El Gabino Sosa fue escenario de un amistoso internacional. Es que la Academia “Houston Fútbol Argentina Trips” visitó barrio Tablada para enfrentarse a Central Córdoba y sumar minutos en este viaje que los trajo desde Estados Unidos para seguir entrenando y conociendo cómo funcionan los equipos locales, en una experiencia que los chicos jamás olvidarán.
Y el resultado fue lo menos importante porque lo que realmente valía la pena era que los juveniles norteamericanos vieran de cerca cómo entrenan los equipos, en este caso el Charrúa de la mano de Ariel Cuffaro Russo.
Sin embargo, esta no es la primera vez que se da algo así para esta academia norteamericana y así lo explica Mauro Carabajal, este rosarino que se encargó de organizar todo.
“Todo surge por intermedio de Central, de Hugo Galloni y José ‘Coco’ Pascuttini. En 2020 por la pandemia no pudimos venir y sí lo hicimos el año pasado, cuando trajimos 19 chicos de la academia en Houston a hacer partidos amistosos con el Canalla y Newell’s acá en Rosario más Boca y Racing en Buenos Aires. Este año también lo pudimos repetir”, cuenta el ex jugador auriazul con pasado en Renato Cesarini.
Sobre los juveniles que llegaron a esta gira por Argentina que incluye partidos en Rosario, Córdoba y Cañada de Gómez, el ex delantero cuenta que “son chicos nacidos en suelo estadounidense pero con raíces latinoamericanas, ya que hay colombianos, venezolanos, salvadoreños y mexicanos entre otros. El arquero es el más grande, siendo categoría 2004, y el resto son 2005, 2006, 2007 y 2008”.
“La idea es que conozcan cómo es el entrenamiento acá, que vean lo que hacen los chicos, con qué intensidad y cómo juegan los partidos, además de la experiencia que viven a corta edad”, explica Carabajal, quien añade: “Estos chicos practican fútbol desde los 6 o 7 años pero no tienen el nivel de competencia de los chicos que acá juegan en las inferiores de AFA, que es muy diferente en lo que a la MLS (Major League Soccer) de allá”.
Del cotejo ante el Charrúa, el rosarino de 45 años con pasado por el fútbol europeo y latinoamericano, destaca: “Nos enfrentamos con un plantel de jugadores más grandes, profesionales pero los chicos querían vivir esa experiencia de medirse ante ellos, en un estadio. Lo que menos importa es el resultado sino que nos llevamos los momentos y lo que cada uno pueda incorporar a su juego”.
“La idea es que los chicos se formen, que jueguen al fútbol más allá de la competencia y los resultados. Gracias a Dios me pude centrar más en la formación, algo que acá es más difícil ya que en Argentina lo que importa es ‘ganar y ganar’, se han olvidado en que los jugadores deben formarse”, manifiesta y marca que el problema no es solamente acá, sino en todos lados. “En algunos equipos de allá pasa lo mismo, pero nosotros buscamos que los chicos adquieran los conocimientos”, resalta.
Por último, Carabajal deja bien en claro el porqué de este viaje y el trabajo que hace. “Esto que hago con la formación es un agradecimiento al fútbol por todo lo que pude vivir. Sé lo que es estar en Central o Renato Cesarini, competir en Rosarina, AFA, en reserva o primera y lograr que los chicos vivan lo que yo pude, ya que a la edad de ellos yo estaba en cuarta o reserva viviendo todo este mundo del fútbol argentino”.
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