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Más demoras en el canje de deuda y en acuerdos con el club de París y el FMI

Por: Florencia Lendoiro

Primero se anunció para enero y después para febrero, pero los días pasan y el canje de deuda con los holdouts que no ingresaron a la propuesta del 2005 está cada vez más demorado. De su evolución dependía encarar un acuerdo con el Club de París, fundamental para volver a intentar un acercamiento con el FMI y viceversa. Pero todo parece estar estancado. Los conflictos internos por la creación del Fondo del Bicentenario y los cambios en el Banco Central sacaron de foco a los funcionarios que dejaron de concentrarse en los tres temas más importantes para reencausar la relación con los mercados internacionales. No son cuestiones menores. Un avance en esos temas significa también la puerta de ingreso al crédito internacional, indispensable teniendo en cuenta las necesidades de financiamiento que le esperan a la Argentina este año.

Una serie de infortunios comenzó a demorar la estrategia que presentó Boudou apenas asumió en el cargo, en agosto del año pasado. La propuesta dirigida a los tenedores de bonos en default que decidieron no adherir al canje anterior presentado por el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, iba a estar lista en diciembre del año pasado. Algunos detalles con los títulos que se ofrecerían esta vez comenzó a demorar el avance y luego los trámites necesarios para ser presentada terminaron de congelarla.

La propuesta está hoy en la SEC (la comisión de valores de Estados Unidos) que debe responder. Esto todavía no sucedió, y en el ministerio empiezan a circular los peores rumores. Por un lado, es cierto que el mejor momento para encarar el canje, ya pasó. La liquidez en los mercados tuvo su mejor momento hacia fines del año pasado y hoy, como Boudou explica, sencillamente las tasas que la Argentina debería pagar para colocar deuda se ubican muy por encima del 10%. Mal negocio.

Por otro lado, los bancos que se encargaron de diseñar la propuesta y llevarla adelante (Barclays, Deutsche Bank y Citi) ya no aseguran que ingresen por el canje unos mil millones de dólares frescos, como aseguraban el año pasado.

Aun así y al menos discursivamente, el gobierno no claudica en la idea de volver a los mercados de deuda. La semana pasada, el propio Boudou (incluso cuando debió ser confirmado en su cargo tras las versiones de su alejamiento del gobierno) volvió sobre el tema con énfasis. Dijo que la Argentina “quiere volver a los mercados y tiene instrumentos para lograrlo. Tiene voluntad y capacidad de pago, y va a hacerlo”. Sobre las demoras en el canje de la deuda sostuvo que espera que la SEC responda a la brevedad a la presentación argentina y que aguarda que las correcciones que le hagan a la propuesta sean las mínimas ya que “estamos ansiosos y con muchas ganas de que se resuelva lo más pronto posible”.

La semana pasada, también ante esos rumores de que Boudou dejaría el ministerio, la compañía de servicios financieros Bulltick Capital Markets, difundió un informe en el que se leía: “Crecen los rumores sobre una inminente renuncia de Boudou como ministro de Economía. De confirmarse su alejamiento, esto constituiría otro duro golpe para la consecución del canje de deuda argentina. El acuerdo con los holdouts parecía avanzar con rapidez, pero la decisión del gobierno de seguir adelante con el decreto para la creación del Fondo del Bicentenario trabó las negociaciones”.

La propuesta de canje de deuda tiene como pasos indispensables también la aprobación de otras plazas como Luxemburgo, Italia y Tokio.

Para retomar la relación con el Club de París y el FMI, se va por la misma senda. El problema de fondo en estos casos tiene que ver con la credibilidad del país. La manipulación de la cifras del Indec es una queja recurrente en los organismos internacionales que analizan la situación argentina. Hay que recordar que cuando se dibujan los datos de inflación (y por ende de crecimiento), el impacto pega de lleno en los bonos de deuda argentina, ajustados por esas variables. Esto es tomado en el resto del mundo como una estafa.

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