Edición Impresa

Matrimonio gay sentó a todos

Al cierre de esta edición continuaba el debate sobre el proyecto de casamiento sin la restricción de que sea entre “hombre y mujer”. Por primera vez se dio una discusión de fondo y sin alineamientos de bloque.

La monotonía de la especulación por cuestiones formales y la disciplina partidaria dejó paso ayer en la Cámara de Diputados a un frontal debate esta vez centrado en cuestiones de fondo ideológicas, políticas, religiosas y de derecho en torno al proyecto del mal llamado matrimonio gay, que en realidad habilita el casamiento sin la restricción de que esa unión legal deba ser “entre hombre y mujer”. La discusión continuaba al cierre de esta edición sin que pudiera pronosticarse el resultado de la votación final, en una sesión en la que, por primera vez, las posiciones de los legisladores respondieron a convicciones personales y la divisoria de aguas atravesó a casi todas las bancadas, tanto oficialistas como opositoras.

Luego de más de cinco horas de debate, los legisladores que están a favor del proyecto mantenían fuertes expectativas sobre la aprobación de la norma, aunque reconocían que la votación sería ajustada y recién ocurriría pasada la medianoche.

El ex presidente y diputado del Frente para la Victoria, Néstor Kirchner, se sumó a la sesión luego de su participación en la reunión extraordinaria de la Unasur en la que fue designado secretario general de ese bloque político regional (ver página 9). Y pese a que aún no le había tocado el turno de hablar, ya había dejado sentado su voto a favor de la iniciativa. Lo mismo, y en su aislado caso sin discrepancias internas, anticiparon los bloques de centroizquierda.

“En un Estado constitucional de derecho no podemos reconocer derechos a unos y quitarle a otros sin un razonamiento plausible que permita explicar el por qué”, enfatizó la diputada de Nuevo Encuentro, Vilma Ibarra, al abrir el debate. La legisladora por la ciudad de Buenos Aires, junto con su ex par por Santa Fe Silvia Augsburger, fueron las autoras originales del proyecto en debate.

El tratamiento de la iniciativa había quedado trunco la semana pasada al caerse la sesión cuando el oficialismo, molesto porque la oposición impuso como primer tema de agenda la reforma del impuesto al cheque, no bajó al recinto restando el quórum dado que, además, los aliados del bloque Nuevo Encuentro que lidera Martín Sabbatella se “demoraron” en tomar asiento en sus bancas. Ayer, el acuerdo que habilitó el tratamiento fue que primero se trataría el matrimonio sin restricciones y después la coparticipación total del gravamen a los créditos y débitos bancarios, con el compromiso del kirchnerismo de no hacer caer la sesión con una fuga masiva cuando se discutiera el proyecto fogoneado por las bancadas anti K.

La diputada Ibarra respondió en su discurso a las protestas de la jerarquía de la Iglesia católica. “Acá no vamos a abordar el matrimonio católico, ni el de la religión judía, ni el de los musulmanes. Estamos tratando leyes civiles en un Estado laico”, refutó y no se quedó allí: “El matrimonio civil es absolutamente diferente del religioso”, resaltó, porque el católico es “indisoluble”, pero el civil “puede disolverse mediante el divorcio”.

También se refirió a la adopción de parejas del mismo sexo, uno de los principales cuestionamientos de los grupos contrarios al proyecto, y señaló que hoy –sin la sanción de la ley– “los homosexuales ya tienen ese derecho”. En rigor es así, lo que ocurre es que pueden adoptar como “solteros”, aún cuando estén en pareja.

Desde las bandejas laterales al recinto la escucharon agrupaciones católicas y políticas en contra de la iniciativa y referentes de organizaciones de gays, lesbianas y travestis, entre ellos, Alex Freyre y José María Di Bello, la pareja que se casó en Ushuaia.

Entre las expresiones más radicalizadas contra la iniciativa se contó la de Cynthia Hotton, del monobloque Valores para mi país: “Les pregunto a los diputados de las provincias si saben lo que piensa su gente. Yo tengo la convicción de defender el matrimonio entre hombres y mujeres y estoy segura de que represento a millones, millones y millones de personas. No nos quedemos con lo que dicen los porteños”, exageró la legisladora entre aplausos y silbidos que se repitieron una y otra vez.

Comentarios