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Los 80 años de Bob Dylan: legado, vigencia y homenajes

El músico que supo escribir clásicos del cancionero popular y cosechar grandes reconocimientos como el Nobel de Literatura festeja sus ocho décadas de vida. Desde Rosario Tiago Galíndez decidió homenajearlo con la reedición de dos discos de versiones de sus temas favoritos del autor


Hace 80 años, el 24 de mayo de 1941, nacía en Minesota, Estados Unidos, Robert Allen Zimmerman, el hombre que bajo la identidad de Bob Dylan escribió clásicos del cancionero popular como “Blowing in the Wind”, “Like a Rolling Stone”, “Mr. Tambourine Man” y “Subterranean Homesick Blues”, entre otros; y editó recordados discos como The Freewhelin´Bob Dylan, Bringing It All Back Home, Highway 61, Blonde On Blonde, Blood On The Tracks, Love and Theft y Modern Times, entre tantos.

Desde su irrupción en escena en 1962 -tras su migración a Nueva York en su afán de conocer a su ídolo Woody Guthrie- como un trovador folk con poéticas líricas de protesta, el artista fue erigido como el portador de un mensaje llamado a cambiar la cultura joven en Estados Unidos y proyectar esa revolución al resto del mundo, con la coincidente e involuntaria asociación de Los Beatles desde el Reino Unido.

“El mensaje básico de Dylan y lo que nos impactó desde el principio fue la libertad. Eso acompañaba lo antibelicista y era lo que lo diferenciaba de todos sus compañeros folk de protesta, pero eso era muy esquemático. De repente aparece Dylan y dice en una canción: «Yo no quiero ser lo que vos querés que sea y no quiero que vos seas como yo pretendo»”, expresó a Télam el poeta y periodista Pipo Lernoud, organizador en 1967 del primer “encuentro hippie” en Argentina.

La profusa obra de Dylan a lo largo de 60 años de trayectoria lo proyectó como el letrista más revolucionario en la historia de la música, un reconocimiento que a nivel galardones tuvo su pico máximo en 2016 con el Premio Nobel de Literatura.

“Creo que al rock le llevó un tiempo dejar de ser solo un baile entretenido, un género muy físico de movimiento de caderas y pelvis, y convertirse también en formas de protesta, de poesía social o existenciales. Ahí Dylan es muy importante en esa generación que transforma el rock del baile y el erotismo en una expresión profunda de una poesía que concentra los espíritus de la época”, advirtió a la citada agencia el escritor Juan Diego Incardona.

Sin embargo, este rango profético que se le ha dado a las líricas de Dylan parecieran haber conspirado contra la correcta apreciación de su música, un material que a lo largo de su obra sintetizó y reinterpretó diversos estilos, entre los que se visualizan el rock clásico, el blues, el folk, el country y el cancionero standard americano.

“El hecho de considerarlo fundamentalmente un letrista es uno de los malentendidos fundamentales y proviene de gente que no conoce la obra de Dylan. Es uno de los mejores compositores de todas las épocas. En ese sentido, que las canciones de Dylan sean grandes canciones significan que tienen una gran letra, una gran melodía, una gran progresión de acordes”, apuntó el periodista y músico Claudio Kleiman.

Su primer gran mensaje, la idea de liberación de los mandatos paternos, fue uno de los que más fuerte pegó en sus pares generacionales, remarcó Pipo Lernoud, quien recordó un pasaje de la canción “The Times They Are A-Changin” que dice: “Padres y madres, no traten de manejar a sus hijos que no los pueden entender, porque los tiempos están cambiando”.

“Eso lo tomamos a pecho. «Somos libres, hagamos lo que queramos». Ese fue el mensaje cultural. Luego estaba el mensaje político, antiguerrero, pero ese fue el principal mensaje cultural que apoyamos y nos dio un impulso”, puntualizó el poeta y periodista.

“Cuando Dylan pasa de su etapa folk a la eléctrica, donde las letras tenían un lugar más pausado, de pronto mantiene esa riqueza poética de manera muy sólida. Creo que ahí radica su originalidad”, analizó, por su parte, Incardona.

“Dylan tiene un punto donde la interioridad y la exterioridad se mezclan constantemente. Es decir, hay sensorialidad, aparecen las emociones del amor y de un yo que construye una voz, pero de inmediato se materializa en elementos urbanos, situaciones. Hay un constante ir de lo exterior a la interior, y viceversa. Y también es muy narrativo, no es tan críptico”, amplió el escritor.

Pero la riqueza lírica que Dylan trajo a la cultura pop no debe tapar el legado musical que se desprende de su trayectoria, en la que “no dejó nada sin probar de los ingredientes que tiene a su mano un compositor de música popular”, focalizó Claudio Kleiman.

