Sociedad

Toniolli presenta libro

“Manuel Gálvez. Una historia del nacionalismo argentino”

A propósito de su libro sobre Manuel Gálvez, el concejal Eduardo Toniolli analiza el nacionalismo propuesto por el escritor, las lecturas que se hacen desde la academia y desde el peronismo y prefigura los “necesarios” proyectos de emancipación.


Por Paulo Menotti / Especial para El Ciudadano

“¿Cómo encuadramos a Manuel Gálvez? Uno puede decir que es una rara avis pero esa definición funciona si nosotros tomamos como concepto de nacionalismo solamente lo que plantean David Rock y Alain Rouquié, por dar dos nombres paradigmáticos entre los historiadores políticos. Hay que introducir una mirada más compleja que cuestione que haya obras de Gálvez asumidas por la tradición peronista, como las biografías de Rosas y de Yrigoyen. Uno habla con viejos peronistas y te dicen que Gálvez era un gran escritor peronista. Y Gálvez nunca fue peronista. Sí adhirió, simpatizó y escribió esa introducción a los discursos de Perón en 1943, cuando no era presidente. Este escritor lo veía a Perón como un hombre providencial pero después rompe cuando se da el conflicto con la Iglesia católica. De ahí la complejidad de la figura”, afirma Eduardo Toniolli al dar una definición sobre el célebre escritor argentino, de quien hizo una profunda investigación que convirtió en su tesis doctoral en Ciencia Política. Pasados unos años, el actual concejal de Rosario y secretario general del Partido Justicialista por el departamento Rosario, decidió publicar su trabajo Manuel Gálvez. Una historia del nacionalismo argentino. A continuación, Toniolli analiza el nacionalismo propuesto por Gálvez, las lecturas desde la academia y desde el peronismo y prefigura los proyectos políticos del presente.

Nacionalismo según Gálvez

Entre 1920 y 1940 la obra de Manuel Gálvez se inscribió en debates que terminaron por configurar un nuevo nacionalismo en el país. Fueron los años en los que la elite social y política dejó de creer en la democracia, con la crisis de 1930 y su correlato del primer golpe de Estado. Entonces surgió un revisionismo histórico que desdeñó a algunas figuras ligadas al liberalismo conservador y aparecieron otras con distintas características como Juan Manuel de Rosas. Esos grupos nucleados en periódicos como La Nueva República, o grupos como la Liga Republicana comenzaron a debatir sobre la necesidad de un nuevo nacionalismo. Los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, Ernesto Palacio, Juan Carulla y Manuel Gálvez, entre otros, fueron los intelectuales que gestaron ese debate de cara a esa idea. Toniolli indagó en ese debate con un prolífico trabajo de fuentes en los diarios nacionalistas y en la literatura que originó ese grupo pero con la intención de analizar y reflexionar sobre los contornos que fue adquiriendo la idea de nacionalismo y advirtió que no todos fueron lo mismo, que se debe complejizar sus figuras, en particular la de Gálvez. Así, la reconstrucción de la figura de Rosas está en el centro de ese debate. “Hay posiciones que ven a Rosas como el hombre que viene a restaurar el orden, como el hombre para imponer una dictadura trascendente, como dice Carlos Ibarguren. Según esta línea, es la oportunidad para restaurar el régimen conservador y frenar el ascenso de las masas. Para Gálvez la figura de Rosas en cambio tiene que ver con la de un hombre de orden, pero también líder popular y antiimperialista”, explica Toniolli.

Lo popular sirve

“En la discusión sobre el pasado reciente, con la biografía de Yrigoyen, al igual que en la de Rosas, Gálvez ve ese rasgo popular como algo necesario para el nacionalismo”, señala el autor. “En Gálvez hay un genuino interés por lo popular. Lo que fractura a ese nacionalismo es su posicionamiento frente al pueblo, el ascenso de las masas, la llegada de los sectores medios, la aparición del movimiento obrero”, explicó el dirigente peronista, quien expresa que Gálvez formaba parte de una capa de intelectuales que había sentido “animadversión frente al maximalismo” de la Revolución Rusa y al ascenso de las masas. El también integrante de Hijos aclaró que el escritor nacido en Paraná había confiado en José F. Uriburu y el golpe del 30, pero frente a “esa experiencia de gobierno de lo que hoy llamaríamos de los Ceos, porque hay ministros que eran empresarios de las firmas petroleras, quedan desanimados”. “Frente a esa contradicción empieza una revisión genuina y Gálvez aporta su mirada frente a lo popular. Y se preocupa por la situación de los trabajadores y ofrece algunas alternativas que tienen que ver con formas de corporativismo, con cierto orden de la producción. Hay una reivindicación del obrero que está lejos del cálculo policial que pretendía el orden conservador”, explicó Toniolli.

