Espectáculos

Noche mágica

Los 30 años de Rosario Imagina, un río frondoso donde ver pasar la espesura de la vida

Este martes, el Concejo Municipal reconoció en la sala Lavardén al grupo y a su mentor, el maestro y director teatral Rody Bertol, junto a más de cien artistas que pasaron por los montajes estrenados en todos estos años. Fue una jornada de reencuentros, abrazos y mucha emoción


¿Qué es aquello que Rosario imagina? Por lo pronto, la belleza, la poesía, la vida y la muerte como materia para construir un mundo de actores y actrices dispuestos a la entrega de ser otros, exponiendo su cuerpo, sus sentimientos, siendo el centro de todas las miradas, en un hacer que está siempre bordeando “la cornisa del ridículo”, y la mirada de un maestro amado y respetado que encontró un camino y los tomó a todos y todas de la mano para recorrer tres décadas de producción artística rosarina, ramificadas en una enorme diversidad de otros grupos y espacios de creación que se siguen multiplicando y produciendo.

El ministro Jorge Llonch, Rody Bertol y la concejala Norma López.

Mucho antes de que se vuelva popular en el discurso cotidiano, el director y maestro de teatro rosarino Rody Bertol supo que había que construir comunidad, quizás por su iniciática militancia en el peronismo, pero particularmente por su paso en la construcción basal de grupos históricos como Arteón y Discepolín donde aprendió gran parte de lo que implica este oficio mágico y salvador, rodeado de compañeros y compañeras.

Lo cierto es que en este 2021, en medio de un mundo distópico y distanciado, ese acercamiento se vuelve revolucionario, como lo ha sido en todos estos años este entrañable grupo de artistas. Y es en ese magma que Rosario Imagina festeja por estos días sus 30 años de recorrido, desde el estreno en 1991 de Edipo Rey, su obra fundacional, y de cara a un merecido homenaje acontecido este martes por la noche en la sala Lavardén, donde el grupo y su gran mentor recibieron el reconocimiento Concejo Municipal con un Diploma de Honor que se hizo extensivo a todas y todos aquellos que, en algún momento de su vasta trayectoria, participaron de alguna de sus más de treinta producciones.

La de este martes fue, también, una noche de encuentro para el teatro local que tanto lo necesitaba, de la mano de un artista único como Bertol, de una dimensión que no deja de amplificarse, siempre abierto, siempre solidario, siempre acompañando, siempre dispuesto a la escucha y la palabra. Bertol es un maestro antigrieta que tiene clarísimo que el teatro es un fenómeno colectivo, plural y siempre vivo, una variable que se hizo aún más visible en este tiempo de ineludible conciencia de finitud.

El homenaje de este martes se sumó al de 2017, cuando Rosario Imagina fue declarado Grupo de Teatro Distinguido de Rosario y Rody, Director y Dramaturgo Distinguido, como en esta oportunidad, también por iniciativa de la concejala Norma López, con gran apoyo de todos los bloques, quien fue la primera oradora con un discurso claro y potente acerca del arte y lo colectivo, muy en diálogo con sus acciones cotidianas.

Después, la voz reconocible de Rody evocó el momento exacto: 31 de agosto de 1991, cuando Rosario Imagina, como espacio teatral, estrenaba en el viejo Hotel Italia su primera obra, una versión de Edipo Rey, de Sófocles, escrita por Alberto Ure, al que cariñosamente siempre llama El Gordo, junto a Elisa Carnelli. “Era una noche tremenda; llovía mucho, hacía mucho frío, estábamos todos ansiosos, congelados, y con la incertidumbre de si iba a venir alguien. Así fue, una noche mágica y feliz”, se escuchó acompañando algunas imágenes, poco antes de que la voz igualmente inconfundible de Cristina Banegas, otra maestra-amiga, recordara que están unidos “por el mismo juego, el mismo sueño, el mismo deseo, el mismo grito”, algo de lo que no hay dudas.

Desde aquél comienzo, autores de alta envergadura poética como son, también, Samuel Beckett, August Strindberg, Antón Chéjov o James Joyce, del mismo modo que el referido Ure, Armando Discepolo, José González Castillo, Bob Dylan, Roberto Cossa, Eduardo Pavlovski y un puñado de grandes dramaturgos locales y nacionales que fueron la materia para una de las etapas más recordadas de Rosario Imagina con sus grandes producciones intimistas (Lo mismo que el café, Artificio casamiento o la más reciente Heroínas), llenaron de palabras y personajes la producción de un grupo de trabajo que sigue mirando al futuro.

Con el gran Pablo Jubany al piano y como si se tratara de una película muda, una profusión de imágenes de todo el recorrido de Rosario Imagina tentaron a la imaginación, evocaron otros tiempos y otros artistas, algunos que ya no están, y trajeron al presente la enorme labor de un creador que lejos de detenerse a mirar el pasado sigue apostando al presente y al futuro con otros cuatro proyectos en marcha para el año entrante y con la aún vigente Trilogía de Rosario Imagina, que sigue transitando escenarios, además de la apertura de un espacio compartido con otros emblemáticos grupos y colectivos de la ciudad, en Colón al 2100, que se llamará La Orilla Infinita.

Después de un largo rato de diplomas, abrazos, cerrados aplausos, fotos, con más de cien  trabajadores del arte y la cultura distinguidos, entre actores, actrices, directores, dramaturgos, bailarines, bailarinas, escenógrafos, iluminadores, vestuaristas y técnicos de áreas diversas, y con la inmanencia de la música del Flaco Spinetta, un aliado eterno, Bertol apareció finalmente en el escenario de elegante negro y disruptivos zapatos de charol rojos.

Las palabras empezaron a fluir, las propias y las de Los Muertos de James Joyce, que serán materia de uno de los próximos estrenos. Bertol, que entre más saludo las presencias de maestros-amigos como Néstor Zapata, Chiqui González, Omar Serra y el ministro de Cultura de la provincia, Jorge Llonch, habló desde la lucidez y la verdad que habitan tras el dolor de un tiempo en el que el teatro estuvo ausente, porque está claro que el teatro es presencia.

“El teatro es una de las artes más humanas; quizás por esta humanidad es que la pandemia haya tratado tan mal al teatro y muchos han vivido situaciones muy difíciles, y muchos hemos vivido situaciones muy trágicas”, expresó conmovido.

“Ante semejante tormenta, una de las estrategias de la resistencia puede ser reinventarse una vez más, y para mí, reinventarme, hoy tendría que ver con un paisaje: el de al menos un pedacito de cielo donde mirar una estrella e imaginarme una historia, una escena; un río donde ver pasar la espesura de la vida y saber que las únicas lápidas en la vida son nuestras propias decisiones”, dijo el creador.

Las ovaciones no se hicieron esperar, el dolor y la tristeza de un tiempo de distancias y pérdidas parecía quedar atrás, sabiendo que es un error fatal “tratar al tiempo como algo inexistente”, porque “como no sabemos cuándo nos vamos a morir, creemos que la vida es un pozo inagotable, pero no lo es; en la vida las cosas suceden un número limitado de veces”, y una vida es “el principio y el final de todo el mundo”.

 

Comentarios