Espectáculos

En diciembre en el GRL PWR

Loli Molina volvió al país acompañando el lanzamiento de “Lo azul sobre mí”

La cantautora editó un nuevo CD y, después de tres años radicada en México, volvió a la Argentina. Ahora se prepara para ser parte de la grilla del festival que tendrá lugar en Ciudad Cultural Konex, en Capital Federal


La cantautora argentina radicada en México Loli Molina, quien viene forjando un camino personal en el terreno de la canción, lanzó su cuarto trabajo, Lo azul sobre mí, que a partir de un sonido minimalista marca una bisagra en su carrera, ya que, sintetizó: “Habla mucho del cierre de mis 30 años, de la muerte y de cómo las cosas después de morirse empiezan de nuevo”.

La música es parte de su vida desde pequeña. A los 10 años dejó el piano por la guitarra, que pronto se convirtió en su gran aliada. Hoy, a 12 años de la edición de su álbum debut, Loli vuelve al ruedo discográfico con una placa introspectiva, cuyas canciones están atravesadas por cierta “profundidad” que se desprende de una lírica más oscura a la habitual en sus trabajos.

La primera imagen que se le aparece a la trovadora para describir el espíritu de este disco es la de “estar nadando en un mar abierto sola, algo que puede ser muy hermoso y muy horrible a la vez”.

Los arreglos del cuarteto de cuerdas de Ramiro Flores orientados hacia un sonido delicado y “tenebroso”, su voz suave y las guitarras (española y eléctrica), van creando un clima que refleja una etapa de la vida de la intérprete y artista visual, que llegó a la Argentina para difundir la placa.

“Son las canciones del cierre de mis 30, desde los 29 a los 33 pasaron muchas cosas, todas las canciones tienen como un barniz bonito y fueron escritas cuando me fui a vivir a México, hace tres años”, contó Molina, quien vive en la capital azteca junto a su pareja y su perro.

“En lo particular estoy en un momento de cierta madurez. Este es un disco de quiebre y un antes y después en mi proceso, está ligado a cómo vivo mi vida”, describió la cantante, quien si bien considera que en su naturaleza hay “una cosa un poco nómade”, reconoce que fue muy difícil estar lejos “porque pasaron cosas muy difíciles acá”.

Loli Molina fue invitada a ser parte el lunes pasado del concierto sinfónico que se realizó en el Teatro Colón en homenaje a Gustavo Cerati, que contó con Alejandro Terán en arreglos y dirección y Tweety González en dirección artística. Y el 14 de diciembre tomará parte del GRL PWR, el festival de mujeres y LGBTIQ, que se realizará desde las 15.30 en Ciudad Cultural Konex, en Capital Federal.

Sin tibiezas

Molina volvió a pisar suelo argentino con su nuevo disco bajo el brazo y algunos shows especiales en los que se reencontrará con su público local. El corolario de un proceso “natural” en el creó nuevas canciones. “Siento que en mi voz está pasando algo, que está saliendo. La voz es un poco jodida, es el único instrumento natural que tenemos, es difícil cantar, porque cuando uno canta queda en bolas. Siento que llegué a un lugar, que puedo decir. Estamos en un momento del mundo complicado. De mucha convulsión, siento que no queda otra ver qué rol vamos a tomar en este mundo que tenemos. No siento el deseo de ser madre, pero me siento interpelada, no da para tibiezas”, aseguró en una charla con la agencia de noticias Télam al tiempo que confesó: “No encontré la manera de hablar con belleza de las cosas sociales que pasan. En mis redes sociales uso mi voz y tengo miles de seguidores”.

A la distancia

“Irte de contexto te resignifica”, aseguró Molina y aclaró: “Fue muy difícil vivir el tema del feminismo de lejos, pero estuve presente de otra forma”. Es desde su cuenta oficial de Twiter que la cantante enuncia su apoyo a distintas causas y hace saber sus opiniones. En los últimos días manifestó su apoyo a Alberto Fernandéz y lo invitó a tocar la guitarra juntos: “Hola Alberto, te quiero mucho. Saqué hace poco un disco de guitarra española y cuerdas, te lo dejo por acá para cuando quieras escucharlo. Toquemos la guitarra juntxs un día”.

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