Desde la Dirección de Control de Vectores municipal informaron que hay un incremento significativo en el número de Hylesia nigricans, conocidas vulgarmente como “gatas peludas”, orugas que pueden provocar en caso de contacto con la piel un fuerte ardor acompañado de una molesta dermatitis. El lugar donde mayormente se las encuentra es en la zona ribereña, principalmente en los clubes de la costa, las playas y también en las islas, preferentemente en árboles como los sauces. Así las cosas, se recomendó a la población consultar al médico en caso de tener molestias tras un “encuentro cercano” con este animal y en caso de estar al aire libre y buscar un lugar para establecerse revisar minuciosamente el sector para tomar precauciones.
El titular de esa Dirección, Guillermo Palombo, explicó que “se trata de una mariposa nocturna, de aspecto feo, más parecida a una polilla que a una mariposa”. “No es un vector, no transmite enfermedades a la población, lo que sí da es una reacción alérgica al contacto con la piel. Tiene unos vellos, por eso el nombre, que generan una dermatitis extendida que puede sentirse como una quemazón fuerte, no es de gran riesgo pero como siempre, ante una picadura de un insecto o la mordida de cualquier mamífero hay que ir al médico y controlarse”, señaló.
Los llamados que recibieron fueron por parte de gente que sintió “una quemadura” tras tener un contacto accidental con el insecto. “No hemos tenido reportes de salud en riesgo pero si la persona es alérgica o tiene alguna enfermedad preexistente tiene que consultar urgente con el médico”, insistió.
“Los casos de los que fuimos informados fueron en la zona de los clubes de la ribera y toda el área pegada al río. Dentro de la ciudad todavía no hemos tenido ningún caso. Igual nosotros siempre aclaramos que todo lo que es en el ámbito privado nosotros vamos, aconsejamos los servicios que hay que hacer y en el ámbito público lo hacemos nosotros. Lo que hay que tener en cuenta es que si se trata de algún lugar privado para hacer un servicio tiene que contratar a una empresa, un responsable que sepa de la aplicación de los venenos”, siguió.
El funcionario agregó que en la zona de las islas también se han dado casos de problemas con las “gatas peludas”. “Tenemos testimonios de kayakistas. Igualmente la gente que es de ir a esos lugares ya sabe cuál es el insecto”, destacó.
“Generalmente están en árboles como el sauce que es el más rugoso, además se alimentan de las hojas tiernas y es por eso que suelen elegirlo. Entonces, si uno va a tomar mate tiene que prestar atención, mirar el tronco antes de apoyarse, ver si hay alguna arriba para que luego no caiga y le toque la piel. Llama la atención porque se agrupa, aparece de a montones”, concluyó.
Se encuentran en los árboles
La Hylesia nigricans, más conocida como “gata peluda” o “bicho quemador”, se encuentra en todo el territorio argentino y hace más de 100 años que fue declarada plaga nacional.
Las principales víctimas de sus ataques y de su voraz apetito son los follajes de los árboles ornamentales, frutales, arces, álamos, liquidámbar, plátanos, eucaliptus y sauces.
Pueden causar grandes pérdidas en el sector forestal, ya que proliferan a gran velocidad, ayudados por la cantidad de árboles que encuentren en la zona ya sea rural o en la ciudad.
Son llamadas “gatas peludas” porque poseen pelos denominados setas, muy finitos que al tomar contacto con ellos, se separan y liberan toxinas depositadas en glándulas venenosas que producen afecciones alérgicas al ser humano.
Pueden producir afecciones respiratorias por irritación de las vías aéreas, lesiones en la piel que producirán urticarias luego de 15 minutos de haber tenido el contacto, estos duran unos cuantos días pero no dejan secuelas.
En cuanto a su reproducción, colocan una grandísima cantidad de huevos en los árboles, en lugares protegidos de la lluvia, en las ramas, en la primavera aparecen las pequeñas orugas, alojadas en la parte inferior de la hoja de las cual se alimentan, estas tienen la tendencia de agruparse en grandes colonias que se desplazaran por ramas, hojas y troncos.
Estos insectos tienen solo una generación anual, pasan por varias etapas larvarias, luego se convierten en pupa y de allí emergen las mariposas de color negro; estas llegado el momento desovarán y darán inicio nuevamente al ciclo.
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