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Máxima, la historia de una reina

Gonzalo Álvarez Guerrero y Soledad Ferrari escribieron "Máxima, una historia real", biografía no autorizada de la argentina que devolvió la frescura y el carisma a la Casa Real. Sus  problemas con la balanza, la vinculación de su padre con la dictadura, y el amor.


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Por Patricia Dibert

La vida y los secretos de la Reina de Holanda son investigados y contados por Gonzalo Álvarez Guerrero y Soledad Ferrari, en el libro “Máxima, una historia real”, de Editorial Sudamericana. Publicado originalmente en el 2008, el libro fue ampliado y reeditado tras el anuncia de la abdicación de la Reina Beatriz que convertiría a Máxima en la primera reina latina.

Con un importante archivo de fotos que abarcan desde su nacimiento hasta el de sus hijas, los periodistas dan cuenta de la historia de amor de la Princesa, con las intrigas palaciegas, las internas políticas, las renuncias, los sacrificios y hasta una descarnada lucha por el poder. Entre otros temas, en el libro se develan las diferencias económicas que padeció Máxima Zorreguieta como joven a la clase media de Argentina, ante sus compañeras del aristocrático colegio Northlands. La muchacha vivió siempre en un departamento de 120 metros cuadrados en Recoleta, donde continúa viviendo su familia. También da cuenta de su lucha con el sobrepeso y las presiones que ejercía en ella la figura de su madre.

Dueña de una sonrisa que seduce a todos, Máxima bajo la tutela de su suegra la soberana Beatrix, aprendió a lucir sus virtudes y a esconder su pasado, dejando atrás una infancia de clase media para mudarse de castillo en castillo, disfrutando una fortuna familiar estimada en 5 mil millones de dólares y padeciendo un sistema por momentos impiadoso que la hace deprimirse hasta las lágrimas, según se relatan sus biógrafos.

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Si bien como reina consorte Máxima no tendrá poder de decisión, según se sostiene en el libro, ella posee un matrimonio muy estable con Guillermo, con mucho diálogo y se supone que será consultada sobre cuestiones de Estado. Pero para Álvarez Guerrero y Ferrari, lo fundamental que aportó Máxima es que devolvió la frescura y el carisma a la Casa Real.

Los autores del libro son periodistas de distintos medios gráficos argentinos. Gonzalo Álvarez Guerrero trabajó en Playboy, Noticias y Tres Puntos, y de los diarios La Nación y Río Negro. También fue editor de la revista TXT, y autor del libro “El Coti, biografía no autorizada de Enrique Nosiglia”. En tanto Soledad Ferrari fue redactora de Gente y Para Ti, y autora del libro “Las Blaquier” editado recientemente por la misma editorial.

“Máxima una historia real” es la primera biografía no autorizada sobre la juventud de la ahora Reina de Holanda. El libro sale en Argentina bajo el sello Mondadori (en holandés apareció el 8 de abril editado por Carrera) y se la presenta a una muchacha ambiciosa, que domina el inglés, amante del tabaco y las fiestas, que no dejó escapar a su príncipe de verdad. Según los autores, el Servicio de Información del Estado holandés llegó a amenazarles con adoptar medidas jurídicas si persistían en su empeño de indagar en el pasado de la princesa, aunque ella aclaró “que no tenía nada que ocultar”, en el libro se afirma que Máxima trabajó en una entidad acusada de blanqueo de dinero, y también sobre su temor a un rechazo de los holandeses por el pasado de su padre vincular a la atroz dictadura argentina, como da cuenta la página 155 del libro:

 

El padre de Máxima junto a Jorge Videla, durante la dictadura.
El padre de Máxima junto a Jorge Videla, durante la dictadura.

Máxima cargaba con el peso de ser una plebeya extranjera, nacida en un país lejano y tercer mundista. Pero la cuestión más delicada por resolver era cómo limpiar el pasado de su padre Coqui, con el que tanto ella se identificaba y al que se le criticaba con dureza su largo paso por la última dictadura militar argentina. Los novios eran concientes de que eso podía ser un impedimento para completar la boda. Sin embargo, Máxima sabía que Willem Alexander lucharía contra todo y contra todos por ella. Se lo había prometido. Y es un hombre de palabra.

La angustia y las ansias por convertirse en princesa dejaron a Máxima impotente, durante semanas sobrevivió a café y cigarrillos. Los noticieros hablaban del evento que se vendría y ponían la lupa sobre Jorge Zorreguieta. Al principio los analistas eran pesimistas: difícilmente el parlamento aceptaría que quien fuera colaborador de Videla pudiera ser el suegro del futuro rey de Holanda. “Dentro o fuera de la Casa Real, seremos marido y mujer”, le dijo Willem, pero ella jamás permitiría que por su culpa él no llegar al lugar para el que se había preparado toda la vida: “No podría vivir con eso peso, Alex”, le dijo Máxima.

Finalmente, la argentina se convertiría en la princesa de los Países Bajos, princesa de Orange-Nassau, señora de Van Amsberg. Y posteriormente, en la reina de Holanda. Máxima es la primera reina argentina.

 

La biografía menciona que una de las empresas donde trabajó Máxima fue investigada por lavado de dinero.

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