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Los bancos y la “economía de casino”

El anuncio del banco JP Morgan hace pocas horas acerca de una inesperada pérdida de dos mil millones de dólares volvió a poner  la mira sobre el sistema financiero norteamericano.

El anuncio del banco JP Morgan hace pocas horas acerca de una inesperada pérdida de dos mil millones de dólares volvió a poner  la mira sobre el sistema financiero norteamericano y sus grandes bancos, protagonistas del inicio de la crisis global, en 2007.

“Los grandes bancos todavía están vinculados con actividades que pueden provocar pérdidas catastróficas”, denunció el diario New York Times a través de un editorial.

El influyente matutino advirtió que si el sistema político  estadounidense no pone en marcha una reforma del sistema financiero con regulaciones más “fuertes”, entonces “la suerte” será lo único que pueda “prevenir otra catástrofe”.

Las advertencias se dan en momentos en que la economía global sigue atravesando momentos de incertidumbre, sobre todo por la situación de Europa.

La situación desatada por JP Morgan, un banco que no había reportado pérdidas durante la crisis financiera y que absorbió otras entidades en problemas, como el banco de inversión Bear Stearns, vuelve a poner interrogantes sobre la solidez del sistema financiero estadounidense.

El banco encabezado por Jamie Dimon anunció el jueves que sufrió pérdidas por 2.000 millones de dólares en operaciones vinculadas a los mismos instrumentos “derivados” que provocaron la crisis financiera internacional.

Luego del anuncio, en el que Dimon admitió que el banco cometió errores “atroces”, las acciones de la entidad cayeron 5 por ciento.

Las malas noticias arrastraron también caídas en la cotización del Citigroup y el Bank of America.

Como lo indicó el New York Times, ahora la iniciativa queda en manos de los políticos estadounidenses y el éxito que puedan tener en imponer nuevas regulaciones al sistema financiero.

Es que los grandes bancos buscan -y encuentran- formas de evadir la llamada “Regla Volcker”, una forma de evitar el comportamiento especulativo de los grandes bancos, y que fue incluida en la última reforma financiera norteamericana.

Propuesta por el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volker, la regla es “odiada por los bancos” porque “menos especulación significa menores ganancias y menores comisiones para los ejecutivos”, advirtió el New York Times.

A mediados de este año, ese tipo de normativa debería estar plenamente vigente, pero el lobby de los bancos norteamericanos pone en duda su implementación e incluso hay varios proyectos de ley en el Congreso norteamericano para distender los controles.

Si siguen este tipo de indefiniciones: ¿es posible un nuevo coletazo de la crisis financiera con epicentro en Estados Unidos?

De esta forma, ¿los peligros de una situación financiera global más complicada no se encontrarían sólo en la zona euro y podrían volver a tener como protagonistas a los Estados Unidos?

Son preguntas que analistas y gobiernos se hacen en el marco de un mundo donde nadie puede asegurar cuándo volverá a registrarse un piso de certidumbre.

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