“Hay una cuestión de aprendizaje medio obsesivo de absorber todos los estilos. Bob Dylan está cerca de la sabiduría ancestral. Está más de cerca de Leda Valladares o de Leabelly, para hacer un paralelo. Eso es como medio intransmisible”, remarcó.

Más allá de lo que se pueda decir sobre su persona, el hombre que alguna vez cantó “era más viejo entonces, ahora soy más joven”, y que este lunes cumple 80 años, fue una vez más quien dio las pistas más precisas para seguir su huella cuando confesó ante Scorsese: “Me fui de mi casa muy chico buscando mi hogar. Todavía lo estoy buscando”.

Homenaje local

Adelantándose al cumpleaños número 80 de Dylan y desde Rosario Tiago Galíndez, líder de Tiago & Los Pájaros y The Kavanaghs, decidió homenajearlo reeditando dos volúmenes de sus propias versiones de algunas de sus canciones favoritas del autor. “Podemos decir que el mundo no hubiese sido el mismo sin él.  Fue Dylan quien le puso el corazón al rock y lo abrió al mundo de las palabras. La fusión del rock con su poesía dio nacimiento al rock como un verdadero vehículo de expresión y el impacto de esa unión, de esa creación, aún persiste”, apunta la gacetilla de prensa que anuncia que los materiales titulados Tiago Canta Dylan ya están disponibles tanto en plataformas digitales como en formato CD.

“Dylan está en el podio. Es parte constitutiva de los cimientos del rock. Hoy vigente, pero con carácter de tradición, a la defensa de la canción, de la historia, de la transmisión”, apunta el texto.

“Estos discos de versiones personales son un capricho. Quizás no le hacen falta a nadie, pero tenía ganas de cantar estas canciones, pedírselas prestadas a Bob durante un rato. Fue una experiencia muy personal. Muchas de las versiones las grabé en el garage de casa, en soledad. Otras en el estudio de The Kavanaghs con Diego Vázquez asistiendo las sesiones, pero fue completamente orgánico. La elección fue caprichosa. Soy muy fan de Bob. Hubiese sido lo mismo cantar otras canciones, pero por alguna razón éstas son las que llegaron a los discos”, asumió Galíndez.

Según fue adelantado los discos Tiago Canta Dylan son parte de una celebración mayor ya que la formación Tiago & Los Pájaros prepara, para cuando el contexto sanitario lo permita, un show conceptual para compartir la música de Dylan en Rosario.

Tiago Canta Dylan incluye clásicos como “Blowin´ in the wind”, “It ain´t me, babe”, “Emotionally yours”, “I shall be released”, “I want you”, entre otros.

Dylan en Argentina

Bob Dylan visitó cuatro veces Argentina y aunque en cada ocasión dejó su sello sin dudas fue su segunda incursión en el país, en 1998, cuando compartió escenario con Los Rolling Stones, la que dejó la mayor cantidad de anécdotas.

Sorpresivamente, en la últimas de las cinco fechas previstas en el estadio de River Plate para Sus Majestades Satánicas, se anunció que Bob Dylan se sumaría como número de apertura, lo que agregó un ingrediente extra a los ya de por sí excitantes días de finales de marzo y principios de abril de 1998.

En aquellos años, la banda comandada por Mick Jagger y Keith Richards incluía su versión de “Like a Rolling Stone” en su repertorio y Buenos Aires no sería la excepción, con lo cual no era descabellado imaginar un momento compartido entre las dos grandes leyendas de la música.

Finalmente, el 4 y 5 de abril se produjo el esperado encuentro que convirtió a los argentinos en verdaderos privilegiados si se tiene en cuenta que las colaboraciones en vivo entre Dylan y los Stones no superan la media docena de veces en su larga historia.

Antes de los shows, el artista estadounidense dejó una muestra distintiva de su carácter cuando al llegar al aeropuerto de Ezeiza unos minutos antes de lo previsto, y ante la consecuente demora en la llegada del vehículo oficial de la productora que lo trasladaría al hotel, decidió tomarse un taxi por su cuenta, al que solo le indicó el lugar en donde se alojaría.

El chofer se enteró que había llevado en su auto a Bob Dylan cuando los periodistas lo abordaron para preguntarle sobre el comportamiento durante el viaje de su ilustre pasajero.

El músico había tenido su debut en Argentina en 1991 con tres noches, el 8, 9 y 10 de agosto en el estadio Obras Sanitarias y recién volvería tras su paso con los Stones en 2008, cuando en la cancha de Vélez, en el Hipódromo de Rosario y en el Orfeo Superdomo de Córdoba presentó su disco Modern Times.

En aquellas ocasiones, Dylan mostró su faceta como tecladista y con el recurso de mezclar músicas de sus canciones con letras de otras, algo que repetiría en 2012 cuando actuó por última vez en Argentina durante cuatro noches de abril en el porteño Teatro Gran Rex.

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