Coronavirus

La vacuna somos todos

No queda otra: barbijo bien puesto, distancia y ventilación o aire libre siguen siendo el escudo

El científico rosarino Ernesto Kofman consideró que la campaña de inmunización bajará la mortalidad por covid-19, pero falta mucho para que resguarde a toda la población. Consideró que "lo más posible" es que venga la segunda ola, pero si llega con la variante de Brasil, todo puede ponerse más feo


Galpón 17 en Rosario. Centro de operaciones de vacunación contra el coronavirus

“Si se mantiene la inmunidad de quienes ya se contagiaron y nos cuidamos, el rebrote, o la llamada segunda ola, puede ser más leve. Pero si los que ya se contagiaron contraen de nuevo el virus con la cepa de Manaos, la segunda ola puede ser grave”, advirtió el investigador del Conicet Ernesto Kofman. Reconocido por haber pronosticado con un gran margen de certeza el comportamiento de la curva de contagios en 2020, durante el estallido de la pandemia de coronavirus, es uno de los firmantes de la carta enviada al presidente Alberto Fernández con la recomendación de un cierre “total”, aunque transitorio, de fronteras, especialmente con Brasil, donde causa estragos una variante local del coronavirus, que agrava el cuadro de inusitada velocidad de crecimiento de casos en el segundo país con más fallecimientos por covid-19 del mundo. Ante la consulta de El Ciudadano responde con la principal certeza que tienen investigadores de todo el planeta: todavía es más lo que se ignora que lo que se sabe y, en medio de una lenta inmunización marca que el punto inicial de partida, un año atrás, sigue siendo el fundamental: “Por ahora, la vacuna somos todos”.

Kofman marca que en la región, aunque “no están claras las causas” los datos duros indican que están creciendo los casos. “Más contactos sociales es uno de los motivos”, marca el investigador, quien el año pasado, en medio de la aceleración de la curva de casos junto al sucesivo cambio de fases que dejó atrás el Aspo (la cuarentena estricta del Aislamiento social, preventivo y obligatorio) sugirió, junto a un equipo, recurrir a ese mecanismo, en forma intermitente. Ahora no asegura la llegada de una segunda ola, como se evidenció en Europa durante el invierno boreal, pero considera ese escenario como “lo más posible” que ocurra en la región.

Ante ello, advierte que la peor circunstancia, cuando el verano local está llegando a su fin, y por lo tanto mengua la posibilidad de encuentros al aire libre, manteniendo la distancia, sería “perder inmunidad por alguna cepa como la de Manaos”.

“Manaos –considera– rompería el equilibrio entre contacto social e inmunidad . La variante es que puede volver a contagiar y hay que evitar o retrasar su llegada lo más posible”, remarca.

Kofman midió que el número de contagios había tendido a estabilizarse en “una especie de equilibrio” al aumentar el número de personas que ya cursaron la enfermedad con el mayor contacto social. Pero si uno de esos pilares de vuelve inocuo, el riesgo aumenta en forma sideral. “Si actuamos evitando compartir espacios en lugares cerrados no debería haber mayor problema. Pero suponemos que eso no va a pasar, si no hay una campaña de concientización muy grande”, advierte el especialista en modelos matemáticos. “Parece haber una resignación por la segunda ola, pero al mismo tiempo se habilitan más actividades. Es como una profecía autocumplida”, advierte. Y agrega que los datos comprobados marcan llevan al trípode clave de “distanciamiento, barbijo y ventilación”, como la forma más eficaz de evitar contagios.

Kofman, quien junto a un equipo elaboró la recomendación que hizo llegar a los gobiernos de Omar Perotti en la provincia y Pablo Javkin en la ciudad, no descarta el mismo mecanismo si la cantidad de contagios se dispara: aislamiento estricto, pero a la par temporario: “Si piensan aplicar restricciones, la mejor forma es la intermitente”, subraya, entendiendo que una medida sostenida en el tiempo demostró ser ineficaz por el incumplimiento, aunque mientras se cumplió a rajatablas “funcionó”.

En ese marco y con el operativo de inmunización en marcha, descree de una carrera contra el tiempo: “No podemos confiar en que las vacunas hoy por hoy nos van a salvar Sí van lograr bajar la tasa de mortalidad cuando esté masivamente vacunada la población de riesgo. Pero para que no haya una segunda ola debería haber una vacunación masiva en toda la población”, puntualiza.

Mientras tanto, y con la certeza comprobada de que se trata de un virus de transmisión aérea, insiste en lo más básico: cuidarse. “Lo principal que debemos recalcar es la recomendación de no compartir espacios cerrados con otras personas, que tengan ventilación permanente, usar el barbijo en forma correcta y cumplir la distancia social de dos metros”, concluye.

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