Ciudad

En disputa

“No vamos a montar un hotel, apuntamos al ecoturismo”

Desde Planeamiento, el subsecretario González, explicó la situación de los terrenos del municipio en las islas del Charigué.


Mucho se ha escrito desde este lado del río sobre los terrenos que pertenecen a la Municipalidad de Rosario en las islas del Charigué. Hubo propuestas de concejales de Rosario para declararlas reservas municipales, aún cuando se trata de un espacio cuya jurisdicción corresponde a Entre Ríos. También se vertieron críticas desde la oposición por no pelear judicialmente la tenencia de las tierras a un productor agrícola que levantó terraplenes y alteró el ecosistema. Lo real es que el municipio posee un total de 1.730 hectáreas discontinuas al costado del puente Rosario Victoria, pasando el peaje. Las mismas fueron adquiridas durante el siglo pasado por Carlos Deliot y luego donadas. Del total, 762 son eje de una disputa en la Justicia entrerriana.

Un productor agrícola ocupó el espacio e inició un juicio de usucapión para configurarse como propietario legítimo. No es el primero en disputar la tenencia de esos lotes. “El litigio sigue su camino. Somos como un propietario privado más. Presentamos un pedido al municipio de Victoria para hacer un recorrido ecoturístico incluyendo a los lugareños. No vamos a montar un hotel”, explicó el subsecretario de Planeamiento municipal, Eduardo González.

Pelea y propiedad

Según informaron desde la Secretaría de Planeamiento municipal, existen tres sectores del legado Deliot a la vera de la ruta nacional 174 que conecta Rosario con Victoria. El sector uno  es un polígono libre de 1.208 hectáreas al norte del arroyo Paranacito. De ese sector, una porción de más de 700 hectáreas son ocupadas por un empresario que desde hace años cría ganado y ha alterado la demografía del lugar con terraplenes y otras construcciones. Es posible que haya elegido montar su producción en ese lugar por la cercanía a la ruta, lo que permite un acceso más sencillo que en otros puntos de la isla.

Siempre de acuerdo a lo informado por el municipio, en 2010 el empresario inscribió el perímetro en el municipio de Victoria. Es uno de los pasos habituales para iniciar un juicio de usucapión, donde una persona ocupa un lugar no siendo propietario y pide a la Justicia el título de la misma si es que durante un determinado tiempo nadie la reclama.

El empresario no es el primero en intentar conseguir el dominio y el título de los terrenos rosarinos a través de esta figura legal. Según los registros obtenidos por el municipio, hubo dos inscripciones similares de otras personas en parte de los terrenos antes del 2010.

“La Municipalidad intervino e inició acciones legales. Mientras tanto, los recorridos ecoturísticos que diseñamos evitamos pasar por el sector en disputa”, explicó González.

El circuito de paseo pretendido puede darse a través de otros dos sectores de lotes rosarinos en las islas. Ambos están libres. Uno tiene continuidad entre parcelas, abarca 376 hectáreas y está cruzado por caminos públicos. Otro, con parcelas dispersas suman 146 hectáreas.

Cuidar

Hace un tiempo el municipio envió a su par entrerriano una serie de detalles técnicos para la factibilidad de los recorridos ecoturísticos que pretende para sus tierras en el Charigué. El camino propuesto para la observación natural permitirá el avistamiento de flora y fauna autóctona. A la espera de una respuesta, González adelantó que se barajaron entre ocho y nueve posibles recorridos por los terrenos. “Pensamos en circuitos cortos –dos horas a pie- y más largos, de cuatro horas y a caballo. Lo importante es contar con el aval de Victoria y de los lugareños que pueden incorporarse como guías al igual que ocurre en otros circuitos ecoturísticos del país”, precisó. La idea de usar los terrenos, siempre sin afectar el ecosistema, fue consensuado hace tiempo en distintas reuniones del legado Deliot. El grupo reúne a representantes del municipio, ONG ambientales, entre otros actores. También participan  concejales de la comisión de Ecología del Concejo Municipal.

Tal como publicó este medio, el recorrido permitirá a los visitantes contactar con ecosistemas con perfiles diferenciados: los albardones, el monte isleño y las lagunas marcan un cambio en flora y fauna. Los primeros dos están conformados por sauces, ceibos, laureles y timbos, entre otras especies vegetales. La isla es un refugio para más de cien especies de aves, en su mayoría desconocidas para los habitantes de una ciudad: cardenilla, zorzal, tordo músico, chingolo varillero, por ejemplo. Completan la fauna, el gato montés, hurones, zorros, mulitas, iguanas y otros reptiles que suelen vivir en cuevas. Tierras adentro, ya en las lagunas, las plantas acuáticas toman protagonismo y otras aves se escuchan: gallito de agua, garzas blancas, mora, la cigüeña americana y el chajá. Se pueden avistar copios y carpinchos. Igual de importante para la vida de la isla son los arroyos y lagunas que permiten el paso a la variada fauna ictícola.

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