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Memoria para no repetir, memoria feminista para reconstruir

El libro “Efemérides con Perspectiva de Género: una memoria feminista a contrapelo de la historia oficial”, de Rosa García y Victoria Tolisso, propone redefinir desde otra óptica hechos del pasado y reinventar el futuro, “un acto de justicia con las mujeres, identidades feminizadas y diversidades"


Memoria para no repetir. Memoria feminista para reconstruir. De eso se trata el nuevo libro Efemérides con Perspectiva de Género: una memoria feminista a contrapelo de la historia oficial, de Rosa García, escritora, y Victoria Tolisso, diseñadora e ilustradora, editado por la Editorial Biblioteca de la Biblioteca Popular Vigil. El texto de contratapa es claro al definir la propuesta: “El texto convoca a la interrogación y al diálogo, apuesta a inquietar, a ampliar los horizontes de búsqueda y pensamiento”.

Proponer una mirada crítica a los procesos históricos latinoamericanos resulta ser un paso fundamental en el camino hacia una sociedad más igualitaria para todes. Redefinir desde otra óptica acontecimientos del pasado y reinventar el proyecto futuro, como dice García, “es un acto de justicia con nuestras ancestras”. Las mujeres, identidades feminizadas, diversidades, son les grandes ausentes en el relato oficial.

La perspectiva feminista y crítica de la colonialidad, fundada en los Derechos Humanos, fue el punto de partida para la elaboración del libro. “Una perspectiva que ponga en juego otros saberes para analizar y deconstruir significados, prácticas, representaciones, símbolos, instituciones y normas socialmente producidas y reproducidas en todos los espacios sociales”, subraya el texto en sus primeras páginas.

El profundo borramiento de las huellas de las mujeres

El recorrido de Rosa García por el feminismo, el género y la historia es de larga data, pero la autora ubica 2009 como el año en que dio el puntapié inicial de este rodeo que la llevó a escribir el libro: cuando en el museo comenzó a estudiar sobre mujeres e historia colonial. En 2012 empezó a compartir material con sus alumnas de profesorado y fue testigo del entusiasmo.

“En el seminario tenemos desde ese entonces un espacio virtual en el que todas las semanas comparto algo de la cultura producida por mujeres. Es tan profundo el borramiento de sus huellas que hay que reponer estas biografías, esas producciones. Veía que se lo compartían también a otros; cuando volvíamos al año siguiente a dictar el seminario ya todas habían visto lo del anterior, así que tenía que renovar”, expresa García.

En 2015 presentó en la Universidad Autónoma de Entre Ríos un proyecto para crear el Programa de Estudios de Género, que se concretó en 2016. Esos años de acopio de material y la abundante experiencia desembocaron en un 2020 pandémico. “Hacía mucho había empezado a trabajar cómo transversar la perspectiva de género en todos los lugares posibles y en el momento de la pandemia me puse a ordenar todo lo que tenía. A veces uno produce y produce, está en esa vorágine, como si siempre faltaran cosas por hacer”, cuenta.

En medio del distanciamiento social salió una convocatoria del Ministerio de Cultura de Santa Fe, donde estaba la posibilidad de presentar un proyecto editorial. Así surgió la idea de volcar todo al formato libro. “Le comenté la idea a Victoria Tolisso: un libro como material pedagógico para el aula. Y después salió la convocatoria”.

Efemérides a contrapelo de la historia oficial

Efemérides con Perspectiva de Género está compuesto por una larga lista de efemérides entendidas no en el sentido tradicional. El texto cuenta con cuatro capítulos: 1) Efemérides Tradicionales Revisitadas; 2) Nuevas Efemérides; 3) Efemérides y Derechos Humanos; 4) Efemérides de la Diversidad Sexual. Son autoconclusivos pero también se relacionan con los demás, esto con la intención de que cada uno pueda abordar el libro como prefiera: se puede leer uno solo, se puede leer y relacionar todos.

“Este es un orden que pensamos nosotras, pero puede haber muchos órdenes más en la lectura, el lector también es el autor”, dice García.  “La idea viene con esta cuestión de intentar resolver un problema práctico que tenía en mi propia experiencia docente: tener un material que sistematizara y agrupara estas cuestiones dentro de la escuela. Al inicio no lo pensé como efemérides, nunca me gustaron, pero en realidad lo que no me gustaba era esa forma tradicional de darlas. Empezamos a pensar cómo darle otra vuelta. De ahí salió esta idea de las efemérides a «contrapelo de la historia oficial»”, explica.