Ningún demonio

Para Toniolli, analizar la obra y el nacionalismo en Gálvez tuvo que ver con un interés propio que le surgió en los últimos años de la carrera de Ciencia Política, que incluye dos módicas rebeliones. Una es contra la posición dominante en el claustro académico que tiene a las figuras de Rock y Rouquié como centrales y que, en el marco de la recuperación democrática, explicaron que uno de los males de la Argentina era el nacionalismo, que implicó la gestación de “los dos demonios”, además de una condena a los “grandes relatos”, como el socialismo y el nacionalismo, entre otros. “En ese marco se dejaba afuera una acumulación que tenía el campo intelectual argentino con sus grandes debates y que se había construido en torno a esos relatos que pasaban a ser sospechados de acicate para lo que pasó después, para el genocidio de la dictadura militar. Lejos de eso, uno encuentra en esos debates y en el ensayo de interpretación nacional el principio de explicación de muchas cosas que suceden en el presente, y por qué no el posible lugar desde donde abrevar y, aunque con reformulaciones, para recuperar la idea emancipadora”, señaló Toniolli, y explicó: “El nacionalismo desde la perspectiva de Rock o de Rouquié, que son determinantes en la currícula universitaria, nos dejaron la idea de que el nacionalismo debe ser sospechado como el responsable de la interrupción de los ciclos democráticos en nuestra historia. Enmascarando o encubriendo el rol del liberalismo, o del liberal conservadurismo en esas coyunturas”.

Peronismo amplio

Otra rebelión que adoptó Toniolli fue contra su propia formación política, sobre la tradición que cargaba y que necesitaba indagar. En ese caso, el Gálvez peronista fue el tópico a analizar y rechaza la idea de que Gálvez fuera un “autor peronista”.“Él se define como precursor del justicialismo. En esto de que debía aparecer en la política argentina una opción con orden y justicia social. Diferente a la visión de los conservadores que solamente querían el orden. Y, esa reivindicación social que si no era contenida con la idea de nacionalismo, terminaba en la anarquía”, marca la diferencia Toniolli. Además señala que Gálvez creyó que Perón era esa figura que traería orden y justicia social acompañando a la Argentina de los años 40. “Al peronismo yo lo defino como una revolución cuando nace. Como toda revolución cree que no le debe nada al pasado. Y el peronismo le debe mucho al nacionalismo, al positivismo, en la misma formación de Perón, incluso al liberalismo, y al socialismo, al anarquismo y al catolicismo social. No es algo que se crea de la nada, sino que reformula el pasado y parte aguas desde otro lugar. Perón se pone de un lado y del otro están todos los partidos del viejo orden. Esa es la ruptura que genera. Lo que hace es resignificarlos. Toma mucho del nacionalismo populista y entiende que esa no puede ser el arma de las elites”, comparó Toniolli.

Nacionalismo con amplitud

Sobre la viabilidad de un proyecto nacionalista en el presente, Toniolli afirmó que “el gobierno de Macri es lo peor que le pasó a la Argentina en mucho tiempo”, y sostuvo: “Si hay una parte importante de la dirigencia política y social, debería generar expresiones de oposición a políticas de empobrecimiento. Los sectores populares, los trabajadores no soportan cuatro años más de esta política. Yo no soy agorero en el sentido de pretender un estallido porque en esa crisis los que pagan son los pobres. Hay que dificultar la aplicación de estas políticas y hay que llegar en condiciones de ofrecer a la ciudadanía una propuesta electoral para el futuro. Tenemos las Paso que permiten varias alternativas entre las que está defender el mercado interno, los derechos de los trabajadores, que creen en la necesidad de desarrollar la industria nacional y que hay que terminar con las importaciones indiscriminadas, que hay que sentarse a discutir el modelo agrícola y minero que es solamente extractivista. Hay que generar las condiciones para expresar la bronca contra un modelo que excluye a las mayorías. Ahí puede tener expresión el peronismo que no tiene una única forma pero también la socialdemocracia y la izquierda”, afirmó Toniolli, quien apuesta por proyectos amplios.

De la tesis al libro

Manuel Gálvez. Una historia del nacionalismo argentino, es el título del libro firmado por el concejal y secretario general del Partido Justicialista por el departamento Rosario. Fue alguna vez su tesis doctoral en Ciencia Política y este viernes, en formato libro editado por Remanso, lo presentará, a las 18.30, en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645) acompañado por Horacio González, Juan Giani y Guillermo David.

Comentarios