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Mediaciones: hay 2 mil al año con una resolución en el 80% de los casos

La Dirección municipal trabaja sobre conflictos entre vecinos. “Como son voluntarias, lo más difícil es lograr que las partes se presenten", Julia Cardozo Villa


Una pared rasgada por una obra en construcción. Un establecimiento que genera ruidos molestos. Un perro o hasta una clase de zumba que no dejan dormir la siesta. Problemas cotidianos de cualquier vecino o vecina de una ciudad como Rosario, que hasta podrían parecer menores, pero en muchos casos no lo son: para intervenir sobre estos conflictos con soluciones que no son ni sencillas ni evidentes existe la Dirección de Mediación de la Municipalidad de Rosario. Por año, la oficina lleva más de 2 mil mediaciones, con una resolución en el 80 por ciento de los casos.

“Como son voluntarias, lo más difícil es lograr que las partes se presenten. Pero si lo logramos, que es frecuente, tenemos un porcentaje de resolución del 80%. La mediación no sólo impacta sobre la vida de la persona que participó, sino en la de toda su familia y su entorno. Entonces calculamos que cada mediación resuelta genera influencia sobre unas diez personas”, explicó Cardozo Villa, directora de Mediaciones.

Nacida como programa en 2002 y convertida en Dirección en 2014 se trata de una herramienta completamente gratuita que intenta, mediante la intervención de un tercero imparcial (mediador), que las partes de un conflicto encuentren a partir del diálogo pacífico una solución adecuada sin necesidad de llegar a instancias judiciales.

“Desde que empezó a existir la descentralización en la Municipalidad tuvo un efecto muy positivo que fue la cercanía del Estado en los distritos. Vecinos y vecinas empezaron a asistir por cuestiones privadas que tenían únicamente una solución judicial. En ese momento, la política del municipio era que tratándose de una cuestión de derecho privado, los problemas entre vecinos debían resolverse en la Justicia”, dijo Cardozo Villa.

“Quisimos generar un cambio de paradigma: que la Municipalidad le ofreciera al vecino la posibilidad de resolver un conflicto privado, sin necesidad de concurrir a la Justicia. Una resolución judicial implica un montón de recursos que muchas personas no tienen como pagar una carta documento o un abogado. Además los juicios llevan muchísimo tiempo y mientras el conflicto continúa y la calidad de vida de los implicados baja considerablemente. Si se puede encontrar una solución rápida y pacífica es fundamental”, agregó.

A través del SUA (Sistema Único de Atención Ciudadana) o de la oficina de Atención al Vecino de los CMD, rosarinos y rosarinas pueden acercar su problema y solicitar una mediación. Según se trate de un problema de convivencia o de obras en construcción, se generan diferentes procesos.

En cada caso, se coordina una audiencia para no más de treinta días después de que llega el expediente. Y se avisa a las partes mediante notificadores municipales. “Previamente intentamos hacer un contacto directo por teléfono para explicarles de qué se trata el procedimiento. Eso hace que el vecino se sienta contenido antes de llegar a la audiencia entre las partes”, contó Angie Garay, otra integrante del equipo.

“Cada caso se valora en particular y se elabora una estrategia puntual. Si el conflicto ya está muy escalado, organizamos reuniones previas por separado para llegar a la audiencia con posibilidades reales de diálogo y de resolución”, aclaró la directora.

La Dirección cuenta con tres mediadoras profesionales capacitadas en la temática. Tras años de experiencia y trabajo diario, repasaron los temas más comunes de conflicto. En el distrito Centro, por ejemplo, la gran mayoría de los problemas son por obras en construcción. Y a nivel ciudad, el reclamo más reiterado es por diversos tipos de ruidos molestos. La ubicación antirreglamentaria de árboles, problemas de convivencia en pasillos, talleres mecánicos y fábricas que invaden espacios comunes o generan malos olores son otros tantos.

En una mediación las partes suscriben un convenio de confidencialidad, lo cual garantiza que los diálogos no puedan ser utilizados como prueba en un eventual juicio. Una mediación promedio involucra como mínimo tres encuentros. Cuando se llega a un acuerdo satisfactorio, se genera un acta que firman todas las partes y de la cual se llevan una copia. La Dirección genera un seguimiento del tema para corroborar que lo acordado efectivamente se cumplió.

Para el 2020, la Dirección suma ambiciones. A las miles de mediaciones comunitarias, quieren sumar instancias de capacitación. “Tenemos el objetivo de generar espacios de construcción y educación para la paz. La idea es no solamente lograr la pacificación una vez que el conflicto existe sino tratar de capacitar a los vecinos de la ciudad para evitar los conflictos o convivir con ellos”, concluyó la directora.

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