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Máximos aprestos en Holanda

El príncipe Guillermo-Alejandro y su consorte argentina se harán cargo mañana en Amsterdam del trono que deja vacante la abdicación de la reina Beatriz, confiada en que su hijo está preparado para ceñir la corona que le lega.


El príncipe Guillermo-Alejandro será mañana entronizado rey de Holanda y su esposa Máxima será reina consorte, convirtiéndose en los primeros herederos europeos en llegar al trono en el siglo XXI que deberán demostrar que la monarquía aún tiene sentido.

Todo ya está listo para la ceremonia de relevo en la Casa de Orange, que se celebra a partir de las 14 hora local (las 9 en la Argentina) en la medieval Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) en Amsterdam, tras la abdicación seis horas antes de la reina Beatriz en el Palacio Real de la misma ciudad.

Fue en esa iglesia donde Guillermo-Alejandro se casó con la argentina Máxima Zorreguieta hace poco más de once años.

Vestido de frac y cubierto de un manto real, el príncipe de 46 años jurará “ante los pueblos del Reino observar y respetar siempre el Estatuto del Reino y la Constitución”. A la ceremonia asistirán unos dos mil invitados, entre ellos los gobernadores de Aruba, Curaçao y San Martín, antiguas colonias del Caribe.

También asistirán varios miembros de las casas reales europeas, entre ellos el príncipe heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia.

Guillermo-Alejandro será el primer rey varón de su país de los últimos 123 años y junto a su esposa, la pareja real más joven de las monarquías occidentales.

La reina Beatriz, de 75 años, fue contundente cuando anunció en enero su abdicación: “Ha llegado el momento de dar paso a otra generación”, dijo en su mensaje.

“No tengo la menor duda de que el príncipe de Orange está preparado para el papel que le va a tocar desempeñar”, afirmó.

El príncipe, que durante sus años de juventud parecía más interesado en la vida nocturna y la cerveza, ha demostrado en los últimos años que está listo para ser rey, ayudado por la popularidad de su esposa, Máxima.

Guillermo-Alejandro se propone ser un monarca del siglo XXI, cercano a la gente.

“No soy un fetichista del protocolo. La gente puede dirigirse a mí con el tratamiento con el que se sientan más cómodos”, dijo en la última entrevista que concedió.

Pero sí dejó claro su papel: “Solamente hay un jefe de Estado en Holanda. Ahora es mi madre y luego del 30 de abril seré yo”, precisó.

El príncipe pertenece a una generación de herederos consciente de los desafíos que enfrenta la monarquía. Fue uno de los primeros que se casó por amor con una plebeya, que encima no era holandesa.

La historia de los integrantes de la pareja no fue exactamente un cuento de hadas. Debieron luchar duramente para convencer a la clase política y a los holandeses, que miraban con recelo a Máxima por el pasado de su padre Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura durante la dictadura militar argentina.

La boda finalmente se realizó, pero sin los padres de la novia. Éstos tampoco asistirán mañana a la ceremonia real.

Fue con mucho trabajo, dedicación y simpatía que Máxima conquistó a los holandeses, al punto de ser hoy uno de los miembros más queridos de la casa real.

Máxima, que el 17 de mayo cumplirá 42 años, recibirá el título de reina consorte y como tal no figurará en la línea de sucesión al trono.

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