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“Mau Mau, o la tercera parte de la noche”, una extenuante cabalgata histórica bailable

La compañía Humo Teatro de Armstrong, bajo la dirección del rosarino Gustavo Maffei presenta todos los viernes a las 21, en la sala La Orilla Infinita, su versión del texto de Santiago Loza, con las actuaciones de Nené Pedretti y Mariela Romero


Una singular fascinación por el glam de los 80, con sus antecedentes en los 60 y 70 pero también con algo de lo kitsch cuando se ponían en marcha los 90 dialoga con el imaginario de Mecha y Rita, dos mujeres en un limbo, en una noche eterna que, como una epifanía, aparecen retratadas en Mau Mau o la tercera parte de la noche, el notable texto del dramaturgo, escritor y realizador cinematográfico Santiago Loza que toma como paradigma las noches de esplendor del boliche más famoso de la Argentina que existió entre 1964 y 1994, y que tiene desde hace un tiempo una versión a cargo del grupo teatral El Humo Teatro de Armstrong, bajo la dirección del rosarino Gustavo Maffei, con las actuaciones de Nené Pedretti y Mariela Romero al frente de un gran equipo.

Obra ganadora del Plan de Fomento Industrias Creativas de Ministerio de Cultura de la provincia en el apartado artes escénicas del 2020 para su producción, la propuesta se presenta los viernes en la sala La Orilla Infinita.

Ellas bailan solas

Mau Mau propone  un cóctel muy intenso, explosivo de hecho; por eso para nosotros hay una forma de nombrar la obra: decimos que es una cabalgata histórica bailable. Y no solamente porque Mecha y Rita son dos habitués de esta «boîte living», de esa disco tan imponente para la noche porteña donde iban las celebridades de Argentina pero además también figuras internacionales. Ellas en cierto modo se sienten dos privilegiadas que pudieron franquear esa puerta por la que pasaba lo selecto; ellas pudieron entrar, pudieron ser parte, sentirse parte de esa noche a la que en realidad nunca pertenecieron. Ellas son parte de ese fenómeno durante los treinta años que duró, el tiempo que esa disco permaneció abierta, un tiempo en el que reflejan desde su óptica hechos puntuales de la historia argentina donde entran la dictadura, la vuelta de la democracia o el atentado a la AMIA; sucesos históricos muy fuertes que particularmente en este tiempo que estamos viviendo está bueno tenerlos presentes”, dijo el director Gustavo Maffei a El Ciudadano a modo de introducción a un material que hace foco a partir de estos dos personajes en momentos del llamado “templo de la calle Arroyo” o “la catedral del ruido”.

Así describían por entonces a esta “boîte living”, muy emparentada con los boliches europeos y norteamericanos de la misma época como pasaba con Studio 54, que estaba ubicada en pleno codo elegante y aristocrático del barrio porteño de Recoleta, donde las glamorosas Mecha y Rita, sin dejar de bailar, como si nada pudiese detenerlas, evocan un anecdotario colorido pero también los aspectos atroces de aquellos años.

Con una fuerte impronta musical, un universo sonoro propio de tres décadas icónicas, la propuesta se dirime en ese mundo, fantasmal y al mismo tiempo iluminado, en el que las palabras tienen sus resonancias en el presente. “Creo que la potencia del texto de Santiago Loza, en este momento, se redimensiona. Siento que es fundamental ver la obra para volver a repasar esos hechos y volver a hacer memoria, en particular sobre algunas de las atrocidades que nos han tocado vivir”, expresó el director.

El director Gustavo Maffei también aparece en la obra.

Y sobre sus propios recuerdos de aquellos años, planteó: “De alguna manera, la referencia de aquél boliche viene de la música, sobre todo de un disco (recopilatorio) que había en mi casa que era de un aniversario de Mau Mau que yo ponía cuando era muy chico y donde había un tema que me fascinaba y ahora aparece en un fragmento de la obra casi a modo de homenaje a la propia historia, a nuestra historia bailable, a esa noche porteña que veíamos en las revistas, en mi caso en las revistas de mi hermana, donde siempre había fotos de los famosos en Mau Mau, muy sonrientes, donde sólo veíamos la superficie sin imaginar lo que había o pasaba detrás. Empecé a indagar y a trabajar con lo sonoro, ellas en relación con la música, tomando temas muy puntuales de cada época que se va contando. Y en el mismo sentido, en la obra y más allá de la música, hay un universo sonoro muy fuerte que conecta a las actrices y a las y los espectadores con cada acontecimiento narrado”.

Mecha y Rita termina convirtiéndose en habitués del lugar, al tiempo que quedan “fantasmalmente suspendidas” en una suerte de referida “cabalgata histórica” que termina en un baldío, en la nada, nombrando los hechos más oscuros y siniestros de un modo banal y sin poder dejar de bailar.

“Mariela Romero y Nene Pedretti, las actrices que son parte de un grupo integrado mayoritariamente por mujeres con el que vengo trabajando hace algunos años, hacen un trabajo corporal muy importante en el sentido de que sostienen toda la obra bailando; ese movimiento también está contando algo, ese movimiento es un modo de sobrevivir negando incluso algunos de los hechos que ellas mismas describen. Fue un gran desafío porque la obra plantea un modo singular de contar la historia, lo que va ocurriendo. En cierta forma, intentamos tener una mirada piadosa para con ellas, con su posición acerca de lo que pasa, porque a ellas sólo les interesa estar y pertenecer incluso ante la instancia del cierre del boliche que las deja como en un limbo eterno”, contó el director.

Finalmente, con el material en perspectiva y de cara a un tiempo donde las mujeres eran vistas como objetos y ante un presente en el que vienen peleando, desde la cuarta ola del feminismo, su posición de sujetos, Maffei expresó: “Lógicamente ese fue un planteo político frente a cómo nos posicionábamos; estuvimos revisando películas de la época como Fiebre de sábado por la noche, o las clásicas comedias del cine argentino de aquellos años, las de Olmedo y Porcel, incluso videos musicales de la época. La problemática de género está dentro de la búsqueda del grupo más allá de esta obra; ellas pertenecen al movimiento feminista y hacen un gran trabajo en su localidad y en toda la zona. Nuestro trabajo va de la mano con toda esta nueva apertura que nos hace repensarnos y la obra también expone esa parte. Aquellas mujeres eran objetos de deseo, y Mecha y Rita de algún modo también juegan con eso, están seduciendo toda la noche pero las estamos viendo ahora, en este tiempo y en este mundo, entonces el contraste que se produce es inevitable y abre un debate que es muy interesante”.

Para agendar

Mau Mau o la tercera parte de la noche se presenta todos los viernes del mes, a las 21, en La Orilla Infinita (Colón 2148). Reservas: +54 341 5 828532. Entradas online a través de www.laorillainfinita.com.ar. https://www.facebook.com/humoteatro https://www.instagram.com/elhumoteatro/

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