Ciudad

ONG denuncia “retroceso” en procuración de órganos

Familiares y pacientes en espera de trasplantes piden “urgentes” medidas para revertir la situación.

A más de dos meses de las denuncias realizadas en el Concejo Municipal por profesionales de la salud, tanto públicos como privados, dando a conocer “los graves problemas derivados de la baja procuración de órganos”, familiares y pacientes en espera de un transplante junto a pacientes ya trasplantados, quienes han conformado una ONG para enfrentar esta dura realidad, sostuvieron que la situación “continúa siendo preocupante y está lejos de mejorar” en Santa Fe. Desde esta incipiente organización –que tiene a los principales damnificados de esta problemática como integrantes– destacaron que la política sanitaria sobre el tema “ha sufrido un llamativo retroceso en la provincia en los últimos dos años y medio” y que son necesarias “urgentes medidas activas que trabajen en la difusión y búsqueda de donantes”.

La espera de un órgano, las duras sesiones de diálisis, el compartir experiencias de vida y demás cuestiones, que no son pocas, sirven como amalgama para que quienes transitan por esta dura situación hayan comenzado a reunirse desde hace un tiempo para, desde la unión, intentar lograr algunos cambios en la política sanitaria provincial. Eriberto Alamanni, integrante de la ONG, recibió un riñón hace seis años tras un paso no muy prolongado por la diálisis. “Yo estuve nueve meses en espera nada más. En octubre cumplo seis meses de trasplantado. Pero hay gente con la cual nos dializábamos juntos que todavía lo sigue haciendo. Esa gente, si llega al trasplante, va a tener muchísimos problemas porque va a ir por los siete años de diálisis y eso te produce muchos inconvenientes en el organismo”, remarcó.

“Yo por suerte, vengo de otra época, de una época donde había una procuración permanente. Es importante aclarar que la procuración de órganos surge fundamentalmente de los efectores de salud oficiales donde va la gente accidentada, porque el órgano que sirve no es el de la persona fallecida, es el de la persona que está grave y no hay manera de salvarla. El mejor contacto, en estos casos, es entre el médico terapista y el médico procurador. Hoy cuando un médico terapista tiene una persona que sabe que no va a vivir tiene que hacer el nexo con el procurador y resulta que se busca al procurador, por ejemplo, a las dos de la mañana y es muy común no encontrarlo”, destacó Alamanni.

“Nosotros tuvimos reuniones con la arquitecta (María Eugenia) Bielsa y quedamos en que se comenzarán a hacer campañas informativas. Si bien eso es importante, lo que a nosotros más nos preocupa es que el Cudaio funcione como tiene que funcionar, como funcionó cuando lo hacía bien. Hace dos años y medio que no funciona. Era algo que andaba y se dejó de hacerlo funcionar. La verdad es que no tiene explicación”, continuó.

Sobre el comienzo de esta ONG, Alamanni destacó que junto a un grupo de personas “se está en pleno proceso de organización”. “Tenemos gente de Villa Constitución, de Rafaela, de Villa Gobernador Gálvez, de Rosario, de Venado Tuerto. Estamos juntándonos con gente porque queremos hacer cosas para que esto cambie, para que se vuelva a los niveles anteriores de procuración. Otra de las cosas que no entendemos, incluso se hizo una presentación judicial al respecto, es el tema del cambio de regionalización que también nos perjudicó en Santa Fe. Antes éramos la Región Centro con Córdoba y ahora no sabemos por qué motivo nos incorporaron a Buenos Aires y Capital Federal. Antes éramos algo más de 4 millones y pico de personas y ahora nos agregaron 18 millones de personas. Entonces, si se procura una menor cantidad de órganos acá en Santa Fe y a su vez te agregan 18 millones de personas, la cuestión se pone muy difícil”, remarcó.

Reinaldo Amsler no está en espera de un órgano, pero sí su esposa Marta quien hace siete meses se está dializando mientras aguarda un transplante renal. “El problema social que trae el hecho de que una persona se dialice es bastante complejo porque no solamente afecta a la persona sino también a todo su entorno. A mi esposa la vienen a buscar en remís a las cinco de la mañana. Yo vivo en Roldán, o sea que para eso se tiene que levantar a las cuatro. Llega al sanatorio alrededor de las seis, seis y media la conectan a la máquina y a las diez y media, once, termina. Después toma otro remís y llega a casa alrededor de las doce. Esto es tres veces por semana, lunes, miércoles y viernes. La diálisis hace una limpieza, una purificación de la sangre, pero cambia muchos valores. Un día la presión al paciente se le va para arriba, otro día se le va para abajo. Los valores oscilan y eso hace que se demore en encontrarle el «punto» a una persona. Es una experiencia muy difícil. Sólo el que la transita sabe de qué está hablando”, explicó.

“Lo que está pasando en este momento es la consecuencia de no contar con una política de salud que trabaje activamente en la difusión y procuración de donantes. Es el resultado de tener nombrada a una directora a cargo sin que aún se le hayan designado los subdirectores regionales para llevar adelante la tarea. La pregunta es ¿no ha personas idóneas para ocupar esos cargos? Sabemos que ella quiere hacer cosas pero pareciera que no quieren dejarla”, indicó.

Por último, Amsler informó que desde la ONG tienen varios proyectos en marcha. “Estamos organizando una mesa redonda con el doctor (Armando) Perichón quien nos va a acompañar junto a la doctora (María Cristina) Vázquez del Sanatorio Plaza. Ya vamos a fijar una fecha. Es importante la participación porque uno siempre piensa «a mí no me va a pasar» pero ese es un gran error. Yo siempre comparo esto con los testigos de un choque. Vos llegás a la esquina chocás, había un montón de gente y cuando te das cuenta quedaste solo. Ahora cuando le toca a uno que fue testigo y se fue, se da cuenta que queda en la misma situación. No hay que olvidarse que esto le puede tocar a un hijo, a un familiar muy directo y en cualquier momento. Nadie está exento de eso”, concluyó.

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