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“No estamos en la misma bolsa que las jineteadas o la doma”

Por Luciana Sosa.- Entidades tradicionalistas fueron al Concejo Municipal para defender sus actividades. “Nosotros no maltratamos”, marcaron.


sulky

¿Quién podría imaginar un cuadro de Florencio Molina Campos con gauchos pero sin caballos? El animal, todo un sello argento, sigue presente en la tradición nacional, pero ahora –o desde hace tiempo– se ve severamente cuestionado por las manifestaciones de grupos proteccionistas que reclaman la total prohibición de jineteadas y festivales de doma. En ese marco, esta semana un grupo de tradicionalistas se reunió con la comisión de Ecología, del Concejo Municipal para ejercer la defensa de las actividades que cuentan con equinos como los juegos de sortija, participación en desfiles gauchescos y otras costumbres argentinas. Y ante el pedido de control de las protecctoras de animales, los tradicionalistas replicaron: “Los caballos son parte de nuestra historia. Los cuidamos y no los maltratamos”.

El edil socialista Pablo Colono, vicepresidente de la comisión de Ecología dijo a El Ciudadano que el grupo “defendió sus actividades” en las que, por lógica, están involucrados los caballos. “Y nosotros, sabiendo que ellos no maltratan a los animales, dimos el visto bueno con que sigan”, marcó.

“El caballo es un animal bien argentino, presente en cada acto, es difícil imaginárselo sin ellos. De todas maneras defendemos los derechos del animal, por eso constatamos que estos grupos los tratan bien”, continuó el concejal socialista.

Se sabe que en la ciudad está prohibida la ejecución de jineteada y doma por el grado de agresividad que tiene para con el animal. Sin embargo, los grupos de tradicionalistas (en Rosario existen cerca de 30) afirmaron que el uso del caballo en sus actividades tiene que ver con la tradición argentina, con el desfile, con los juegos que se realizan, “pero jamás con la agresión al animal”.

Así lo manifestó Pascual Villegas, integrante del Centro Tradicionalista Los 8 de Antonio Gil. Paralelamente, Raúl De Miguel, de la agrupación El Facón, agregó: “Nos han metido en una bolsa con la que no tenemos nada que ver. Los caballos forman parte de nuestra historia y nuestro día a día, y  nos dedicamos a cuidarlos. Por eso quisimos dejar en claro que no estamos haciendo nada malo. Al contrario”.

Respeto y cuidado

“Acá hablamos de los juegos de sortija, carreras cortas con obstáculos y otras actividades que no tienen nada que ver con jineteadas o doma y no generan sufrimiento a los caballos porque no requieren el uso de rebenques o espuelas”, tranquilizó Villegas. “Nosotros también estamos en contra del maltrato animal –agregó–. De hecho muchos de nosotros tenemos a nuestros caballos en casa o bien en un campo a su cuidado. Los alimentamos, los cuidamos, son parte de nuestra familia: imposible hacerles daño adrede”.

Mientras tanto, Colono confirmó que el debate seguirá en pie, y en caso de tener alguna reacción de un grupo de proteccionistas “se volverá a tratar el tema con las dos partes”.

Durante la reunión, en la que también fueron consultados por integrantes de asociaciones proteccionistas de animales, los tradicionalistas aclararon que, inclusive, cuando realizan caravanas a Luján u otros lugares del país “se lleva más de un caballo por persona, se los hace descansar y se los alimenta durante todo el trayecto”, además del uso obligatorio de herraduras.

“Siempre fuimos padres y hermanos de andar a caballo. Esto es ya una tradición nacional y familiar, personal. Es parte de la identidad de nuestro país, por eso lo respetamos, defendemos y cuidamos a nuestros caballos”, enfatizó Villegas.

El encuentro tuvo un cierre que no dejó lugar a dudas cuando una de las activistas de las entidades protectoras presentes le preguntó al principal referente de Los 8 de Antonio Gil si estaría dispuesto a acompañarlos en campañas de concientización contra el maltrato de animales. “Por supuesto –fue la inmediata respuesta–. Porque nosotros no estamos de acuerdo con que se los trate mal”.

Imágenes familiares

Raúl De Miguel es el claro ejemplo de la tradición familiar “de a caballo”. En diálogo con este medio recordó cómo eran sus días sobre el carro que conducía su padre, repartidor de leche de la zona.

“De chiquito estoy sobre un carro a caballo, mi padre me enseñó todo sobre ellos cada vez que lo acompañaba a repartir la leche en la zona. En ese tiempo no hablábamos de barrios”, dijo emocionado. También pasó sus tardes de fines de semana, durante 24 años, en el parque Alem, paseando a los chiquitos en un caballo petiso. “Con el tiempo no sólo aprendés a cuidar y tratar a un caballo, sino también a enseñarle a la gente a respetarlo y cuidarlo. Hay muchos que se pensaban que el petiso era un juguete, y uno debe saber cómo decirles amablemente que no lo es”.

A su vez, De Miguel reconoció: “A mis 70 pirulos sé que aún tengo mucho que aprender sobre ellos. Inclusive mi hijo, que es el presidente de la agrupación, me enseña, o me corrige en algunos términos que suelo utilizar. Pero vamos aprendiendo con los años”.

Es más, su hijo se casó “vestido de gaucho” y la novia llegó “en un sulky de 1910” a la iglesia. “Es una joyita que aún utilizamos para casamientos o cumpleaños”, mencionó con orgullo.

Sobre esta vida sobre el lomo de un caballo, que ha pasado del reparto diario de la leche a los desfiles en distintas localidades de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, dijo De Miguel. “Es un hobby que llevamos en el alma y eso se vive dentro de la familia. Cuando nos sentimos incluidos entre los agresores de las jineteadas nos sentimos atacados. Por eso nos reunimos en el Concejo Municipal para dejar en claro nuestro amor por estos y todos los animales, son parte de nuestra historia”.

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