casas se escucharon los disparos. La mujer de Iván salió y lo vio herido. Empezó a gritar y algunos se animaron a salir a ayudarla. “El chico ya estaba muerto, pero igual llamamos a la ambulancia. Como no venía, lo subimos a un remís y se fueron al hospital”, dijo una vecina.
Según la información oficial, brindada ayer por el fiscal Adrián Spelta –quien está a cargo del caso con auxilio del personal de la PDI y la comisaría 11ª–, Iván murió minutos después de entrar al Roque Sáenz Peña. Tenía dos disparos en el tórax con orificios de entrada y salida. El cuerpo iba a ser sometido a la correspondiente autopsia para determinar el calibre del arma usada ya que en el patio de Fonavi donde fue ultimado los pesquisas encontraron casquillos de dos calibres distintos: 9 y 22. “Por lo menos hubo dos armas en el lugar, por lo que se ordenó el dermotest sobre la víctima para determinar si disparó también. Igualmente, en el lugar no se encontraron armas”, dijo el fiscal y aclaró que el chico no tenía antecedentes penales.
Los vecinos contaron que más tarde se volvieron a escuchar disparos, esta vez provenientes de la plazoleta ubicada frente al edificio de Iván. En esa plaza hasta ayer podían observarse los rastros de tiza dejados por los pesquisas en los lugares donde se encontraron vainas, que evidenciaban otro tiroteo ocurrido durante la madrugada. Sin embargo, esta balacera no fue confirmada por fuentes oficiales.
Seguidilla fatal
En los últimos meses el Parque del Mercado, el lindero Municipal y una zona de barrio Tablada fueron escenario de otros cinco crímenes –y ataques que dejaron al menos una decena de heridos– que los pesquisas encadenan: Mariela Miranda fue ultimada el 11 de marzo en Uriburu y Ayacucho; Eugenio Solaro, el 1º de mayo en Ayacucho y Ameghino; Leonel Sánchez el 17 de mayo en Lamadrid y General Paz; María Cristina Núñez el 4 de junio en Sánchez de Thompson al 100 bis, y Nora Oroño en Regimiento 11 87 bis el 22 de junio.
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