El Hincha

Fútbol en cuarentena

Los clubes una vez más mostraron su costado solidario ante el Covid-19

La pandemia golpeó a todos, pero lejos de bajar los brazos o poner excusas, los clubes salieron a dar la cara. Como sucede siempre, una vez más sacaron su costado solidario y aportaron su granito de arena para ayudar en un momento complicado de la sociedad


El fútbol está preocupado por un regreso que no se avisora demasiado próximo. También está angustiado, porque sin la pelota rodando los hinchas no pueden disfrutar y a los clubes le cuesta mucho sobrevivir. El golpe inesperado del Covid-19 todavía es difícil de asimilar. Cuesta ver las canchas vacías, los programas deportivos repitiendo hasta el hartazgo imágenes del pasado, no disfrutar de un domingo en la tribuna o pegado al alambrado. Y ni hablar de los pronósticos, que incluso en algunos casos no se animan a asegurar que este año pueda volver a patearse una pelota, aunque con estadios sin público.

No hay dudas que la pandemia golpeó a todos, pero lejos de bajar los brazos o poner excusas, los clubes salieron a dar la cara. Como sucede siempre, una vez más sacaron su costado solidario y aportaron su granito de arena para ayudar en un momento complicado de la sociedad, y en especial de los más vulnerables.

Lo hicieron los grandes, como Central y Newell’s, que mientras pelean por pagarle el sueldo a sus empleados para que puedan sobrevivir, también tuvieron gestos solidarios para destacar. Ambos clubes ofrecieron sus predios en caso de una emergencia sanitaria, que por suerte aún no llegó. Pero hubo una situación que apareció de imprevisto, y Central puso a disposición de la Municipalidad la sede de Cruce Alberdi, donde desde hace varios días se cobija a gente en situación de calle, en momentos donde las bajas temperaturas amenazan y la vulnerabilidad de los sin techo se hace más visible.

En Newell’s también hubo respuesta hacia sus socios adultos mayores. Una campaña que continúa a partir de visitar con algunos regalos sanitarios a aquellos socios mayores de 65 años. Y lo más importante de este gesto pasa por la sensación de cercanía que sintieron los abuelos hasta ahora visitados, que además tienen un teléfono de contacto por cualquier urgencia o necesidad. No están solos, en momentos donde las compañías no abundan.

Y más allá de lo dirigencial, tantos canallas como leprosos muestran su lado solidario con las distintas ollas populares que proponen constantemente desde las filiales, en especial en localidades cercanas a Rosario o barrios carenciados.

La imagen de un niño con la camiseta de Central recibiendo de parte de un joven con la casaca de Newell’s una de las viandas que entregó hace unos días la filial leprosa de Granadero Baigorria es una reseña perfecta del compromiso y la solidaridad de ambos clubes. Acá no hay folclore, en esto se pelea juntos.

Pero si de solidaridad se trata, los clubes de barrio están a la cabeza. Polladas, ollas populares, locro el 1ero de mayo, entregada de ropa o comestibles son parte de un repertorio que es moneda corriente en cualquiera club de la ciudad.

El locro del Torito, el arroz con pollo de Mercadito, el albergue para gente de calle de Estudiantil, o las innumerables colectas de ropa o alimentos de Provincial, GER, o la mayoría de las instituciones rosarinas, son sólo un ejemplo de clubes presentes en medio de la crisis. Está, aunque pocas veces se visualice su ayuda.

El final de la pandemia no tiene fecha cierta. El regreso del fútbol o las actividades deportivas tampoco. Lo único que está claro, una vez más, es que los clubes rosarinos tienen un corazón enorme y seguirán en el frente de batalla hasta el final de la pelea.

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