Ciudad

Ya no habrá nafta para motociclistas sin casco

Por Guillermo Correa.- Así lo dispuso por unanimidad el Concejo, tras un largo debate. La “prohibición” estará en carteles visibles.

Eran sólo tres artículos, una medida reclamada y esperada, había consenso de sectores involucrados; todo indicaba el paso fácil de una ordenanza que apuntaba a un problema acuciante. Pero no. Casi cuatro horas demandó el debate –incluyendo un cuarto intermedio– hasta que finalmente se dio el puntapié sin vuelta atrás: “Prohíbase la carga de combustible sin casco reglamentario”, será el cartel que estará en todas las estaciones de servicio de la ciudad y aquellos que lleguen sobre la moto deberán irse sin nafta si insisten en no cumplir con lo que manda la ley. Así se aprobó –y finalmente en forma unánime– en la sesión de ayer del Concejo Municipal.

El tema que se debatía no es menor, ni tampoco los argumentos volcados por los distintos ediles. Ninguno de los concejales negaba una realidad contundente: en el año 2005 el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez atendió a 1.200 motociclistas que sufrieron lesiones de distinta gravedad en siniestros viales, y por la misma causa a 500 automovilistas. Cinco años después, en 2010, la cantidad de automovilistas –conductores o acompañantes– atendidos en el Heca no varió: nuevamente fueron 500. Pero la cifra de motociclistas sí varió, y mucho: fueron 2.400, el doble.

Las contundentes cifras –en base a información de distintas áreas municipales– fueron exhibidas por el edil socialista Aldo Gómez, autor original de la iniciativa que se estaba tratando. El concejal, que marcó que las peores lesiones las sufrieron –obviamente– quienes al momento de ocurrir los hechos de tránsito circulaban sin llevar puesto su casco, también sostuvo que entre enero y agosto de este año se labraron 1.000 actas por conducir motos sin casco, y se remitieron 3.400 motos al corralón, la mitad por no llevar casco.

Desde las gradas del recinto, miembros dela Asociación MoterosRosario, una de las entidades que vienen realizando campañas de concientización sobre el tema, asentían cada una de las cifras. Incluso uno de ellos había relatado a los ediles una experiencia que él mismo tuvo en una estación de servicios de Chile mientras esperaba turno para cargar combustible. Estaba ya dentro de la estación, cuando un carabinero le dio dos alternativas claras: “O se pone el casco o se baja de la moto”.

Así se iba debatiendo la norma, que en su artículo 1º dispone que todo motociclista debe tener el casco incluso mientras circule dentro de la estación de servicios a menos que se baje; y que establece quela Municipalidadlance una fuerte campaña de información y concientización, además de la instalación de los carteles en las estaciones. Pero ahí aparecieron las primeras diferencias: ¿qué iban a decir los carteles?

Es que durante el tratamiento del proyecto en comisiones, antes de su llegada al recinto, se buscó llegar a consenso con los dueños de las estaciones de servicio. Y, según refirieron los concejales, los empresarios agrupados en Faeni –la Federación Argentinade Expendedores de Nafta del Interior– no sólo dieron su apoyo sino que hasta ofrecieron costear de su bolsillo parte del costo de folletería que insumirá la campaña. Además, a último momento también dio el sí el gremio del sector. Pero, claro está, el respaldo tenía una condición, y es que no hubiera sanciones a las expendedoras de combustibles.

La salvedad creó un escenario confuso: si no había sanciones, no había una “prohibición” efectiva, marcaron, entre otros, los opositores María Eugenia Bielsa, Diego Giuliano y Héctor Cavallero. Pero si las había, el infractor pasaba a ser el playero o el dueño de la estación, y no el motociclista que no llevaba casco. Así las cosas, todo iba camino a convertirse en una mera “recomendación”, y lo que disponía la ordenanza era una campaña de concientización para la que no hacía falta un instrumento legislativo como el que se estaba debatiendo.

Cuando en las gradas los moteros, visiblemente incómodos, se miraban entre sí, el socialista Edgardo Falcón lanzó una suerte de llamado a la cordura con fuerte tono, y pidió un cuarto intermedio para acercar posiciones. Desde el oficialismo se pedía que la normativa volviera a su espíritu original, esto es la prohibición de cargar combustible a una moto cuyo conductor no tenga casco. Y, desde la oposición, se alegaba que el poder de policía del Estado no podía ser transferido a los empleados de las estaciones de servicio, lo que implicaría una sobrecarga en sus tareas y una exposición a posibles situaciones de violencia por parte de motociclistas.  No sin dificultades, la “solución salomónica” llegó: la normativa –y los carteles en las estaciones– marcará la prohibición, pero no del “expendio” de combustible a motociclistas sin casco, sino de la “carga” por parte de ellos. Y para hacer cumplir la normativa, entre las medidas que se barajaron –será el Departamento Ejecutivo el que las determine– está respaldar la flamante normativa con personal de Tránsito rotando en distintas estaciones de servicio. “El objetivo –y ahí coincidieron todos– es de salud, es que no se maten más pibes por no llevar casco”.

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