Un joven de 23 años fue condenado a 10 años de prisión por intentar asesinar de una puñalada a su ex pareja embarazada, por robar, golpear y amenazar de muerte a otra mujer, ambos casos cometidos a finales de 2020 en barrio Centenario de la ciudad de Santa Fe, y por evadirse de la comisaría 12ª de Santo Tomé. Por lo descripto en la acusación del fiscal Estanislao Giavedoni, la tentativa de femicidio y el intento de aborto cometido contra la muchacha, de entonces 26 años, fue el cierre de una escalada de violencia de género que venía sufriendo la víctima desde que decidió separarse.
El juez José Luis Giavedoni presidió la audiencia y dictó la sentencia para Jonatan Olivera en un juicio abreviado que se desarrolló este miércoles en los Tribunales de la capital provincial. En el acuerdo presentado por la Fiscalía y el defensor Público Javier Casco, el acusado se responsabilizó por los delitos de tentativa de femicidio, tentativa de aborto, dos hechos de lesiones en un contexto violencia de género, dos de amenazas, robo y evasión.
Violencia en su máxima expresión
Olivera fue apresado e imputado el 20 de diciembre de 2020, luego de que atacara a su ex pareja en barrio Centenario. El fiscal Giavedoni reconstruyó que el atacante sabía que su ex pareja estaba embarazada cuando el lunes 30 de noviembre de 2020 alrededor de las 20 se presentó en la casa de ésta, ubicada en Reconquista al 3000.
Olivera se las ingenió para que la joven le franqueara la entrada. Una vez dentro, comenzó a insultarla y amedrentarla. La víctima logró escapar. La joven corría en dirección a la vivienda de una vecina para pedir auxilio cuando el agresor la alcanzó y la apuñaló en el abdomen. Después huyó. Vecinas y allegados la llevaron al Hospital José María Cullen donde quedó internada y pudo recuperarse de la lesión.
“La agresión no tuvo resultados letales por razones ajenas a la voluntad de Olivera”, el cual no aceptaba la decisión de la chica de ponerle fin a la relación, dijo el fiscal, quien recordó que “ya había sido amenazada de muerte y atacada físicamente en otras oportunidades tanto en la vía pública como en esa vivienda”.
Giavedoni subrayó que “este ataque se produjo en un claro contexto de violencia de género que Olivera ejercía en perjuicio de quien había sido su pareja”.
Al respecto, destacó que “tras la denuncia que dio origen a la investigación, la víctima comenzó a ser asistida por profesionales de la Dirección de Mujeres y Disidencias de la municipalidad de Santa Fe”.
Ataque a otra una mujer
Antes de intentar asesinar a quien fuera su pareja, Olivera ya había protagonizado una agresión a otra mujer. Fue pasadas las 19 del 23 de septiembre de 2020 en inmediaciones de Reconquista y Nicasio Oroño, también en barrio Centenario.
“El imputado empujó violentamente a un niño para sustraerle el celular”, explicó la acusación. La madre del pequeño intercedió y Olivera le pegó un ladrillazo en la cabeza. La víctima le gritó que lo iba a denunciar y éste sacó un arma de fuego de entre sus ropas para amenazarla de muerte. Luego, tomó el celular y se fue, continuó el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Fuga de la comisaría de Santo Tomé
Tras la audiencia imputativa del 20 de diciembre de 2020, Olivera fue acusado y le dictaron la prisión preventiva por el plazo de ley. Quedó alojado en la comisaría 12ª, ubicada en Alvear al 2500, de la ciudad de Santo Tomé hasta el 5 de marzo de 2021 cuando se evadió junto a cuatro reclusos. Para el fiscal hubo un plan previo y esa noche “los cinco limaron las rejas de una ventana y se fugaron del establecimiento”.
Olivera fue atrapado el 6 de abril de ese mismo año en el mismo barrio Centenario, luego de un vecino alertara a la Policía porque lo vio rondando la casa de Reconquista al 3000. Desde esa fecha siguió en prisión preventiva hasta este miércoles cuando fue condenado en los Tribunales de Santa Fe.
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