A menos de 24 horas para el estreno de Newell’s en el presente torneo Inicial 2013, la pregunta de todos tras la salida de Gerardo Martino es clara: ¿A qué puede aspirar el equipo con Alfredo Berti en el banco?
No hay ninguna duda que el ciclo pos Martino carga con una mochila pesada. La pasará a Berti como le hubiera sucedido a cualquiera. El peso específico del Tata dentro y fuera de la cancha, el título recientemente obtenido y el juego elogiado del equipo elevaron el nivel de exigencia del hincha leproso. La vara está muy alta. No será fácil alcanzarla.
De todas maneras los primeros pasos del nuevo entrenador fueron inteligentes. “Me gusta el sistema 4-3-3 que usaba Martino, no hay por qué cambiar”, anunció. Lejos del capricho de muchos ‘bielsistas’, Berti entendió que la mejor idea era tocar el estilo lo menos posible, y en los escasos amistosos de pretemporada fue fiel a sus palabras, inclusive ubicando a Víctor Figueroa como extremo derecho, como lo hacía el Tata.
El equipo está acostumbrado a jugar con un estilo definido, que prioriza la tenencia del balón, con proyección constante de los laterales, con mucha paciencia, arriesgando desde el propio Guzmán saliendo con la pelota al piso y con el pelotazo como palabra prohibida. Berti lo sabe y al menos en estos seis primeros meses optará por respetar lo que funciona. Cuanto menos toque, mejor.
Un punto a resaltar es que el equipo es más o menos el mismo. Es cierto que se fueron dos piezas importantes como Ignacio Scocco y Santiago Vergini, pero la llegada de David Trezeguet puede suplir en parte los problemas ofensivos que podrían aparecer. Aunque el franco-argentino obligará al equipo a hacer algún ajuste, ya que si bien tiene técnica para participar del circuito de juego fuera del área, su fuerte en dentro de ella, inclusive en el juego aéreo, por lo que sus compañeros deberán adaptarse a él si quieren que sea un jugador efectivo.
Seguramente este será otro gran desafío del cuerpo técnico. Newell’s necesita de Trezeguet, porque la otra y única alternativa tras la salida de Urruti es Víctor Aquino, y por antecedentes no es ninguna garantía.
“No queremos que sea un torneo de transición”, señaló Berti. Esta bien que así lo haya expresado. Aunque la realidad indica que un torneo de 30 puntos no sería una marca despreciable.
Martino dejó 106 puntos en tres temporadas, 74 unidades estarán en los promedios dos años consecutivos y darán mucho alivio. Por eso Jorge Theiler se enojó cuando llegaron Manso, Lazzaroni o anotaron a Jara. Si no es este el momento de empezar a proyectar juveniles, ¿cuándo será?
Por continuidad de un proceso la Lepra debería ser nuevamente protagonista. La duda aparece por la falta de experiencia de Berti y su capacidad para resolver esos pequeños detalles que marcarán la diferencia en la recta final. Con el Tata en el banco inclusive Aquino podría ilusionar. Por ese motivo la mochila más pesada para Berti será que sus decisiones siempre serán comparadas con lo que hubiera hecho Martino. Si pasa este examen, el del juzgamiento interno, la proyección de Newell’s en el torneo Inicial debería ponerlo entre los cinco primeros. De ahí a pelear el título ya dependerá de los jugadores.
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