Miguel Passarini
Referencia insoslayable de una generación que marcó a fuego la búsqueda de una libertad que las dictaduras habían puesto bajo llave de manera reiterada, el actor, dramaturgo, director y maestro rosarino Omar Serra es de aquellos artistas que hizo de la coherencia entre ética y estética un modo de vida.
Clásico local que con su obra logró sostener una búsqueda poética que desde los comienzos transitó el teatro del absurdo y que lo trae hasta el presente como uno de los creadores más disruptivos y efervescentes de la escena rosarina, Serra recibirá este jueves, merecidamente, el Diploma de Artista Distinguido de Rosario de manos del Concejo Municipal en reconocimiento a su vasta trayectoria, en el marco de una actividad que tendrá lugar, desde las 20, en la Sala Lavardén, con entrada gratuita y reserva previa.
Nacido en Rosario en 1946 pero instalado posteriormente con su familia en Buenos Aires, hasta su regreso a la ciudad con la vuelta de la democracia, Serra recibirá el reconocimiento en un evento que buscará develar algo más de la vida de un artista que formó parte del movimiento hippie durante la década del 60, una experiencia que narra en detalle en su libro autobiográfico Generación descartable, un tiempo en el que compartió momentos con grandes referentes de la contracultura nacional como Miguel Abuelo, Tanguito, Pipo Lernoud y Fernando Noy, estos últimos dos de sus grandes amigos de toda la vida.
“La verdad es que este reconocimiento me sorprendió gratamente, nunca lo hubiese esperado pero llegó y estoy muy contento. Me puse a buscar en internet qué era esto de los reconocimientos (risas); hay un par de notas que son muy graciosas y muy interesantes. Hay cientos de personas reconocidas y distinguidas en la ciudad de Rosario y me alegra que el Concejo tome en cuenta a las personas que se destacan en alguna actividad artística o científica”, dijo Serra en diálogo con la mañana de Radio Nacional Rosario, un artista alejado de toda convención, under en el verdadero concepto de la palabra, es decir independiente del Estado y de las instituciones; disparatado, ingenioso, provocador y al mismo tiempo pueril, pero sobre todo, fiel e inclaudicable en su afán por sostener una manera de entender y de concebir el arte escénico desde hace décadas.
Sobreviviente del tiempo, a comienzos de los dorados 80, Serra decidió regresar e instalarse en su Rosario natal. Así se vinculó con el teatro de manera más directa, primero desde la formación y luego con la creación de la Compañía Sabina Beher con la que desde los 90 montó recordadas versiones de obras como Eva Perón de Copi, La voz humana de Jean Cocteau, Perlas quemadas de su amigo Fernando Noy o La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, y junto al grupo Klan Destino llevó a escena en los últimos años una versión (de regreso por estos días en la cartelera local) kitsch, trash, leather, desopilante, disparatada e ingeniosa de La Filosofía en el tocador, obra emblemática publicada por primera vez de manera anónima a fines del siglo XVIII, aunque el montaje es mucho más que eso.
“Empecé a hacer teatro en los años 80 pero mi encuentro con el arte venía de antes; con aquellos amigos ahora nos comunicamos por las redes, tenemos una gran amistad con Fernando Noy o Pipo Lernoud y también extrañando a aquellos que ya no están como Tanguito o Miguel Abuelo. Esa época fue muy especial para mí; una época de grandes descubrimientos y de situaciones tanto vitales como políticas muy importantes y reveladoras, porque esa generación, la nuestra, se propuso y logró cosas muy trascendentales, entre esas, la libertad que tanto anhelábamos. Veníamos de los 60 y padecíamos aquella dictadura militar y la que vino después”, expresó el creador que siendo muy joven descubrió el absurdo de la mano de Ionesco y que de regreso a Rosario, en 1978, asistió a las clases de teatro del emblemático grupo Arteón, cuyos destinos comandaba como hasta el presente Néstor Zapata, al tiempo que también se relacionó con el actor y director Norberto Campos (y el grupo Litoral), a quién reconoce como uno de sus maestros, del mismo modo que con Cucaño, uno de los grupos vanguardistas y rupturistas de aquellos años.
“A los 20 años descubrí el teatro del absurdo y me enrolé en sus filas. Fue en principio con Ionesco pero también con Beckett y Adamov, grandes referentes del género; pero recién empecé a estudiar teatro entre los 35 y los 40 años, cuando volví a Rosario y tuve la oportunidad de estudiar con grandes maestros locales como Néstor Zapata, Chiqui González, Norberto Campos; fueron mi primera formación y les estoy muy agradecido por los conceptos que me impartieron y la sabiduría que me transmitieron”, expresó Serra, uno de los referentes de la escena local en los años posteriores a la vuelta de la democracia y hasta el presente.
También referente de una nueva generación de artistas locales, entre otros del realizador audiovisual rosarino radicado en España, Enzo Monzón, de quien fue el protagonista de algunos de sus cortos y de su primer largometraje, Reina Hormona, Serra transita un gran presente como creador con trabajos como el reciente La Faraona del Jailaife, obra de su autoría acerca de un personaje clave de la historia del siglo XX. “Para mí es un gran placer y un honor que gente joven y tan talentosa se interese por mi trabajo; en realidad esta distinción se la debo en gran medida a Enzo Monzón que me convocó para protagonizar Reina Hormona, su última película, que tuvo una gran repercusión”, expresó.
Y respecto de su cercanía con la diversidad y el colectivo LGTBIQ+ no sólo presente en la película de Monzón sino también en Finalmente reparadas, el biodrama documental que narra la experiencia de cinco mujeres trans que fueron presas políticas durante la última dictadura cívico-militar, analizó: “La de la película fue una experiencia maravillosa porque no hice mucho cine, soy un bicho del teatro y no me llevo tan bien con la tecnología que me aparta un poco de lo que entiendo yo como actuación. Pero esa película fue todo placer y alegría, en principio por la gran amistad con Enzo y por todo lo que aprendí; fue muy divertido y muy interesante trabajar con gente tan diversa y contar esa historia. Y antes de la pandemia estrenamos Finalmente reparadas, con un grupo de mujeres trans que están muy bien en ese trabajo y que pudieron contar toda la opresión y represión que vivieron durante la última dictadura”.
Para cerrar, Serra habló del peligro que corren las libertades individuales frente a la avanzada de las derechas en todo el mundo: “Es una tendencia muy peligrosa que está tomando la política tanto nacional como internacional. Pensemos sólo en las acusaciones en contra de la actual vicepresidenta Cristina Kirchner que ninguna se pudo probar; es un momento muy raro de la política, porque después de tantos logros y reafirmaciones de derechos parece que estamos transitando un retroceso”.
Para agendar
El reconocimiento como Artista Distinguido de Rosario a Omar Serra tendrá lugar este jueves, a partir de las 20, en la Sala Lavardén, de Sarmiento y Mendoza. Las entradas son gratuitas pero se pueden reservar ingresando a http://entradaslavarden.com.
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