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Maniobra en la retaguardia

Con el telón de fondo del tratamiento del veto al presupuesto el PJ busca meter una cuña en la interna del Frente Progresista aprovechando la sorda lucha por la primacía entre el socialismo y el radicalismo.

A dos semanas del reinicio de la actividad legislativa en la provincia el clima político se enrarece y las expectativas por el tratamiento del veto que el gobierno de Hermes Binner dispuso sobre el presupuesto aprobado a fines de diciembre son cada vez mayores. Para agregarle un poco más de pimienta al asunto, el jefe del bloque de diputados reutemistas, Jorge Lagna, salió a sembrar cizaña en el seno del Frente Progresista Cívico y Social: señaló que los radicales no aceptarán todos los cambios introducidos por sus socios en el frente y reflotó los rumores acerca del supuesto –y creciente– malestar entre las dos principales fuerzas de la coalición de gobierno.

“Cuando haya que votar el veto en la Legislatura se van a caer varias caretas”, disparó el diputado opositor. Y remarcó: “La distribución del fondo sojero fue acordada entre la UCR y el PJ”. La alusión es una estocada al corazón del oficialismo, que en público se manifiesta unido aunque son cada vez más visibles los reclamos de los radicales hacia los socialistas. Por un lado, quieren que el partido de la rosa acepte negociar con ellos la carta orgánica del Frente Progresista, para que en el futuro inmediato –las candidaturas para 2011– no haya roces innecesarios. Por el otro, le exigen al gobierno provincial un mayor volumen de fondos para comunas y municipalidades, de las cuales la gran mayoría está administrada por la UCR y el PJ.

Al momento de debatirse el proyecto de presupuesto 2010 en la Legislatura el socialismo había aceptado uno de los cambios propuestos –por separado, hay que aclararlo– por los legisladores de la UCR (oficialistas) y de las distintas vertientes del PJ (opositores): la modificación del reparto del Fondo Solidario Federal, vulgarmente conocido como fondo sojero. En aquel momento se decidió repartirlo en mitades iguales entre la provincia y las administraciones locales. Pero luego de los tijeretazos de los senadores opositores, que acabaron imponiendo los cambios decididos por el ex ministro de Hacienda de Carlos Reutemann, Juan Carlos Mercier, el gobierno vetó doce artículos, entre ellos el que versaba sobre el reparto del fondo sojero.

Así las cosas, esos dineros se seguirán repartiendo en una relación 70-30 a favor de la administración provincial, salvo que el PJ logre imponer su criterio. Se verá cuando la Legislatura reinicie sus actividades, tras el receso de enero, y decida si refrenda o rechaza el veto de Binner. Lo segundo sólo será posible si la oposición logra reunir, en cada una de las cámaras, los dos tercios: algo con lo que cuenta en el Senado pero no en Diputados. Allí deberán lograr el aval de al menos diez legisladores del oficialismo y sólo lo conseguirán si convencen a los radicales, que tienen justo esa cantidad de representantes en la Cámara baja.

Con ese trasfondo, el diputado reutemista Jorge Lagna salió a meterse de lleno en la interna del oficialismo. “Para los radicales la culpa de todos los males la tienen los socialistas, pero cuando tratemos el veto parcial del Poder Ejecutivo al presupuesto se caerán algunas caretas”, declaró. “Como alguna vez pasó con la Alianza que tenía a su frente a Fernando de la Rúa, esto se repetirá en la provincia de Santa Fe con esta alianza de socialistas y radicales, porque los radicales, en este frente con los socialistas, están haciendo la del tero, como decimos en el campo, ya que para ellos la culpa de todos los males la tienen los socialistas”.

“Muy suelto de cuerpo escuché al diputado radical Carlos Fascendini diciendo que ellos, los radicales, estaban de acuerdo con los vetos del gobierno provincial al mensaje del presupuesto. Esos vetos al presupuesto que había aprobado la Legislatura eliminan eso que los mismos radicales habían pedido, porque el tema del fondo sojero para repartir a municipios y comunas había sido un proyecto compartido entre el radicalismo y el justicialismo”, agregó Lagna.

Y luego metió el dedo un poco más en la llaga: “Quisiera ver al momento de votar en las próximas sesiones legislativas, cuando tratemos el tema del veto parcial al presupuesto, qué actitud tomará el radicalismo. Veremos si los legisladores radicales seguirán siendo hipócritas con sus presidentes de comunas e intendentes, o si los senadores y diputados se van a poner los pantalones largos plantando bandera y diciendo «no, porque éste es un proyecto que los radicales elaboramos en conjunto con el justicialismo». En las próximas semanas, cuando tengamos que votar el veto en la Legislatura, varias caretas se van a caer”, insistió el diputado opositor.

Las sesiones en la Legislatura se reanudarán en febrero. Si todo ocurre como lo previó el gobierno de Binner, el presupuesto –con el veto parcial– quedará aprobado de forma ficta, ya que el Senado –de amplia mayoría reutemista– lo rechazará pero la Cámara de Diputados –donde el oficialismo tiene mayoría– lo aprobará. Cumplidos los treinta días corridos de la firma del veto –es decir, el sábado 6 de febrero– el presupuesto de gastos y recursos será ley, salvo que en la semana de la que disponen los legisladores opositores logren torcer la historia. Las operaciones para alcanzar ese objetivo y terminar imponiéndole a Binner el proyecto que ellos reelaboraron ya están en marcha.

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