Vestidos con los colores celeste y blanco, principalmente con la camiseta oficial del seleccionado, y algunos ya con las caras pintadas, los fanáticos comenzaron a arribar bien temprano al escenario ubicado en el municipio paulista de Itaquera.
Familias enteras y grupos de jóvenes, una gran mayoría con entradas compradas en la reventa, fueron los que más se dejaron ver en la explanada que da acceso al escenario, que recién abrió sus puertas a las 14.
También por la estación terminal de “metró” Corinthians-Itaquera deambulan simpatizantes con el deseo de comprar sus ingresos, que se comercializó a 2 mil dólares.
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