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Obeid vinculó la crisis policial al “fracaso de la gestión socialista”

Corresponsalía Santa Fe.- El ex gobernador hizo responsables a Binner y Bonfatti. Dijo que cambiando al jefe de la fuerza no se resuelve el problema.


“Hay que clavar el cuchillo hasta el hueso”. Para el ex gobernador Jorge Obeid, esa es la receta para controlar a la Policía. De regreso a la arena política local –aclaró que sigue con sus recorridas por la provincia en busca de lograr un acuerdo que le permita al PJ presentar una lista única para las próximas elecciones legislativas–, Obeid estuvo ayer en la capital santafesina y dio una conferencia de prensa en la que le pidió al gobierno de Antonio Bonfatti “que asuma sus errores”, criticó la herencia del ex mandatario Hermes Binner y cuestionó la gestión de Raúl Lamberto como ministro de Seguridad, a quien sin embargo dijo respetar por su trayectoria política.

“Lo que se está viviendo en la Policía es uno de los tantos aspectos que tienen que ver con el fracaso de la gestión del gobierno socialista, que comprende no solamente este año de Bonfatti sino también los cuatro años de Binner”, sostuvo el ex gobernador y ex diputado nacional.

Además de la actual crisis en el seno de la Policía, Obeid sumó a su diagnóstico el déficit en las cuentas públicas desde la asunción del Frente Progresista, los problemas relacionados con la educación técnica y la paralización de obras públicas por falta de recursos.

Sobre los últimos sucesos, que determinaron la dimisión de Hugo Tognoli como jefe de la Policía provincial, el ex gobernador opinó: “Manejan mal la Policía y eso es muy grave porque hay vidas de por medio. Todo esto es consecuencia de la mala gestión de Binner, que se despreocupó por el control de la Policía y prácticamente le dio autonomía. Y la Policía es una organización vertical que se debe someter al poder político. Lo dice la Constitución de la provincia. Entonces, la responsabilidad de que ande bien o mal no es del jefe de la Policía: es del ministro de Seguridad y del gobernador”.

“Esto no se soluciona echando al jefe de la Policía”, continuó Obeid. “Yo tuve problemas mucho más graves. Roberto Rosúa, que fue el mejor ministro de Gobierno que tuvo esta provincia, tanto en mi gestión como en la de Sylvestre Begnis, tenía una frase que yo hice mía: «Hay que clavar el cuchillo hasta llegar al hueso». Y en varias oportunidades limpiamos a toda la plana mayor de la Policía, a los jefes de las 19 regionales, a los secretarios de Seguridad. Y esta gente cree que cambiando al jefe de la Policía va a solucionar el problema, pero el problema es mucho más grave”, diagnosticó.

“Estamos en medio de una tormenta y para transitar una tormenta se necesitan pilotos de tormenta. Yo creo que a este gobierno le hacen falta esos pilotos y se tiene que poner los pantalones largos. Y hay otra cosa que le falta a este gobierno: humildad. Yo hubiese querido que algún funcionario del gobierno socialista se ponga frente a los micrófonos para admitir que se equivocaron. Pero no hay una sola autocrítica. Es más: ya volvieron a descubrir que la culpa la tienen los otros, que la responsabilidad es del gobierno nacional o de Página/12. Parece ser que la culpa siempre la tienen los otros”, añadió.

Consultado por los cambios que introdujo Lamberto en el Ministerio de Seguridad, a partir de la creación de nuevas secretarías, el ex mandatario se mostró escéptico: “Es pura cosmetología. Hicieron todo eso para darle trabajo a un montón de gente; la mayoría de ellos cercanos al socialismo. Pero manejar la Policía no es una cuestión de aficionados: hay que tener profesionales, gente que sepa, expertos”.

—¿Qué le parece la gestión de Lamberto como ministro?

—Lamberto es un gran tipo. Le tengo un gran respeto, lo conozco hace 30 años y es una persona decente. Pero me parece que está totalmente desbordado; da la impresión que no sabe qué hacer, que piensa que cambiando al jefe se arreglan todos los problemas de la Policía. Pero acá lo que hay que provocar es una conmoción. Y no solo en la Policía sino en todas las áreas donde hay problemas, como la economía, las obras públicas y la educación. Y el gobierno tiene que abrirse al diálogo con la oposición, pero a un diálogo serio. No lo que hicieron de querer juntar a los diputados nacionales para echarle la culpa al gobierno nacional.

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