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Miep Gies: la mujer que rescató el diario de Ana Frank

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Miep Gies: la mujer que rescató el diario de Ana Frank

 El pasado 15 de febrero Miep Gies cumplió 100 años, esta mujer que fue una de las cuatro personas que asistieron a la familia Frank, mientras permanecieron escondidos en un ático para no ser llevados a los campos de concentración, recibe todavía a diario cartas de todos los rincones del mundo en las que le preguntan acerca de su relación con Ana Frank y su papel de protectora. Gracias a ella el mundo pudo leer “El diario de Ana Frank”.

 Desde el momento en que dos familias deciden esconderse para salvarse de la persecución nazi, pasan a depender por completo de cuatro personas que los ayudan desde el exterior para proveerles mercaderías y las cosas necesarias para sobrevivir. Entre estas cuatro personas se hallaba Miep Gies. Hay que pensar en el compromiso que tomaron estas personas ya que ayudar a los judíos estaban penalizado, pero ninguno dudó de dar un sí contundente cuando el señor Frank les comentó que de esta forma iba pasar con su familia y otros amigos a la clandestinidad. Esta gran mujer que adquirió notoriedad sobre todo como «la mujer que salvó el diario de Ana Frank», fue una de las «protectoras de escondidos» más conocidas de la Segunda Guerra Mundial.

Aspectos de su vida

Su nombre completo es Hermine “Miep” Santrouschitz Gies, nació en Viena, Austria en 1909 y en 1922 con toda su familia y debido a la escasez de alimentos provocada al finalizar la Primera Guerra Mundial, se traslada a Holanda. En 1941 se casa con Jan Gies. Otto Frank que era un judío alemán, para librarse de los nazis viaja a Holanda y establece allí una empresa que vendía un producto especial para la elaboración de mermeladas y Miep es una de sus secretarias.

No somos héroes

En una entrevista que le realizaran hace poco para una página ella dice: “Siempre recalco que no somos héroes. Cumplimos con nuestro deber de seres humanos: ayudar a los necesitados. Muchos no lo hicieron, algunos por temor. Tener miedo es algo que no se puede reprochar a nadie. Y quienes lo confiesan abiertamente, como hizo una amiga mía por aquel entonces, incluso me parecen valientes”.

Cuenta que cuando los vienen a buscar, antes de que suban a la furgoneta los papeles de Ana caen por el piso ya que uno de los ocupantes los vuelca para usar el maletín y entonces después ella los recoge y cuenta: “No le entregué [a Otto Frank] inmediatamente después de su regreso los papeles de Ana, pues mantenía la esperanza, por más pequeña que fuera, de que ella volviese… Cuando en julio de 1945 supimos que Ana y Margot habían muerto en Bergen-Belsen, devolví al señor Frank los papeles con los escritos de su hija. Le di todo lo que había guardado en mi escritorio de la oficina”.

Justa entre las Naciones

Esta gran mujer fue condecorada como “Justa entre las Naciones”, el honor más alto concedido a un no judío por Yad Vashem; fue nombrada Caballero por la Reina Beatriz de Holanda. Su esposo murió en el año 1993. Ella escribió un libro titulado “Mis recuerdos de Ana Frank” y ha dado varias conferencias. En la actualidad vive en Amsterdan, goza de buena salud y cumplió 100 años hace unos meses.

 

 

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