Lo hicieron los grandes. ¿Quién lo iba a hacer? Fueron ellos, la generación con más chapa en la historia del seleccionado, más allá de las conquistas. No se sabe si fue idea del entrenador o exigencia del grupo. Pero ahora poco importa quién fue el mentor de que ante Nigeria jugaran los de más experiencia.
Un primer tiempo con buenos ratos de fútbol. Un complemento jugado con el corazón.
La historia rozó a una hazaña por cómo se terminó dando. Pero el logro obtenido fue un deber cumplido. Argentina debía clasificarse y lo hizo.
Una selección longeva, pero con el mismo hambre de siempre. Jugadores casi foráneos pero con el orgullo de dónde nacieron. Fueron ellos los que depositaron al seleccionado a octavos.
Y dentro de los experimentados y tan maltratados con la crítica hubo dos futbolistas que cuando la pelota más pesaba y la mochila se hacía insostenible aparecieron: Gabriel Mercado y Marcos Rojo. Los dos dejaron la línea de tres y emprendieron vuelo, uno tiró el centro y el otro metió el derechazo a la red.
Argentina, por lo hecho ayer en el primer partido no se merecía quedar afuera en grupos. Esta generación de futbolistas no podían darse un final así. Ahora vendrá el tiempo de Francia que tiene varios jugadores de play, pero la selección se enfrentará a ellos gracias a los grandes.
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