Jugar. Soñar. Sufrir. Gozar. En un partido memorable, repleto de aciertos y errores, pero donde la emoción estuvo siempre a flor de piel, la Lepra derrotó a Racing 4-3 sobre la hora y mantuvo la cima de un torneo Final que cada día enamora más a los hinchas.
Newell’s hizo mucho para ganar, pero también se complicó solo un partido que tenía controlado y hasta lo pudo perder. Lo que hubiera sido un pecado difícil de perdonar. Fue dominador desde el inicio y casi sin darse cuenta se puso 2-0. Primero con un remate de Casco que sorprendió a Saja. Y promediando la media hora con una penal que le cometió Ortiz a Tonso, tras una gran jugada individual del volante, que Scocco ejecutó con maestría.
Para mejor, un rato más tarde Diego Villar se hizo expulsar y el partido parecía definido.
Pero Newell’s hizo todo para complicarse. Heinze falló inexplicablemente ante un pelotazo frontal y Vietto definió de emboquillada para el 2-1.
En el inicio del segundo tiempo la Lepra entró en la siesta habitual de otros partidos y otra vez falló Heinze en un cruce y Vietto puso el 2-2.
Enseguida Newell’s reaccionó. Casco metió un centro preciso y Pablo Pérez de cabeza puso una vez más a la Lepra arriba. Pero el partido y la Lepra tenía reservado un poco más de sufrimiento. Falló Tonso en ataque y Vietto encontró una vez más a contrapierna a la defensa para el 3-3.
Pudo definirlo Racing, pero Guzmán salvó ante Cámpora. Y cuando se moría el partido, Scocco frotó la lámpara y con un pase exquisito dejó a Maxi Rodríguez de cara al gol para que la Fiera pusiera el 4-3 y desatara el delirio. Newell’s ganó un partidazo, mantuvo la punta y sueña. Con Scocco, todo es posible.
