Edición Impresa

Los nuevos modos del periodismo

Por Juan Pablo Sarkissian (*)

La masificación del uso de las tecnologías de comunicación e información (TIC) en la actualidad ha penetrado cada una de las actividades de los individuos. Cada una de las acciones que realizamos está mediada por las TIC. Los trabajadores de todos los ámbitos han incorporado en sus procesos de producción las TIC. La empresa, la educación, el comercio, los medios son sólo algunas de las profesiones que agregaron las TIC a sus prácticas laborales habituales. Así, la web e internet propiciaron una transformación en la manera en que las noticias se producen, se presentan y se consumen.

En este marco, se pueden considerar tres características salientes de las TIC que irrumpen en las empresas periodísticas y en el rol del trabajador. Se reconoce que la digitalización en las rutinas de producción posee tres características salientes que posibilitaron esta modificación en los medios masivos de comunicación: multimedialidad, interactividad e hipertexualidad. En este escrito se hará hincapié en algunos interrogantes que surgen producto de la utilización de TIC en las relaciones laborales de los trabajadores de prensa insertos en los medios de comunicación.

A modo de contexto en donde se producen estas transformaciones macroestructurales y que repercuten directamente en las formas de producir en las empresas periodísticas se pueden mencionar grandes cambios en las relaciones laborales producto de las políticas neoliberales de los 90. En este sentido, en este proceso (retroceso) que significó la desregulación de las relaciones laborales en los años 90 se encuentran al menos tres componentes que serán tenidos en cuenta, a saber:

n 1. La crisis de Estado benefactor

n 2. En función de esto, cambios en la organiz­ación del trabajo

n 3. El salto tecnológico. Incorporación de las TIC en el proceso de producción de los medios

La caída en desgracia del “Estado Providencia” es un punto demasiado extenso y complejo de desarrollar en estas líneas. Con todo, en una apretada síntesis se pueden puntualizar al menos tres dimensiones básicas que dan cuenta en términos generales de la situación actual.  En una crisis que comienza en los fines de los 60, en primer lugar existe una causa de orden financiero. Es decir, los gastos superan con creces a los ingresos y el “mágico equilibrio” comienza a romperse. En segundo lugar y producto del desfase económico se plantea una discusión sobre la “eficiencia” en la resolución de la problemática social lo cual pone de manifiesto una mirada ideológica sobre el Estado benefactor anticipando la noche neoliberal de los años 90.

Este cóctel detonante, según señala Rosanvallon, arroja como resultado una brutal “desintegración de los principios organizadores de solidaridad y el fracaso de la concepción tradicional de los derechos sociales para ofrecer un marco satisfactorio en el cual pensar la situación de los excluidos”. (Rosanvallon: 1995: 10,11).

Este breve relato da cuenta de un contexto social donde los cambios en la organización del trabajo son una consecuencia directa, lo cual constituye nuevas relaciones laborales.

Con respecto al punto 3, el salto tecnológico, debe ser entendido como la proliferación y masificación de las TIC en todo el tejido social. Se pueden marcar algunas de las características salientes de la irrupción de tecnologías y su uso en la vida laboral de los trabajadores de prensa.

Al pensar los cambios producto de la irrupción de las TIC en las empresas periodísticas debemos tener en cuenta también la transformación producida en los medios de comunicación y las maneras de llegar a las audiencias.

La digitalización atraviesa, hace permeable, moldea los cambios tanto de las empresas periodísticas como el rol de los trabajadores de prensa en cada uno de estos nuevos, viejos medios. Al respecto vale interrogarse: ¿Cómo se ven afectados en sus tareas diarias los trabajadores de prensa? ¿De qué manera la irrupción de lo digital transformó el rol periodístico? ¿Cómo la irrupción de nuevos lenguajes digitales transformó la rutina periodística? ¿Cuáles son los nuevos roles de cada uno de los trabajadores en las empresas periodísticas? ¿Cómo las multifunciones afectan a los productos producidos en los nuevos lenguajes comunicacionales y digitales? ¿Cómo se redefine el rol profesional? ¿De qué manera la irrupción de TIC posibilita nuevas interacciones con los lectores usuarios y cómo estas interacciones demandan nuevos contenidos digitales? ¿Cómo los trabajadores adquieren nuevas capacidades para narrar lo cotidiano? ¿Los trabajadores disponen y conocen las potencialidades de los nuevos medios?

Actualmente, todas las profesiones ven cambiar su rol producto de la irrupción de las TIC. Hasta hace una o dos décadas cada trabajador se desplazaba hacia su lugar de trabajo para desempeñar su jornada laboral. En la actualidad cualquier trabajador puede desarrollar y desempeñar su función desde cualquier lugar con una computadora que le posibilite la conexión con su lugar físico de trabajo. Es decir, el trabajador de prensa hoy puede desarrollar su tarea sin tener la obligación de asistir físicamente a su puesto de trabajo. La introducción de  TIC, en especial con la difusión de internet, ha contribuido a la desterritorialización de las empresas periodísticas y su espacio geográfico físico ampliando su área de influencia. El medio y sus trabajadores no sólo deben cubrir las necesidades informativas de su área de influencia física sino dar respuestas a los usuarios que consumen los productos noticiosos vía la red.

Otra de las características que merece especial atención es que la irrupción de las TIC trajo aparejado el desdibujamiento de los roles profesionales. En cuanto a la distribución de funciones en el espacio laboral de las empresas periodísticas antes los lugares o funciones estaban prefijadas: por un lado, la de los periodistas narrando la noticia de forma oral o escrita y, por otro, camarógrafos y fotógrafos capturando imágenes. En la actualidad, se observa que este modelo se pone en crisis, y habría que pensar si la web no fomenta, además de periodistas multimedia, el fenómeno de periodistas “multifunción”, que resuelven varios puestos de trabajo en una sola persona.

En este sentido se puede mencionar que las empresas periodísticas parten del supuesto de que las TIC les resolverían los “problemas de personal”, lo cual implica flexibilización, precarización, multifunción y tercerización.

Si bien tienen puntos de contactos, son cuestiones distintas que se deben tener en cuenta a la hora de analizar la irrupción de las TIC en las empresas y medios periodísticos.

Así, la jornada laboral expandida, la prestación de servicio como “proveedor” y la utilización de los productos y contenidos para medios físicos tradicionales (diario, TV, radio) aparecen como recurrentes “disfunciones” en la relación laboral. Como sea, las relaciones laborales son una construcción que no sólo incluye, como sujetos activos, a los trabajadores y sus organizaciones gremiales y sindicales y a los empresarios, si no también el papel esencial del Estado.

Si aceptamos que las construcciones son un proceso, el tiempo y la paciencia son necesarios e indispensables, así como la plena vigencia de las leyes laborales y los convenios colectivos de trabajo. El punto de partida para el debate está planteado.

Las experiencias del pasado reciente constituyen un corpus más que interesante. La racionalidad de las discusiones próximas debería alumbrar respuestas, al menos provisorias, que seguramente generarán nuevos interrogantes. Al modo de un círculo virtuoso.

 

(*) El autor es docente universitario y dirigente del Sindicato de Prensa Rosario

Comentarios