El Hincha

Liga Profesional

Newell’s tuvo un muy buen inicio y superó con convicción 2-1 a Banfield en el Florencio Sola

El equipo fue intenso y respetó un planteo inteligente de Javier Sanguinetti para salir victorioso ante un rival y un escenario que el entrenador conoce muy bien. Juanchón García y Ramiro Sordo anotaron los goles de la Lepra en su excursión al sur del Gran Buenos Aires

GENTILEZA JUAN JOSE GARCIA

Ganar en el debut siempre es bueno. Hacerlo de visitante aún más. Y si a eso se le agrega las ausencias, el triunfo de Newell’s 2-1 ante Banfield, más cómodo en el trámite que en el resultado, es un envión positivo para creer que el ciclo Sanguinetti sigue su curso con una idea de juego que va prevaleciendo por encima de los nombres, aunque obviamente las victorias siempre tienen algunos destacados que marcan la diferencia.

Sanguinetti entendió todo. Y los jugadores lo interpretaron a la perfección. A falta de refuerzos y con ausencias de peso, el DT puso en cancha un equipo intenso desde lo físico, que incomodó a Banfield desde el inicio y lo hizo equivocarse mucho. Planteo inteligente, futbolistas comprometidos, el 2-0 de la primera parte fue un reflejo de lo que pasó en la cancha.

No tardó mucho Newell’s en dejarle en claro a Banfield que no iba a tener tiempo para pensar las jugadas. La presión alta obligó a Bologna y los defensores a dividir la pelota, y ahí prevalecieron Lema y Ditta, y la segunda pelota casi siempre la tuvo un jugador leproso, a partir de una concentración de los mediocampistas que por momentos parecieron tener los botines imantados con el balón.

Newell’s amagó a lastimar por derecha, con un par de subidas de Méndez, que proyectado en velocidad fue imparable. La atención de Bologna y el apuro no permitieron anotar, pero el aviso estaba.

El mérito más grande de la Lepra fue apegarse al libreto sin improvisar. Sabía que Banfield podía equivocarse en alguna salida, esa voluntad de Vivas de hacer que el equipo intente jugar sin reventar la pelota indefectiblemente iba a tener alguna fisura. Y sucedió.

Julián Fernández recuperó una pelota apurando a Galoppo y Francisco González salió eyectado, como muchas otras veces. Y esta vez, a diferencia de otras culminaciones fallidas, Panchito vio claro el ingreso a la carrera de Juan Manuel García y le cedió el balón con justeza. Juanchón le dio como venía, un pase a la red imposible para Bologna. Una ventaja inicial merecida.

El 1-0 potenció virtudes leprosas y defectos del local. Newell’s se cansó re recuperar pelotas y salir rápido, y si no fuera por la mala administración de Portillo, Balzi y el propio González en varias contras, el segundo gol hubiera llegado antes.

Otra vez los avisos previos tuvieron consecuencia. Campagnaro cubrió bien de cabeza un retroceso y García dio una lección de pivoteo, aguantó y cedió a Sordo en el instante preciso para evitar el off side y ponerlo de cara a Bologna. Y el delantero, tal vez recordando aquel gol fallado en el Clásico, esta vez se serenó y definió con precisión contra el palo. Ventaja amplia. Merecida.

El segundo tiempo tuvo un impulso inicial de Banfield, tan lógico como inofensivo. Newell’s cerró bien los caminos hacia Macagno, en especial por izquierda donde Campagnaro estuvo firme y Ditta impasable. Con el correr de los minutos la impotencia pasó a ser parte del juego de Banfield, y la Lepra se mantuvo concentrado.

Al igual que en la primera parte, el equipo de Sanguinetti puso anotar tras pelotas recuperadas. Pero el cansancio lo hizo apurar a Juanchó en un mano a mano, que remató por arriba sin precisión; Sforza le erró al arco de frente, tras buena jugada de Sordo; y Méndez, una pesadilla cada vez que pasó al ataque, no pudo acertar a un compañero cuando quedó con tiempo dentro del área.

Los cambios esta vez no ayudaron. En un partido tan intenso, Nico Castro pareció jugar en otra velocidad, mientras que Cingolani y Rossi corrieron pero sin precisión en ataque. Y sobre el final, el VAR le dio un penal dudoso al Taladro que Galoppo cambió por gol, aunque sin tiempo ni siquiera para sacar de mitad de cancha. El partido estaba sentenciado antes, cuando Newell’s siguió al pie de la letra el buen libreto de Sanguinetti. Intensidad, entrega y certeza a la hora de definir. Un buen comienzo, sin dudas.

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