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Divulgaron audios

“Me podés cagar la vida por una pendejada”: reproche de la hija de la azafata antes de ser detenida

Daniela Carbone está imputada y detenida por realizar una amenaza de bomba en un vuelo de Aerolíneas Argentinas que iba rumbo a Miami. El fiscal federal de Lomas de Zamora Sergio Mola negó el arresto domiciliario a solicitud de la defensa al considerar que puede entorpecer la investigación


Se dio a conocer una conversación que mantuvo la azafata de Aerolíneas Argentinas con su hija minutos antes de ser detenida por una amenaza de bomba que realizó el pasado 21 de mayo en un vuelo que iba rumbo a Miami y que provocó pérdidas millonarias a la empresa.

En tanto, el fiscal federal de Lomas de Zamora Sergio Mola negó el arresto domiciliario solicitado por su defensa al entender que podría entorpecer la investigación.

Daniela Carbone tiene 47 años y desde hace 25 se desempeñaba como azafata. El domingo 28 de mayo fue detenida en Ezeiza acusada de “intimidación pública, entorpecimiento de los servicios públicos y coacción agravada”.

En la investigación se pudo corroborar que la mujer grabó un audio con su voz distorsionada donde amenazaba al piloto del vuelo AR1304 Ezeiza-Miami y después se lo envío a sus compañeros: “Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”.

Esta amenaza fue realizada desde el celular de su hija, para que nadie sospechara, y es por este motivo que comenzaron los reproches.

La relación entre madre e hija no era la mejor ya que tras las pericias al celular de Carbone se pudo revelar que tenían varias discusiones por WhatsApp relacionadas a la convivencia.

Entre ellas se destaca un ida y vuelta donde la joven le manifestaba su enojo porque no tenía acceso a su cuenta de la nube iCloud. Para los investigadores esto ocurrió cuando Daniela cambió el chip de un celular a otro lo que generó un desorden en el sistema.

A su vez se leen reiteradas acusaciones por el orden de la casa: “Uy, pará, siempre tenés algo para decir”, manifestó su hija, a lo que la azafata le respondió: “Ya sé que volví y te cagué la vida”.

Cerca de las ocho de la noche de ese domingo, minutos antes de ser detenida, seguían las peleas por chat: “Estás infumable”. “No se te puede hablar”. “Estuve trabajando y lejos de casa cinco días”. “Llegas y no parás de dar indicaciones”.

Mientras la disputa seguía, todo tomó un tono más elevado cuando su hija le recriminó: “La egoísta sos vos, que me podés cagar la vida a mí por una pendejada”.

Esa “pendejada” sin dudas estaría relacionada a que Carbone utilizó su celular para hacer la amenaza de bomba que tenía solo un fin, vengarse de su separación con el tripulante que iba en aquel vuelo a Miami.

La pelea entre ambas mujeres ocurría mientras la azafata llegaba de un viaje desde dicha ciudad estadounidense. De un momento a otro Daniela dejó de responder y lo siguiente al reproche fue “hija, me llevan detenida”.

“Hija, ni una palabra a nadie”

Ante este escenario la mujer le suplicó que llame a un contacto especial y antes de dejar su celular con las autoridades le suplicó: “Hija, ni una palabra a nadie”.

Este martes se llevó a cabo la declaración indagatoria contra Carbone ante el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena. En esta ocasión la mujer de 47 años se negó a declarar este martes.

El fiscal federal Sergio Mola había solicitado un informe socio ambiental de la vivienda de la azafata para ver si es viable concederle el arresto domiciliario, en el marco de la causa por la amenaza de bomba.

La azafata Carbone fue imputada por coacción, intimidación pública y la interrupción de servicios públicos, mientras que la fiscalía dio por acreditado que ella intentó borrar el contenido de sus teléfonos con los que realizó la amenaza.

Ahora la Justicia federal debe definir su situación procesal.

Hecho sin relación con la política

Para los investigadores la historia es simple y no está relacionada a la política como menciona, si no que quiso confundir. En ese avión estaba trabajando un auxiliar de cabina con quién Carbone había estado de novia hacía dos meses. Ese vuelo no solo era por trabajo, si no que el hombre se embarcaría con su nuevo amor.

Luego de que se haya confirmado que adentro del avión no había explosivos, el juez Villena y el fiscal Sergio Mola comenzaron a trabajar en la investigación junto al personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

“Puede poner en riesgo la investigación”

El juez federal Federico Villena consideró que, de recuperar la libertad, Daniela Carbone podría poner en riesgo la investigación toda vez que se detectó que antes de ser detenida intentó borrar el contenido del teléfono desde el cual, con el chip cambiado, se habían proferido las amenazas.

El magistrado, de todas formas, abrió un incidente para que se evalúe la posibilidad de concederle la prisión domiciliaria.

La mujer, con 25 años de antigüedad en la empresa, que se había negado a declarar este martes ante el juez Villena, se encuentra alojada en una celda en dependencias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Ezeiza.

Fuentes judiciales aseguraron a Télam que la situación de la mujer es “muy comprometida” y que, independientemente de que pueda seguir el proceso en su domicilio, deberá afrontar varios cargos penales y económicos, debido a los perjuicios ocasionados con su accionar.

Si bien la causa se encuentra “bajo secreto de sumario”, las fuentes advirtieron que “hay elementos de prueba suficientes” contra la mujer a quien se acusa de “coacción agravada al piloto” por “referencias a su familia”, luego de haber intentado “hacer pasar la amenaza como una interna sindical”.

La azafata fue apresada al arribar al país en su último vuelo y está acusada de ser la autora del llamado que recibieron tanto el comandante de a bordo en su teléfono celular personal, como otros integrantes de la empresa.

La llamada puso en alerta a la seguridad del aeropuerto, que implementó un operativo que demoró la salida del vuelo y generó complicaciones a los 270 pasajeros que viajaban en la aeronave.

En relación a la investigación que lleva adelante el juez Villena, fuentes de Aerolíneas indicaron a Télam que los delitos de “intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos (art. 211 y 194 del Código Penal, respectivamente) son faltas graves, por ende, de comprobarse la acusación y el delito, la empresa sancionará a la persona investigada de forma proporcional a la gravedad del hecho”.

El domingo 21 de mayo, el vuelo AR1304 de Aerolíneas debió ser evacuado en su totalidad cuando estaba por partir rumbo a la ciudad estadounidense de Miami, con 270 pasajeros y 12 tripulantes a las 07.35, al recibir, tanto el comandante del vuelo como personal de tierra, una amenaza asociada al vuelo.

Finalmente, tras corroborarse que se trataba de una falsa amenaza, el avión despegó a las 16.50, más de nueve horas después de lo previsto.

La justicia investiga si la mujer habría mantenido, hasta hace dos meses, una relación sentimental con un tripulante de cabina que se encontraba en el vuelo que debía despegar hacia Miami y habría utilizado la amenaza al comandante y al avión para desviar el verdadero motivo, que puede ser complicarle la vida a su ex pareja.

A tal fin, las fuentes indicaron que, para sostener esa línea, también habría mandado mensajes al piloto del vuelo, en el que le advertía que “sabía a qué colegio” iban “sus hijas”.

Aerolíneas Argentinas sufrió una pérdida superior al millón de dólares entre el operativo de evacuación de los pasajeros y lo que implicó la reprogramación de la partida del vuelo hacia Miami y las demoras ocasionadas.

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