Ciudad

Los que ayudan a ayudar

Por Luciana Sosa.- Voluntarios de distintas ONG acudieron a la zona del estallido y asisten las 24 horas a los que trabajan en el rescate con comida y bebida caliente. Inclusive ciudadanos anónimos se presentaron para dar una mano en esta labor clave.


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“¿Me das un café? Uff, qué frío que hace, una vez que parás te das cuenta de cómo cambió el tiempo de ayer a hoy”. El hombre, bombero, estaba despeinado, y mientras tomaba el vasito de telgopor con sus dos manos relataba a su compañero que recién llegaba: “Esto está difícil, recién encontramos una radio encendida, andá a saber de quién es”. Bomberos, socorrtistas, médicos, son los héroes anónimos de esta gran tragedia, pero a la par hay otros cientos que trabajan desde la vereda de enfrente: los voluntarios. Sobre el cantero central de bulevar Oroño, entre Tucumán y Jujuy, se pueden ver los puestos de distintas ONG al servicio de los profesionales para darles un vaso de café, galletitas, gatorade y hasta un sandwich que les permita recargar energías para seguir buscando entre los escombros. La asistencia, también contención, alcanza a los familiares de los que no aparecen, y esperan.

Muchas empresas privadas brindaron ayuda inmediata, inclusive se vio a dos empleadas averiguando qué hacía falta. “Traemos jabón líquido, bolsas de consorcio y servilletas de papel”, dijo un empleado una de ellas. El Ejército de Salvación, Canal Luz, Rosario Solidaria, Ex Combatientes de Malvinas, Cáritas y Boy Scouts son los grupos que sostienen a los que buscan sin descanso, y que cuentan con el trabajo de ciudadanos anónimos que decidieron tender una mano.

Bomberos sentados sobre el paragolpes de la autobomba, otros reposando en el cordón de la vereda, médicos expectantes, un rescatista cansado que se agarra la cabeza como con la esperanza de abrir los ojos y saber que esto fue un mal sueño, son las imágenes de una zona de desastre.

Anónimos 100%

Mario (54) trabaja en el teatro Fundación Astengo, pero al estar el teatro con las puertas cerradas por el duelo, ayer, después de desayunar, fue al bulevar. “Vine al Ejército de Salvación como hubiera ido a otro grupo, sé que con algo puedo ayudar, estoy preparando café y entregando los termos desde el puesto. Hay muchos jovencitos que vinieron como yo”, relató.

Por su parte, Luisina (19) es estudiante de psicología. “Sabía que iban a contener a los afectados, o a sus familiares, y pensé que podía ayudar desde ese lado, pero al ver que todos eran profesionales me acerqué a Cáritas. Estuve ayer (por el miércoles) y hoy vine temprano”, mencionaba la joven mientras miraba constantemente a los costados, expectante de ofrecerle un café a quien lo necesitara.

Al resguardo de un edificio

Rosario Solidaria, como los demás grupos, lleva trabajando en el lugar desde el martes a la noche. Ubicados en la entrada del edificio frente al estacionamiento del supermercado,  coparon el ingreso con dispenser de agua, además de packs de yerba mate, cajas de te, café y gatorade. “Muchos de los bomberos pidieron tomar gatorade porque se quedan sin fuerzas, pensá que están trabajando casi sin parar desde el martes a primera hora, y le entregamos comida, bebida, papel higiénico y lo que tengamos disponible”, explicó Mina, una de las coordinadoras de la ONG local. También remarcó “la gran predisposición” de las empresas: “Llamamos para pedir lentes para los rescatistas y nos enviaron una caja en sólo minutos. Hemos pedido yerba y café y nos dieron todo sin preguntar, saben dónde va”, cuenta. Y destaca “la cantidad de pibes que vinieron a dar una mano, preparar y ofrecer bebida caliente y galletitas”.

Desde el edificio los vecinos dieron su aporte: “Nos dieron luz para que podamos conectar los dispenser de agua y ofrecer cargar los teléfonos celulares de los familiares que estaban desesperados buscando a los suyos. También permitieron que los perros que están con los rescatistas duerman por la noche en las cocheras”.

Humanitaria y espiritual

Los voluntarios de Canal Luz no sólo llegaron con alimentos: “Desde el primer momento brindamos asistencia espiritual a quienes lo necesitaran. No olvidemos que esas primeras horas fueron terribles por el mismo shock de la noticia y la palabra de Dios siempre trae paz”, comentó Marcelo, uno de los colaboradores.

Por su parte, el pastor Sebastián agregó que también tuvieron vecinos que se sumaron a la ayuda con la comida. “Estamos todos consternados y organizándonos de acuerdo a las necesidades en la zona, porque el martes dijeron que nos quedemos hasta el viernes, inclusive. Pero hoy (por ayer) ya nos pidieron que nos quedemos ayudando hasta el martes”.

La mesa desbordaba de sándwiches, que desaparecieron al mediodía. “Necesitamos tener más fiambre y pan para hacer más sándwiches y los bomberos comenzaron a pedir frutas, para poder alimentarse un poco mejor, así que veremos cómo la conseguimos”, dijo el pastor.

El Ejército de Salvación instaló su puesto con calentadores y ollas para preparar el mate cocido reconfortante al frío y el cansancio. Griselda (45), Teresa (59) y las hijas de ésta última son de la partida solidaria. Entre los colaboradores se turnaron quienes permanecían en la noche en bulevar Oroño mientras otro grupo preparaba sándwiches en la sede de la entidad, Urquiza 2142.

Precisamente en la oscuridad es cuando pudieron ver a algunos bomberos “quebrados” por todo lo vivido. “Todos pensamos lo mismo: esto nos podría haber pasado a cada uno de nosotros”, dijo Teresa.

Veteranos, islas de solidaridad

Es sabido que los veteranos dicen presente ante cada situación de necesidad. Uno de ellos, Julio Mas, estaba a tres cuadras cuando escuchó la explosión y en 15 minutos ya estaba allí: “Me metí junto a los bomberos, subimos por una escalera y desde ahí me quedé ayudando mientras avisaba al resto de mis compañeros de Malvinas para que vinieran. Cuando vimos que los profesionales estaban trabajando, dimos un paso al costado y organizamos la otra parte: la comida”, relató.

“Tenemos dos cocinas, una dentro del playón del supermercado y otra en el cantero. Estamos asistiendo a todos los rescatistas, durante las 24 horas. Nos alienta mucho ver tantas ONG y tantos jóvenes colaborando en conjunto, nos da felicidad saber que no estamos solos”, marcó.

Por otra parte, tanto martes como miércoles se suspendió la típica recorrida nocturna de entrega de comida a quienes duermen en la calle. “Pero esta noche (por anoche) vamos a retomarla con una tercera cocina, sobre todo teniendo en cuenta que la temperatura bajó mucho”, marcó.

Por si fuera poco, Mas destacó cómo la solidaridad se multiplica: “Dos de las personas que viven en la calle y siempre reciben nuestra comida se acercaron y estuvieron ayudándonos a asistir a los rescatistas. Personalmente le pedí disculpas por dejarlos sin la comida del martes y el miércoles, pero me dijeron: «Sabemos que ellos son la prioridad, y necesitan la comida más que nosotros”.

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