Está a un solo paso. Depende de sí mismo. Y está decidido a quedarse con la gloria para cerrar un ciclo productivo desde todo punto de vista. Este Newell’s que comanda Gerardo Martino intentará esta tarde ante Atlético Rafaela dar un paso más hacia el título. Y después, si hace lo suyo, esperará por el desenlace del choque entre Lanús y River para desatar el festejo que lleva contenido desde hace tiempo.
La Lepra no llega de casualidad a esta instancia mirando a todos desde arriba con una ventaja de tres puntos con seis por jugar. Ha justificado esta posición y diferencia con un rendimiento notable consecuencia, a su vez, de una propuesta que ha sostenido desde la llegada de Martino y que ha logrado potenciar torneo a torneo.
Porque a la idea de juego le agregó jerarquía y madurez en este último tiempo. Y eso que arrancó complicado con los promedios y que este año también jugó la Copa Libertadores, certamen en el que accedió a las semifinales y por el que Martino debió implementar cierta rotación durante el torneo, enfrentando algunos partidos con un equipo ‘muleto’. La sensación que reina en el mundo futbolero es que si apostaba sólo al torneo local, lo pudo haber definido antes.
Pero decidió ser protagonista y no resignar nada. Así lo puso de manifiesto en cada partido, sin importar rival o condición. Mostró convicción para llevar adelante su estilo y temperamento para afrontar paradas bravas. Y seguramente hoy no claudicará en su intento de poner la pelota al piso, tener opciones de pase con movilidad, ser profundo y oportunista en ofensiva, presionar arriba para recuperarlo lo más cerca posible del arco rival.
Es cierto que el Tata se permitió admitir que, al menos en este partido, no le importa tanto la forma y que hasta la resigna si Newell’s gana. Pero resulta difícil pensar que, a esta altura del camino, la Lepra cambiará su mentalidad. Sólo depende de sí mismo para alcanzar la gloria que tanto quiere.
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