García explica que “en la escuela incorporamos una matriz de aprendizaje sobre las relaciones de y entre géneros que repercuten en nuestra construcción subjetiva y los sesgos son parte de los propios procesos de construcción de conocimiento”.

“Por ejemplo: en los problemas de matemáticas las mujeres hacen las compras. «La mamá de Jorgito fue al supermercado y compró un kilo de tomates a tanto y esto otro a tanto». Si vos ves ese enunciado decís «la mamá de Jorgito solo sabe hacer las compras y no las hace muy bien porque le tenemos que buscar respuesta», o sea que además es una mujer incapaz. Eso es un sesgo. En el caso de los hombres, ellos alambran campos o construyen una casa”, manifiesta la docente, y agrega: “Entonces, esos chicos y esas chicas que leen el problema están aprendiendo, además de todas las operaciones matemáticas, que las mujeres hacen las compras, los cuidan, le dan los medicamentos, y los varones viajan y construyen”.

Todas estas prácticas sedimentan una forma de ser y estar. El trabajo que se ha propuesto García tiene que ver con “revisitar” esto críticamente para ir a “contrapelo” de lo oficial.  “Es un lugar cómodo, a la hora de dar clases, saber que ya está todo armado, que ya está ahí escrito y apelar a eso en la lectura. Mirar de otra manera nos habilita a ver cosas diferentes”, afirma. La autora pone el ejemplo del libro Efemérides Tradicionales Revisitadas, donde la mayoría de los capítulos tienen que ver con la formación de los Estados nacionales. En lo tradicional, tienen un punto de vista masculino, blanco, heterosexual, católico, adulto. “¿Cómo sería si hacemos otras preguntas? Hay otras posibilidades para reinterpretar eso”, añade.

La iconografía de las efemérides: un asunto clave

Victoria Tolisso, arquitecta y gestora cultural, es quien llevó adelante la maquetación y diseño. En cuanto a la elección estética y organización de los contenidos, García apunta: “¿En general qué pasa con los libros para el aula? En los manuales el texto inunda la página y las imágenes son chiquititas, en blanco y negro. Yo le decía a Vicky que teníamos que hacer un material con una relación paritaria entre texto e imagen, que la imagen no ilustre el texto en un lugar subordinado. Queríamos que la imagen fuera autónoma, fuerte, pregnante”.

La iconografía de las efemérides fue un asunto clave para abordar. “Vos decís San Martín y ves las patillas, el pelo, el perfil. Si yo te digo Remedios del Valle no hay nada, silencio. Hay un panteón de héroes y un imaginario sobre todo eso pero no con respecto a las mujeres. Desde lo visual también tratamos de construir eso, de apuntalar lo que no estaba tan objetivado en una imagen”, comenta la autora.

Para seguir reconociendo lo invisibilizado

La intención del libro es inmiscuirse en las aulas para seguir (re)conociendo lo invisibilizado. “Las efemérides sobre sexualidad o diversidad sexual siguen siendo un tema complejo. Yo acompaño a mis alumnos y alumnas cuando hacen la residencia. Cuando trabajan ESI en muchos establecimientos mandan una nota a los padres avisando que  se va a dar eso. En una reunión les pregunté si pensaron por qué no mandan una nota diciendo que iban a dar ecuaciones. Reconocer que hay que avisar ESI es reconocer que el otro tiene el poder de decirte que no lo des, estás pidiendo permiso. Y no pedimos permiso para dar matemática ni literatura. Esas son las condiciones en las que los y las docentes trabajan en las escuelas”, subraya.

Tal como también dice la contratapa del libro, es evidente que la historia ya no puede transmitirse como relato único y objetivo respecto de lo que ocurrió: la historia se construye. Este texto invita a repensar y adoptar nuevas perspectivas a la hora de encarar el aprendizaje. “Cuando pienso en feminismo pienso en la idea de genealogía. Reconocer que hubo muchas mujeres antes que yo y que esta que puedo ser ahora tiene que agradecer, reconocer a todas esas otras que no pudieron ser antes y que lo intentaron de mil maneras”, concluye la autora.

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