Alfredo Berti está hoy en el centro de las críticas. Su Newell’s arrancó el año sin victorias ni goles y en los últimos dos partidos fue decididamente sobrepasado por sus rivales (Atlético Nacional y Gimnasia La Plata). Al DT lo condiciona el rendimiento del equipo, que no se asemeja en lo más mínimo al que supo tener, y también el arrastre. Es que, más allá de los atenuantes que pudieron existir en el final del último campeonato, la Lepra acumula 11 sin ganar desde el 1-0 frente a River en el pasado torneo. Muchos le apuntan directamente al entrenador y otros directamente sugieren su salida.
Berti admitió el domingo pasado en La Plata que “los procesos se sostienen con resultados” y que su decisión “siempre será lo mejor para Newell’s”. Así, dejó implícito que sabe que su continuidad está en discusión, aunque también manifestó sentirse “tranquilo” y “confiado” en poder revertir esta racha porque entiende que en el plantel hay material de sobra para hacerlo.
A la hora de buscar explicaciones, Berti seguramente incidió para que Newell’s no pueda ganar. Es cierto que los partidos se definen en el campo de juego, pero el entrenador decide quiénes arrancan y quiénes se mantienen en cancha. En ese sentido, al DT siempre se lo ha criticado por demorar en hacer los cambios.
¿Es realmente Berti el único responsable de lo que pasa? Al DT le empezaron a caer cuando perdió el clásico y las críticas se potenciaron en el final del torneo pasado cuando a la Lepra se le escapó el título.
Desde el juego, el equipo no responde. Mantiene la intención de siempre, pero no ostenta esa superioridad que lo puso en boca de todo el fútbol argentino apenas algunos meses atrás.
No es que luzca abatido, pero tampoco mostró en estos partidos demasiados signos de reacción. Y como no se considera ninguna variante táctica (NdR: hace años que juega 4-3-3) sólo se apela al momento individual de cada jugador. Berti cambió algunas piezas de un torneo a otro, pero el equipo no aparece en toda su dimensión.
Y ahí es cuando queda claro que algunos jugadores no atraviesan su mejor momento. En lo defensivo hay errores de todo el equipo; en la parte ofensiva, no aparecen las soluciones que antes surgían gracias a la movilidad y a la precisión. Escasean las chances, las cosas no salen, la suerte tampoco acompaña y la confianza empieza a mermar.
¿Cuál es la solución? Siempre se dice que el primer fusible es el técnico. Y que a veces un cambio de aire es lo mejor a corto plazo. Pero también es cierto tener en claro que para pensar en una salida del entrenador es necesario considerar cuáles son las opciones. Improvisar un técnico en el medio de un cuatrimestre plagado de partidos no aparece como la opción más indicada.
También es cierto que si los resultados no acompañan, la salida llegará por decantación porque el margen será cada vez menor. ¿Y hasta cuándo se debería esperar entonces por la recuperación? Nadie tiene la respuesta precisa. Es “prueba y error” fecha a fecha, un par de jornadas de plazo o confiar con todo en este cuerpo técnico y dejarlo más tiempo. A fin de cuentas, hay un proceso por detrás y Berti parecía ser el técnico indicado para continuarlo tras la salida de Gerardo Martino.
Lo cierto es que Berti está en el ojo de la tormenta. Todos en Newell’s lo saben. Pero nadie se anima a afirmar si habrá final de ciclo o si la Lepra repunta en las próximas fechas y recupera la tranquilidad.
Tres ausencias para el jueves
Si hay algo bueno para Newell’s en este cuatrimestre es que tiene rápida revancha a cada rato. La Lepra jugará este jueves ante Belgrano en Córdoba, por la tercera fecha del torneo Final, desde las 17 y con arbitraje de Diego Ceballos.
Y Alfredo Berti tiene unas cuantas bajas para ese compromiso. Es que Diego Mateo y Nicolás Castro llegaron al límite de amarillas y deberán purgar una fecha de sanción. Y además, Milton Casco difícilmente sea de la partida por un esguince de tobillo izquierdo que sufrió ante Gimnasia en La Plata.
Es cierto que el cuerpo técnico tenía en mente darle descanso a aquellos que jugaron los tres partidos del año, pero ante la falta de resultados quizás ponga algún titular más para buscar la victoria que tanto necesita.
Por lo pronto, el plantel entrenó ayer por la mañana en Bella Vista, a puerta cerrada y sin atención a la prensa. Una modalidad que se extenderá hoy y mañana, por lo que ningún jugador hablará con los medios hasta después del compromiso ante Belgrano.
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