Ciudad

“No me quería tirar por la ventana, quería respirar”

Anahí Salvatore, quien desde la ventana de su departamento pedía ayuda, recibió el alta médica.


anahi

Una de las primeras imágenes que se conoció de la catástrofe de calle Salta fue la de Anahí Salvatore asomada con desesperación al hueco que quedó como ventana de su departamento del 5º piso. “No me quería tirar, quería respirar”, aclaró ayer para desmentir aquella noticia inicial de “una mujer se quiere lanzar al vacío”.

Anahí se hizo conocida por ser la representación nítida de la desesperación que siguió al estallido del edificio donde ella vivía con Daniel, su marido. En el mediodía de ayer recibió el alta médica: estaba internada desde el martes, primero en el Sanatorio Británico y después en la terapia intensiva del Sanatorio Parque. Lo delicado de su estado de salud estuvo dado por la cantidad de humo que había inhalado el día de la explosión.

“El humo me ahogaba, me quemaba. Lo que sí, estaba muy lúcida, entera y me preocupaba por no perder nunca la lucidez porque desde un primer momento me di cuenta de lo que había sido esta tragedia”, contó ayer con ánimo, contenta por haber superado el trance más difícil de su vida.

La mujer se había quedado el martes en su casa porque sabía que había una reparación por problemas con la red de gas en el edificio. “Diez minutos antes de que pasara todo mi marido me llamó para preguntarme si estaba todo bien y si me había asegurado de cerrar todas las llaves. Al ratito empecé a sentir un ruido muy fuerte y me asusté, llamé a mi marido y le conté lo que estaba pasando. Y mientras hablaba con él sentí olor a gas. Entonces le pedí que viniera, pero por suerte no llegó a tiempo porque la explosión lo podría haber sorprendido entrando al edificio”, relató.

El departamento de Anahí, ubicado en la torre que da sobre calle Salta, quedó prácticamente destruido. “Lo único que estaba más o menos entero era el living. La explosión me hizo caer y me golpeé. Cuando me incorporé empecé a sentir mucho calor… y el ahogo del humo. Ahí me di cuenta de que debía estar lo más lúcida posible. Entonces me fui hasta el living, que estaba bastante bien, y me asomé por la ventana para pedir ayuda”, detalló.

Anahí recuerda que vio el momento en que “la parte de atrás del edificio empezó a derrumbarse”, y eso incrementó la desesperación. “Pero sobre todo el calor, ese calor… y el humo que me ahogaba. Eso era lo peor. Cuando miraba para abajo me pedían que no me tirara, y eso nunca me pasó por la cabeza. Yo no me quería tirar, quería respirar. Y quería que me dieran agua y que se apuraran a sacarme. También veía a mi marido, que me gritaba desde abajo, y eso me tranquilizó porque él estaba bien”, dijo.

Néstor Villagra fue el primer bombero que llegó hasta Anahí con una escalera. Le alcanzó una botella de agua y le empezó a hablar para tranquilizarla. “Cuando sacaba el cuerpo afuera me venía aire fresco y ver que los bomberos estaban ahí me daba fuerza. Ahora quiero encontrarme con ellos, con los que se arriesgaron tanto para sacarme de ahí. Ahora entiendo que ellos arriesgaban la vida como yo”, destacó.

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