“Por las dimensiones que me cuentan de la cancha, va a ser difícil imaginar un partido abierto. Va a estar la pelota mucho en las áreas y tendremos que estar muy atentos”. La advertencia, en vísperas del partido frente a Atlético de Rafaela, corrió por cuenta de Gabriel Heinze, uno de los referentes futbolísticos de este Newell’s, que el domingo buscará consumar un triunfo que lo deje en el umbral de la consagración del Torneo Final, a la espera del resultado que se registre en el encuentro nocturno entre Lanús y River, los inmediatos perseguidores en la carrera por el título de campeón.
Si algo ha caracterizado a Newell’s desde la llegada de Gerardo Martino como DT, es la irrenunciable intención de desplegar un fútbol ofensivo y estéticamente bien concebido, sin reparar en la mayor o menor jerarquía de los rivales de turno, en las condiciones de los partidos (local o visitante), o en las dimensiones de los campos de juego.
Newell’s no especula ni modifica el estilo. Puede salirle mal y perder, es cierto. Pero siempre reivindica el buen trato de la pelota a partir de la capacidad de sus individualidades y de una metodología de juego que ya lleva un año y medio de trabajo bajo la tutela del Tata Martino.
En un partido decisivo para sus aspiraciones de campeón, Newell’s jugará el domingo en una de las canchas con dimensiones más reducidas del fútbol argentino. El campo de juego del denominado estadio Monumental de Rafaela, mide 95 de largo por 60 metros de ancho. El más angosto de los equipos que militan en Primera División. De allí la observación del Gringo Heinze. Y, seguramente, del cuerpo técnico leproso en la antesala al trascendental partido.
¿Cómo le ha ido al Newell’s de Martino en canchas chicas? Tomando la medida estándar de 105 por 70 metros de los campos de juego del fútbol argentino, sobre 10 encuentros jugados en reductos reducidos, el equipo del Tata ganó 2, empató 4 y perdió los 4 restantes. Una tendencia que marca la dificultad que se le planteó a Newell’s para desarrollar lo mejor de fútbol en escenarios en donde no abundan los espacios y la pelota llega con un simple envío largo de un área a otra.
En el Clausura 2012, el primer torneo del Tata al frente del equipo, logró Newell’s una victoria 2-1 sobre Olimpo (94 de largo por 70 metros de ancho) en Bahía Blanca, un empate 1-1 en Sarandí ante Arsenal (103 x 67 mts), y derrotas 3-1 en cancha de Tigre (101 x 68) y 2-1 en el Hilario Sánchez de San Juan (100 x 70).
El calendario del Torneo Inicial 2012 le deparó a Newell’s dos visitas en canchas reducidas: una con empate sin goles en el estadio José Dellagiovanna de Tigre, en el que dilapidó una buena cantidad de situaciones de gol, y un triunfo 3-1 ante Argentinos (100 x 67 metros) en un partido de ida y vuelta en La Paternal.
Y en el actual Torneo Final 2013, la cosecha en canchas chicas tiene saldo negativo: igualdades 1-1 en San Juan y Quilmes (105 x 66); y caídas 0-2 en Sarandí y 1-2 en el estadio de All Boys (100 x 65). Evidentemente, más allá de que en cada partido influyen variados factores para alterar el rendimiento de un equipo de una fecha a otra, las dimensiones del campo de juego de Atlético de Rafaela será otro obstáculo a sortear por parte de Newell’s.
Ahora bien, ¿cómo le ha ido al Rojinegro como los mismos rivales como local? Sobre 9 encuentros, 6 victorias (Argentinos, Rafaela en dos ocasiones, San Juan, Arsenal y Tigre), 2 empates (All Boys y Quilmes), y tan sólo 1 derrota (frente a All Boys en el partido que le quitó el invicto en el campeonato pasado). La mitad de los triunfos, por más de dos goles de diferencia.
En Rafaela, el equipo del Tata Martino irá por una victoria que le permita acariciar la consagración. Tendrá que superar la oposición que le pondrá el elenco que dirige Jorge Burruchaga y la dificultad que le planteará la cancha más chica de la Primera División del fútbol argentino para desarrollar su mejor fútbol.
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