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No mengua la sangría en Siria

Mientras el Ejército gubernamental intenta retomar barrios de la capital –Damasco– controlados por los opositores al presidente Al Assad, los rebeldes anunciaron el lanzamiento de una ofensiva sobre Alepo, la segunda ciudad del país.


Los rebeldes opositores al gobierno del presidente Bashar al Assad anunciaron ayer el comienzo de “la batalla de liberación” de Alepo, la segunda ciudad de Siria, donde el viernes se abrió un nuevo frente, comprometiéndose a respetar a las minorías, entre ellas los cristianos y los alauitas. En un video colgado en YouTube, el coronel Abdel Jabar al Okaidi, comandante del consejo militar del Ejército Sirio Libre (ESL), formado por civiles y desertores, proclamó “el lanzamiento de la operación para liberar a Alepo de las manos manchadas de sangre de la camarilla de Assad”.

También ayer, un diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores turco indicó que otro general sirio cruzó la frontera para refugiarse en Turquía, llevando a veinticinco el número de oficiales de ese rango que han huido del conflicto.

Las fronteras de Siria con Irak y Turquía han sido uno de los objetivos de los dos bandos combatientes estos últimos días. Los rebeldes controlan Bukamal, un puesto fronterizo con Irak, y tres con Turquía. En ese contexto, el Ejército turco reforzó su dispositivo militar en la frontera con Siria con el envío de baterías de misiles tierra-aire y vehículos de transporte de tropas a Mardin.

Estos anuncios coincidieron con fuertes enfrentamientos en Damasco, la capital del país, donde las tropas gubernamentales intentaban retomar el control de algunos barrios en poder de los rebeldes.

En la ciudad, donde el Ejército recuperó posiciones tras la contraofensiva del pasado viernes, las fuerzas leales a Al Assad lanzaron ofensivas en los barrios de Barzé, Ruknedin y Mazé, según los opositores.

En Mazé, un barrio exclusivo al oeste de la capital, los huertos son también escenario de enfrentamientos, según los opositores.

La agencia oficial Sana anunció por su parte que las tropas del gobierno habían “limpiado” el barrio de Qabun y matado o arrestado a un gran número de “terroristas”.

La televisión pública negó que hubiera bombardeos de helicópteros en Damasco, como lo habían afirmado fuentes opositoras. “Esto carece completamente de fundamento. La situación en Damasco es normal, pero las fuerzas de seguridad persiguen a los terroristas por algunas calles de la capital con la cooperación de los habitantes”, afirmó.

En el centro de Damasco, donde la circulación era fluida, los agentes de seguridad intensificaron su presencia, inspeccionando los automóviles y haciendo controles de identidad, según los habitantes.

Los residentes en la capital hacían cola delante de las panaderías ante la escasez de pan. “Hay que levantarse a las siete de la mañana para conseguirlo”, dijo un panadero a sus clientes.

Incontables bajas

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, más de 19.000 personas murieron por la violencia en Siria desde que empezó la rebelión contra el gobierno de Bashar al Assad en marzo de 2011, hace ahora casi un año y medio.

La ONU, en tanto, dejó de contabilizar las víctimas a finales de 2011 y ahora es imposible establecer un cálculo independiente de muertos en el conflicto.

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