A este Newell’s los años no le pesan. Sus líderes treintañeros están más vigentes y lúcidos que nunca. Quizás no tengan la velocidad o la resistencia de antes, pero compensan con entrega, ambición y mucha inteligencia. En este Newell’s puntero del campeonato, corre la pelota y el rival para recuperarla. Ayer la Lepra le ganó a Quilmes en el sur y se mantuvo en lo más alto del torneo por otra semana.
El equipo tiene experiencia de sobra en todos los sentidos. La individual, que se refleja en la jerarquía de sus hombres para simplificar las cosas. Como Gabriel Heinze con un cierre a tiempo, Diego Mateo con un quite oportuno, Lucas Bernardi con un pase profundo, o Maxi Rodríguez para estar en el lugar indicado. Y después tiene la experiencia colectiva de saber manejar los partidos. De mantener tranquilidad aunque no salgan las cosas.
Ayer, por ejemplo, estuvo algo impreciso en el arranque, pero se mantuvo calmo hasta encontrar el momento para meter el golpe. Y entonces Bernardi habilitó a Muñoz, quien metió el centro atrás, Pablo Pérez no pudo empujar y Maxi apareció por detrás de la jugada para poner la ventaja. Con la diferencia, Newell’s estuvo más claro en el complemento y justificó ampliamente la victoria. Mateo metió el segundo de cabeza luego de una jugada preparada. Y después lo tuvieron Figueroa, Muñoz y Maxi, pero Peratta evitó la goleada.
El partido le dio margen a Berti para mover el banco con los ingresos de Tonso y Orzán. Y también para hacer debutar a Ezequiel Ponce, el goleador de la séptima y la joyita de las inferiores, con apenas 16 años para que empiece a conocer el paño.
Newell’s se propuso revalidar su ambición en el arranque del torneo y volver a pelear por el título. Hasta ahora marcha puntero y tiene experiencia para sostenerlo.
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