La Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otán) reafirmó ayer que ayudará a Turquía a defenderse de un eventual ataque sirio, luego que la frontera entre ambos países volvió a recalentarse por la caída de proyectiles en la ciudad de Ceylanpinar, y el bombardeo de Ras al Ain, región también fronteriza y controlada por rebeldes al régimen de Bashar al Assad.
El secretario general de la Otán, Anders Fogh Rasmussen, advirtió que la Alianza, como organización, “hará lo que tenga que hacer para proteger y defender a Turquía, nuestra aliada”. Lo adelantó durante una reunión de la Asamblea Parlamentaria de la alianza militar, en la ciudad checa de Praga.
“Tenemos más planes en marcha para garantizar que podremos proteger y defender a Turquía y, eso esperamos, disuadir para que no se cometan ataques contra ese país”, agregó el danés.
La advertencia de Rasmussen se produce en el marco de una nueva escalada de tensión en la frontera sirio-turca, luego que volvieran a caer granadas del Ejército sirio en Ceylanpinar, en la provincia de Sanliurfa, que provocaron daños materiales, una semana después de que tres turcos resultaron heridos por tiros errados y esquirlas de granada procedentes de Siria.
Por segundo día consecutivo, el Ejército bombardeó la zona de Ras al Ain, emplazada en la provincia septentrional de Hasaka y por ahora bastión rebelde, y mataron –según el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (Osdh)– a por lo menos 16 personas.
Aparte del recalentamiento en su frontera norte, con Turquía, Siria debió lidiar anteayer con otro embate desde su frontera en el oeste, con Israel, luego que el país hebreo realizó varios “disparos de advertencia”, también en respuesta a un proyectil perdido que impactó en un puesto militar en los Altos del Golán, ocupados por Israel.
El ataque preventivo contra el gobierno de Damasco es el primero desde 1973.
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