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Multitudinaria movilización contra el gobierno nacional

Miles de personas participaron en grandes ciudades de la manifestación, que esta vez fue impulsada por el arco opositor. Rosario también expresó su descontento


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La Plaza de Mayo en Buenos Aires fue nuevamente ayer el epicentro de una multitudinaria movilización contra el gobierno que también se extendió a otras ciudades del país, pero que contó esta vez con la participación e impulso de dirigentes de todos los sectores de la oposición.

El punto de encuentro porteño fue el cruce de Callao y Santa Fe, en barrio Norte, donde miles de vecinos se concentraron para marchar rumbo a la histórica plaza cargando una larguísima bandera con la leyenda: “Primero el país”, en letras negras.

Como en las tres convocatorias anteriores, las consignas fueron variadas e impresas en carteles y banderas: “Justicia independiente”; “basta de la corrupción”; “más seguridad”; “basta patoterismo de Moreno”, además de imágenes repetidas de Leonardo Fariña y el empresario Lázaro Báez, involucrados en un aún incierto escándalo de lavado de dinero.

La convocatoria coincidió con la aprobación anoche en el Senado de uno de los proyectos polémicos de la reforma judicial, el que limita las cautelares contra el Estado.

Mientras, líderes de la oposición se mezclaban en las columnas: se la vio a Elisa Carrió codo a codo con Fernando “Pino” Solanas, al peronista Gerónimo “Momo” Venegas junto al presidente de la UCR, Mario Barletta, además de Ricardo Alfonsín, el socialista Hermes Binner, Victoria Donda, Patricia Bullrich, Graciela Ocaña y Daniel Amoroso, Ricardo López Murphy y Rogelio Frigerio, entre muchos otros.

En la manifestación se vio a personas de distintas clases sociales, pero mayormente de clase media, con todo tipo de utensilios de cocina y banderas argentinas.

Las columnas partieron de varios puntos de la ciudad de Buenos Aires y también hubo una importante convocatoria en las puertas de la Quinta de Olivos.

La presidenta Cristina Kirchner no estaba allí ni en la Casa Rosada: pocos minutos antes del inicio de la protesta había despegado junto a su par uruguayo, José Mujica, rumbo a Perú para participar de una cumbre de urgencia de la Unasur en apoyo al presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro. De todos modos, durante un acto en Casa de Gobierno buscó reivindicar la libertad para que los opositores puedan manifestarse: “El que quiera protestar me parece bien”, dijo.

Sí permanecieron hasta tarde en la Casa Rosada el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que siguieron la protesta por televisión. En varios puntos del conurbano bonaerense hubo manifestaciones, al igual que en las principales ciudades del interior, como Mar del Plata, Santa Fe, Rosario (ver página 8), Salta y San Carlos de Bariloche. En el exterior hubo algunas concentraciones que arrancaron en Sydney y Tokio y pasaron por unos quince países.

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