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Lo que vale es ganar

Jugar bien, regular, mal, en instancias decisivas como las que vive Central, es un detalle.

Jugar bien, regular, mal, en instancias decisivas como las que vive Central, es un detalle. Muy importante, no se puede negar. Y es el técnico quien debe tomar nota y las decisiones correspondientes. Pero, lo que realmente importa hoy es ganar. Y Central sabe como hacerlo. No luce, le falta volumen de juego, es bastante precario para manejar la pelota, pero se acostumbró a ganar con gol de Castillejos. Lleva tres partidos en serie, y por primera vez en su historia, con el mismo goleador. Eso tiene precio, 9 puntos. Y además la satisfacción del deber cumplido.

Ahora sí, y en un segundo plano, como para cumplir con la estética del juego, se puede apuntar que ha jugado un partido feo. A pesar de eso ganó bien, ante un rival muy débil, pobre de ambiciones, que vive soñando con empatar en cero contra un grande.

Y ganó bien porque fue todo el tiempo. Insistencia constante para buscar lo que pretendía. Tuvo un rato del mejor Medina, pero se apagó en veinte minutos. El desorden de Zarif, quien suelto en ataque no resuelve una, pero le mete unas ganas tremendas. Un Méndez cada vez menos jugador, pero con actitud. Y la verdad es que no hay demasiado para destacar. Acaso sea García, con cuerpo de adolescente, pero notable seguridad. Su punto más alto, junto al infalible Castillejos. El nueve y el uno. Simples los dos, claros y sin fallas. Uno sostiene el cero en su arco- el otro (ayer) corrigió un tirito impresentable de Monje, y con un toque preciso transformó un bochorno en gol. Y qué gol, el que entregó tres puntos vitales.

El festejo del final nada tiene que ver con la ordinariez  exhibida, responde a la campaña. Y la costumbre de ganar, de eso se trata este juego tan fascinante llamado fútbol. Jugar bien, jugar mal, si uno gana, es un detalle. Los tres puntos nadie se los podrá sacar.

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