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Murió Puccio, el cerebro de los secuestros

Clan Criminal. A los 84 años murió el jefe de la banda que hizo capturas extorsivas y asesinó a tres empresarios en los años 80.


puccio

El abogado Arquímedes Puccio (84), quien estuvo preso durante 23 años por haber secuestrado y asesinado a tres empresarios en su casa de San Isidro, murió ayer en la vivienda que alquilaba en la ciudad pampeana de General Pico, víctima de una complicación cerebro vascular.

El jefe de la sección II de la Policía de General Pico, comisario Mauro Bertone, confirmó que la muerte de Puccio se produjo alrededor de las 4.30 de la madrugada y que su cuerpo fue encontrado acostado sobre la cama en su casa ubicada en la calle 4 1253 del barrio El Molino.

Además, agregó que por el momento ningún familiar quiso hacerse cargo del cuerpo, por lo que aguardan una decisión judicial para ver si lo entierran “en una fosa común del cementerio de General Pico”.

El jefe policial explicó que Puccio sufrió una complicación por un ACV (accidente cerebro vascular) y que el hallazgo del cuerpo lo realizó un hombre con quien convivía, un predicador de la Iglesia Evangélica de General Pico, religión que practicaba hace años y a la que se volcó estando preso.

“Él había sufrido hace unos años un ACV y pese a que andaba bien y se podía manejar por sí solo necesitaba una medicación diaria. Su compañero de vivienda lo encontró precisamente cuando fue a buscarlo para darle la medicación”, indicó Bertone.

Puccio fue condenado en 1995 por liderar la banda que secuestró y mató a los empresarios Eduardo Aulet, el 5 de mayo de 1983; a Emilio Naum, el 22 de junio de 1984, y a Ricardo Manoukian, el 22 de julio de 1982.

Además de Arquímedes, dos de sus hijos conformaban el clan encargado de participar de los hechos, el ex rugbier Alejandro Puccio y su hermano Daniel.

Los Puccio fueron condenados a reclusión perpetua por esos secuestros extorsivos seguidos de muerte, y también por otro secuestro, el de Nélida Bollini de Prado, el 23 de julio de 1985, quien fue rescatada con vida.

Además de los Puccio, la organización criminal estaba compuesta por el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.

Arquímedes Puccio fue condenado el 26 de diciembre de 1995 y, si bien los primeros años fue beneficiado por una prisión domiciliaria, en 2004 lo enviaron a una cárcel de La Pampa luego de que se comprobó que salía de su casa.

El comisario Bertone señaló que Puccio estuvo cumpliendo condena en una primera etapa en la Unidad Penitenciaria 4 de Santa Rosa, una cárcel común, pero en los últimos años fue trasladado a la Unidad 25 de Régimen Semiabierto de General Pico, donde además de tener salidas transitorias pudo estudiar y se recibió de contador y abogado. Al recuperar la libertad en 2007, Puccio empezó a profesar el culto evangélico y se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). En General Pico montó un estudio jurídico y se dedicó a defender a mujeres golpeadas. En los últimos tramos de su vida se convirtió a la fe cristiana en una iglesia evangélica. El pastor Eliud D’Cifuentes lo cuidó hasta el último día de su vida, porque tenía arritmia y no tragaba bien.

El jefe policial contó que Puccio se había casado con una mujer mucho más joven que él, con la que convivió varios años, pero hacía unos cuatro meses estaba separado.

“Él ejercía como abogado, allí en su vivienda había puesto su propio estudio jurídico, asesoraba por jubilaciones y otros temas y tenía sus clientes”, comentó el comisario Bertone.

El jefe policial además relató que Puccio “pese a su pasado, nunca fue increpado en la vía pública ni sufrió repudio de la comunidad aunque él generaba cierto recelo por sus delitos e igual dialogaba con la gente, se relacionaba con los vecinos, visitaba la unidad y a los presos detenidos”.

Destacó que pese a que el cuerpo no presentaba lesiones, la fiscal Ivana Hernández ordenó una autopsia que se realizó ayer en General Pico.

Bertone indicó que a Puccio “no lo visitaba nadie, ningún familiar, y a raíz de su fallecimiento se le avisó a una sobrina que no quiere hacerse cargo del cuerpo, por lo que habrá que esperar si se lo entierra en General Pico en una fosa común o se espera a que alguien lo venga a retirar”.

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