Todo el mundo está hablando de Novak Djokovic. El número 1 del mundo tenis mundial sigue en el ojo de la tormenta y ahora parece que se convirtió en el santo patrono de los negacionitas y anti vacuna, quienes ven en su determinación el ejemplo a seguir. Insólito. El serbio había conseguido una exención médica para jugar el Abierto de Australia sin haberse aplicado ninguna dosis contra el Covid-19, pero en su llegada al país oceánico su visa le fue revocada y continúa aislado en un hotel a la espera de una resolución judicial para saber si, finalmente, puede ingresar o debe volver a su país.
En ese contexto, Nole se expresó con un par de historias en su cuenta de Instagram, donde celebró la Navidad ortodoxa y aprovechó para agradecer por los mensajes de apoyo que recibió desde que comenzó el conflicto hace unos días. “Muchas gracias a la gente de todo el mundo por vuestro constante apoyo. Puedo sentirlo y es muy apreciado”, escribió el tenista de 34 años desde el aislamiento en el The Park Hotel.
Primeras expresiones del serbio: “¡Dios lo ve todo! Mi bendición es espiritual y la de ellos es material”. Luego, Nole se acercó a la ventana del hotel donde se encuentra y saludó a las personas que lo están apoyando, mandando besos y dibujando corazones.
“La visa del Sr. Djokovic ha sido cancelada. Las reglas son reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de estas reglas. Nuestras sólidas políticas fronterizas han sido fundamentales para que Australia tenga una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo por COVID, seguimos estando atentos”, tuiteó el Primer Ministro Scott Morrison apenas arrancó el escándalo. Y ayer se sumó la ministra del Interior del territorio oceánico, Karen Andrews, quien, en sintonía con lo dicho por el primer mandatario, se refirió a la situación del número uno del mundo y cuáles serán los pasos a seguir. Sus declaraciones, claro, llegan después de que la familia Djokovic realizara una conferencia de prensa en la que afirmaron que Nole “es un prisionero” y hasta lo compararon con Jesús.
“El señor Djokovic no está cautivo en Australia: es libre de salir en cualquier momento en que decida hacerlo y la Fuerza de Fronteras, de seguro, se lo facilitará”, manifestó Andrews en diálogo con la cadena pública australiana ABC, contrarrestando lo declarado por la familia del número uno del mundo sobre su situación en el país.
¿Qué dijeron los Djokovic? ¡De todo! “Novak es Serbia y Serbia es Novak. Están pisoteando a Novak y, por tanto, al pueblo serbio. Querían ponerlo de rodillas, pero no solo a él, sino también a nuestro país. Como Jesús, intentan crucificarlo, subestimarlo, ponerlo de rodillas”, aseguró Srdjan, su padre.
Y agregó: “Somos una nación orgullosa, europea y civilizada. Nos bombardearon, nos oprimieron y destruyeron, pero no nos rendimos ni lo haremos jamás. Somos un pueblo serbio orgulloso, cuyo representante e ídolo es nuestro Novak. No se rendirá. ¡Está en la cárcel, nuestro Novak es un prisionero de esos bastardos!”.
De momento, esta historia comenzará a vislumbrar un desenlace recién a partir del lunes, ya que tras la impugnación de los abogados del serbio al Tribunal Federal de Apelación por la decisión de no permitirle el ingreso al país, el juez Anthony Kelly ordenó a ambas partes entregar durante el fin de semana los argumentos que serán analizados el primer día de la semana a partir de las 10 de la mañana.
La estrategia del equipo de especialistas de Djokovic apunta a la falta de argumentos válidos de parte de las autoridades para quitarle al serbio una visa ya otorgada. Esgrimen que la cancelación no debería estar sujeta a un juicio de valor personal y si bien son optimistas, saben que se enfrentan a una batalla difícil y a contrarreloj, dado que los partidos correspondientes al cuadro principal del Grand Slam arrancan el mismo lunes en el que presuntamente se resolverá el caso. El hecho de que, tras una primera vista rápida, el Tribunal no haya hecho lugar al pedido que hicieron los abogados de Djokovic para que fuera trasladado a un hotel con cancha de tenis no es un buen augurio para Djokovic, quien acudió a Australia en busca de su décimo título en Melbourne y de batir el récord de 20 trofeos de Grand Slam que ahora comparte con el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
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