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Jugó muy bien y fue un justo ganador

Newell’s brilló y triunfó ante Unión de Santa Fe por 2 a 0

La Lepra recuperó la memoria y fue superior al Tatengue de principio a fin. Diego Mateo, en su retorno, fue la gran figura.


sintesisUn 2-0 que renueva la confianza. Un triunfo esperado y necesario para recuperar terreno. Un rendimiento para tomar como parámetro de lo que Newell’s puede dar cuando se lo propone. Con juego asociado para imponerse claramente ante Unión y con mucha convicción para imponerse en todo momento.

Diego Mateo contagió a Newell’s de energía positiva. Irradió esa simpleza con la que juega para complicarse lo menos posible y la confianza que sólo puede tener un tipo decididamente optimista que se bancó seis meses afuera por una infección en un dedo.

Un luchador al que el destino futbolero lo premió con la segunda conquista del equipo después de un sinfín de oportunas barridas, una entrega inconmensurable y un sentido exacto de la ubicación.

A su alrededor apareció un inspirado Víctor Figueroa, tan peligroso con su cambio de ritmo como errático en la definición. Abrió la cuenta a los ocho minutos de juego con un cabezazo en el segundo palo tras un desborde de Milton Casco, pero dispuso de una buena cantidad de chances para marcar un par más.

A ellos se acoplaron un incansable Hernán Bernardello, Nicolás Castro con su pausa y claridad, Ezequiel Ponce y toda la fuerza de su juventud, Maxi Rodríguez y su jerarquía pese a estar condicionado por una molestia que lo obligó a salir en el primer tiempo, Mauricio Tevez y su desequilibrante velocidad.

También contó Newell’s con la colaboración de un apático Unión, que se olvidó las ideas y la reacción en Santa Fe. Un rival que nunca lo exigió y al que la Lepra golpeó de entrada para marcar presencia y autoridad.

Esa tempranera conquista le permitió manejar los tiempos del partido a su antojo. La defensa colaboró para darle seguridad al resto del equipo y Oscar Ustari resolvió con agilidad el único disparo del Tatengue en el partido.

La victoria fue una consecuencia lógica de superioridad, actitud, confianza y determinación. Virtudes que el equipo recuperó anoche en el Parque Independencia.

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