Candela Ramírez
Este martes el gobierno provincial anunció que se cultivaron las primeras 200 plantas de cannabis sativa para iniciar una investigación que permita fabricar aceites medicinales para tratar diversas enfermedades. El acto realizado en el Centro de Investigación y Desarrollo de Cannabis Medicinal de Santa Fe, ubicado en Monte Vera a 12 kilómetros de la capital de la provincia, fue encabezado por el gobernador Omar Perotti. Si bien la noticia fue bien recibida por las organizaciones que promueven el uso medicinal y el autocultivo, algunas también consideraron que el Estado no tiene en cuenta la experiencia y el trabajo realizado todos estos años por ellas.
Es el caso de la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis y otras Drogas (Aupac) de Rosario que participó del evento y se puso a disposición del gobierno, pero puntualizó a este medio que hasta ahora no fueron convocados para trabajar en conjunto.
La ministra de Salud Sonia Martorano fue una de las funcionarias presentes y consideró que se trató de un hecho histórico porque a pesar de que la emergencia por la pandemia de coronavirus ocupó en gran medida la atención sanitaria la gestión también pudo ocuparse de esta otra agenda “que era acompañar a las mamás, a los papás, a los chicos que estaban utilizando aceite de cannabis por una enfermedad”.
Carina Prieto, de la Asociación Civil Madres que se Plantan de Rosario, agradeció “este momento tan importante” por entender que “el camino es por acá, con el Estado junto con las organizaciones. En su momento, las madres reclamábamos y arrancábamos en soledad absoluta pidiendo por el autocultivo; pero con estos avances cambió mucho al día de hoy. Y estar aquí, hablando públicamente, con el gobernador presente, y con las organizaciones, se valora enormemente”.
Lisandro Rosso y Ferro, coordinador en Cultivo y Producción de Aupac, también estuvo presente en el acto y celebró, en principio, la iniciativa: “La cuestión del cannabis medicinal es de salud pública, no es meramente una cuestión de mercado o de un uso que está pensado para generar dinero o divisas aunque el fondo sea un poco esa la cuestión. Principalmente estamos hablando de cubrir la necesidad de gente con patologías, que usa terapéuticamente la planta. Que el Estado dé un paso adelante y genere un predio donde empiece a cultivar cannabis para hacer investigación y a su vez obtener lo necesario para generar medicina de calidad y certificada nos parece super mega necesario”, subrayó en diálogo con El Ciudadano.
Al mismo tiempo, consideró que existe “un gran vacío de conocimiento” porque a su criterio la gestión no está vinculándose lo suficiente con las asociaciones que “son las que están generando este conocimiento hace largo tiempo, sobre todo cuando el Estado estaba completamente ausente”.
Aupac está integrado por profesionales de distintas disciplinas y consta de dos dispositivos, clínico y de formación, además de contar con espacios de investigación. Con respecto al anuncio del gobierno planteó que “no está en claro quién lo lleva adelante y por qué lo lleva adelante la gente que lo lleva adelante entonces lo que sentimos desde nuestro lugar es que van a empezar a hacer un proyecto de investigación que va a pasar por los errores y aciertos que ya pasó gente que hace muchos años que está trabajando esto”.
En este sentido, Rosso y Ferro recordó que en su momento fueron recibidos por autoridades del Gobierno que prometieron “desde predios hasta ayuda con insumos que nunca llegó”: “Con Aupac tenemos 1200 pacientes anuales a los cuales les proveemos nuestros propios fitopreparados y tenemos un cultivo asociativo que responde. Todo esto fue llevado a pulmón y en la espalda económica nuestra”.
“Cuando vamos a un predio como fuimos hoy y vemos que están empezando a cultivar de la forma en que van a cultivar uno se pregunta por qué quedamos afuera de esa vinculación o por qué uno tiene que hacer todo el camino duro de la legalidad y de repente de la noche a la mañana un equipo de ingenieros agrónomos y gente del Estado levantan un cultivo así como así”, disparó.
En la investigación sobre las propiedades del cannabis medicinal y sus posibilidades trabajan especialistas del Ministerio de Salud de Santa Fe, incluido el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Martorano consideró que esta iniciativa constituye “soberanía científica”: “Estas familias ahora van a poder tener un aceite, un producto que tenga trazabilidad, lo cual no es menor, pero más allá de eso, comenzamos con investigación científica para poder generar evidencia”
“Si bien valoramos que el Estado ponga énfasis en esto y lo aplaudimos, acompañamos y nos ponemos a disposición, también creemos que creemos el Estado tiene que entender que hay un largo camino hecho: hay investigación, experiencia, un cuerpo enorme de profesionales y usuarios como en Aupac que trabajan en pos de esto, hay mucho relevamiento de datos y mucha teoría. Y también hay un montón de horas de manos en la tierra”, enumeró Rosso y Ferro.
Aupac trabaja en Rosario desde junio de 2017 y el coordinador subrayó que durante estos años, sobre todo los últimos dos, fueron este tipo de organizaciones las que cubrieron los vacíos que permitió el Estado “sosteniendo a personas con patologías que lo único que le mejoraba su día y calidad de vida era el aceite de cannabis”. Por eso, expresó que continuarán reclamando la provisión de insumos y de ayuda estructural.
Concluyó expresando que sería importante también que el Estado provincial considere contar con el asesoramiento de estas organizaciones para llevar adelante sus políticas públicas en esta materia para que, además, “estos recursos no se vayan de esta provincia ni de este país y se aprovechen para el desarrollo de esta industria cuyo fin último es la salud de la gente”.
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